Los primeros capítulos captan tú atención, te presenta una idea interesante, que durante esos primeros capítulos no va mal desarrollada.
Hasta ahí llego la cosa, se vuelve una serie tonta directamente, como si pasase a ser para adolescentes que no demandan mucho y les basta con tener un ruido de fondo.
El desarrollo real de los personajes, y tienes 5 temporadas para eso, es de pena.
Ya, pasados esos primeros capítulos, todo ha pasado a ser rodar capítulos sin motivo.

Esta serie es un ejemplo más, de cómo tener audiencia y querer alargar series cuando la trama te pedía terminar, resulta en detrimento de la serie.

Esta serie se acaba en la temporada 2 y dices, bien. Pero nooooooo, vamos a alargarla = cagarla.

Al final resulta 0 creíble, tanto el tema de los asesinatos como el de que tantas mujeres se interesen por este tío que es el típico que le hacían bullying en el cole. No encaja nada con el rol que le asignan, igual que ya pasaba en Gossip Girl.

La narración en primera persona nos mete de lleno en la mente del protagonista, Joe Goldberg, logrando que el espectador se sienta intrigado e incómodo a partes iguales. La serie juega constantemente con la empatía del público, presentándole como alguien aparentemente encantador, pero dejando claro que detrás de su fachada hay un manipulador muy peligroso.

Uno de los mayores aciertos es su atmósfera envolvente. La fotografía está cuidada al detalle, y refuerza el tono de la historia. La temporada 1 mantiene un ritmo sólido y una tensión constante, pero en las siguientes se han tomado riesgos que no siempre han salido bien. Algunos giros argumentales se sienten demasiado exagerados y la repetición de ciertas dinámicas hace que la historia pierda frescura, una lástima.

Aun así, la actuación de Penn Badgley sigue siendo el pilar de la serie y sigue siendo lo suficientemente disfrutable para no dejar de verla.

Escribo sobre la primera temporada porque las otras he descartardo verlas: La voluptuosa y bella Elisabeth Lail se lo curra bastante si tenemos en cuenta cómo debe plasmar realidad en este thriller romántico. La chica se convierte en el cebo carnal de un sociópata obsesivo compulsivo que no duda en ejecutar sus planes a partir de la enorme información que extrae de las redes sociales. Lo disparatado de esta serie es que la prota no solamente desconoce lo vulnerable que llega a ser posteando todo tipo de majaderías cotidianas y selfis absurdos, sino que encima disfruta de su vida íntima frente a un ventanal enorme en una primera planta. Rolletes de Tinder, pajas por doquier y paseos en paños menores frente al escaparate acristalado de su piso ayudan a la trama y convierten el argumento en una estupidez que solo puede llegar a interesar gracias a las curvas peligrosas de esta sirena de bote.

La verdad es que, con las cosas que hay que escuchar y leer en los medios hoy en día sobre cómo algunos hombres tratan a las mujeres, una serie como You da todavía más miedo .
You es la historia de un psicópata, uno de tantos que pueden rondar cerca nuestro sin que nos demos cuenta. Puede ser nuestro compañero de trabajo, nuestro vecino o, como en el caso de la pobre Beck, nuestro novio. Así, la serie construye una hábil narrativa de misterio que está llena de una tensión muy lograda. Además, no cabe la menor duda de que resulta adictiva, por lo que se devora en muy poco tiempo.
No es una obra maestra, y su narrativa, aunque es hábil, puede considerarse también muy facilona, ya que continuamente recurre al cliffhanger y los golpes de efecto para mantener el interés del espectador, y su maestría criminal tampoco es la de Hitchcock o Agatha Christie, pero es una serie notable que deja con ganas de más y entretiene mucho. Además, presenta al gran público al excelente Penn Badgley, que hace una interpretación fantástica como el muy perturbado Joe.

Lo mejor: La tensión, su carácter adictivo y la interpretación de Penn Badgley, fabuloso.
Lo peor: Tampoco es una obra maestra y su moralidad puede molestar a más de uno.