Orígenes
6,8
24.814
Drama. Romance. Ciencia ficción
Ian Gray, un estudiante de biología molecular especializado en la evolución del ojo humano, conoce a una misteriosa mujer cuyo iris es multicolor. Años después, su investigación lo lleva a hacer un descubrimiento asombroso, que podría cambiar la forma en que percibimos nuestra existencia. (FILMAFFINITY)
10 de junio de 2015
10 de junio de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ojos, reencarnación, fotografía, romance, evolución... Muchos aspectos y temas que toca y desarrolla, en cierta medida, este curioso y original producto. A mitad entre el thriller sosegado, a medio camino entre la ciencia ficción cargante.
Y en esta virtud es donde reside también su principal defecto, queriendo abarcar demasiada materia para una sola función, que aunque correcta y digna, no llegará a pasar a la historia cinematográfica contemporánea. Sin embargo si que aspira a engrosar ese selectivo grupo de curiosos y premiados trabajos de culto que disfrutarán esas mentes abiertas a la reflexión evolutiva humana.
Es una película con dos partes bien diferenciadas, las dos atractivas, las dos a mitad de desarrollo, quizás si el autor se hubiese centrado en un solo aspecto, el resultado hubiese incrementado su calidad.
Aun así, ciencia ficción reflexiva y curiosa, un trabajo a recomendar.
Y en esta virtud es donde reside también su principal defecto, queriendo abarcar demasiada materia para una sola función, que aunque correcta y digna, no llegará a pasar a la historia cinematográfica contemporánea. Sin embargo si que aspira a engrosar ese selectivo grupo de curiosos y premiados trabajos de culto que disfrutarán esas mentes abiertas a la reflexión evolutiva humana.
Es una película con dos partes bien diferenciadas, las dos atractivas, las dos a mitad de desarrollo, quizás si el autor se hubiese centrado en un solo aspecto, el resultado hubiese incrementado su calidad.
Aun así, ciencia ficción reflexiva y curiosa, un trabajo a recomendar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Final muy artificioso y rebuscado. Todo el metraje sin mojarse, para al final acabar empapado.
6 de septiembre de 2015
6 de septiembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película en sí tiene algunos buenos momentos, pero falla en la raíz. La idea motriz, lo que intenta contar, no tiene fuerza, o al menos no se la consiguen dar. Quizás sea la manera de contarla el problema, no es acertada, falla y no llega a transmitir un mensaje claro. De hecho la forma que tienen de contar de qué trata la película es torpe y absurda, siendo los mismos personajes los que tienen que decirlo en diálogos irreales y sin sentido. Porque no dejen de repetir la tesis de "lo espiritual contra lo científico" la película no se convierte en eso. De eso se encarga el guión, la narrativa, la historia, pero hace aguas por todos lados.
El flashback de 45 minutos nos quiere presentar esta idea con dos personalidades enfrentadas y representadas en Sophie e Ian, pero no llega a calar y resulta ser lo menos interesante del primer acto. Se ve superada por la historia dentro de la propia historia, lo secundario tiene mucha más fuerza narrativa y los esfuerzos por subordinarla a la idea general de la película fracasan.
Los personajes están mal construidos, se empeñan en repetir constantemente la idea en la que se basa la película y esto los hace irreales, los aleja del espectador, frena el ritmo narrativo y te hace consciente de que la historia es una tapadera para contarte una idea. Si tengo que quitarle algo a la película sería lo de forzar las posiciones de los personajes respecto a ciencia-espiritualidad.
A pesar de ello, el inicio es lo mejor de la película, la parte con la que más he disfrutado viéndola. Si tuviera que elegir una parte me quedaba con esta. Y quizás cambiando el enfoque o intentando contar otra cosa podría haber funcionado.
El flashback de 45 minutos nos quiere presentar esta idea con dos personalidades enfrentadas y representadas en Sophie e Ian, pero no llega a calar y resulta ser lo menos interesante del primer acto. Se ve superada por la historia dentro de la propia historia, lo secundario tiene mucha más fuerza narrativa y los esfuerzos por subordinarla a la idea general de la película fracasan.
Los personajes están mal construidos, se empeñan en repetir constantemente la idea en la que se basa la película y esto los hace irreales, los aleja del espectador, frena el ritmo narrativo y te hace consciente de que la historia es una tapadera para contarte una idea. Si tengo que quitarle algo a la película sería lo de forzar las posiciones de los personajes respecto a ciencia-espiritualidad.
A pesar de ello, el inicio es lo mejor de la película, la parte con la que más he disfrutado viéndola. Si tuviera que elegir una parte me quedaba con esta. Y quizás cambiando el enfoque o intentando contar otra cosa podría haber funcionado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por lo demás, la estructura de la película a partir del flashback se vuelve lenta y torpe. El segundo acto es meramente anecdótico, sólo está para poder hacer creíble lo que va a pasar en el tercer acto. Multitud de elementos hacen ver que el hilo narrativo es forzado a avanzar. El embarazo que nos lleva a los escáneres de retina, lo que nos lleva a que apararezcan personajes que hagan continuar la trama, como la doctora y sus pruebas de "autismo" al bebé. O el uso de personajes inútiles, como el compañero de laboratorio de Ian, el cual sólo aparece en dos escenas y no aporta nada, pero que sin él el segundo acto no cerraría bien, se hubiera estancado y no sabrían nada de como encontrar a la niña India, de hecho, sin él, toda esa parte no habría podido existir.
El tercer acto es el colmo de la falta de ideas, se limita a pasar de escena absurda en escena absurda hasta que llega a la niña y el cártel publicitario. Es una parte en la que prima lo visual sobre todas las cosas, el resto no importa. Aunque al menos, al final, te recuerdan qué hubo algo al principio que si que nos gustó ver y lo recuperan levemente con la escena del ascensor. Hay que reconocerle al director que al menos sabe como quitar el mal sabor de boca que se te queda cuando llevas viendo algo sin sentido durante una hora.
En resumen, la película tiene cosas buenas con las que me quedo, el germen de otra historia que pudo ser mejor y un montón de escenas bonitas con las que no aburrirse. Es una película entretenida que no duele ver.
El tercer acto es el colmo de la falta de ideas, se limita a pasar de escena absurda en escena absurda hasta que llega a la niña y el cártel publicitario. Es una parte en la que prima lo visual sobre todas las cosas, el resto no importa. Aunque al menos, al final, te recuerdan qué hubo algo al principio que si que nos gustó ver y lo recuperan levemente con la escena del ascensor. Hay que reconocerle al director que al menos sabe como quitar el mal sabor de boca que se te queda cuando llevas viendo algo sin sentido durante una hora.
En resumen, la película tiene cosas buenas con las que me quedo, el germen de otra historia que pudo ser mejor y un montón de escenas bonitas con las que no aburrirse. Es una película entretenida que no duele ver.
5 de mayo de 2019
5 de mayo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película comienza interesante, con tres destacables actores: el chico bien parecido con sus gafitas de científico, la chica normal ayudanta del científico y la chica preciosa ligue del prota. Hasta ahí todo normal, argumento para cualquier film de triángulo amoroso.
Pero el director quiere introducir una componente científica para darle interés al asunto, nada menos que el tema de la evolución mezclado con la religión y con asuntos esotéricos, liándose tal clase de potaje que me dejó con tres irresolubes (spoiler) misterios que en mi caso particular me hizo decaer el interés en el film.
Técnicamente la película goza de una buena fotografía, buenas interpretaciones y agujeros en el guion. El tema elegido dentro de la evolución, como leitmotiv, es nada menos que los orígenes del ojo y su devenir hasta nuestros días: verdadero hueso duro de roer para la teoría de la evolución; pero que numerosos investigadores han "desvestido" como, solo a título de ejemplo, el profesor Richard Dawkins en su Relojero Ciego, donde se da sólida respuesta a este Sr. Cahill para que no presuma de original innovador.
La película se queda en una más con su intriga para entretener al espectador con unos buenos medios artísticos pero desaprovechando, en gran medida, el tema tan interesante esbozado en el párrafo anterior.
Pero el director quiere introducir una componente científica para darle interés al asunto, nada menos que el tema de la evolución mezclado con la religión y con asuntos esotéricos, liándose tal clase de potaje que me dejó con tres irresolubes (spoiler) misterios que en mi caso particular me hizo decaer el interés en el film.
Técnicamente la película goza de una buena fotografía, buenas interpretaciones y agujeros en el guion. El tema elegido dentro de la evolución, como leitmotiv, es nada menos que los orígenes del ojo y su devenir hasta nuestros días: verdadero hueso duro de roer para la teoría de la evolución; pero que numerosos investigadores han "desvestido" como, solo a título de ejemplo, el profesor Richard Dawkins en su Relojero Ciego, donde se da sólida respuesta a este Sr. Cahill para que no presuma de original innovador.
La película se queda en una más con su intriga para entretener al espectador con unos buenos medios artísticos pero desaprovechando, en gran medida, el tema tan interesante esbozado en el párrafo anterior.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Primer misterio:
No entiendo por qué estando encerrados el protagonista y la chica guapísima en un ascensor que súbitamente quedó detenido entre dos pisos, él consigue salir al rellano abriendo la puerta y el ascensor como buen elemento técnico está detenido al tener una puerta abierta.
Él le ayuda a salir a ella porque está a la altura de la mano, siendo una acción totalmente segura, por lo dicho más arriba, no como en la película de Alex de la Iglesia en que el ascensor parte a la víctima. Una vez fuera se besan, ta-ta-tín, resulta que la moza chorrea sangre de medio cuerpo para abajo, que lo tiene seccionado...con el ascensor más quieto que un ninot.
Segundo misterio:
Qué leches pinta el hijo de la pareja, el científico y su ayudanta, en el embrollo de la película, inconcebible...con ojos, que si va a ser autista, yo que sé.
Tercer misterio y último:
El viaje a la India con un encuadre de una calle con un cartel de ojos que ya hemos visto, qué pinta la maestra mona ella, con un nombre igual a la novia de Leonard, en la serie TV the BBTheory, y que todos pensábamos que se iba a liar con el chico.
Y la traca final o trueno gordo es la "aparición" de una niña india con los mismos ojos a los que nos acostumbra el director, la cual se la lleva el protagonista al hotel como si tal...la sociedad protectora de menores y la policía es posible que pensaran en secuestrar el film. Sin más comentaros. Fin.
No entiendo por qué estando encerrados el protagonista y la chica guapísima en un ascensor que súbitamente quedó detenido entre dos pisos, él consigue salir al rellano abriendo la puerta y el ascensor como buen elemento técnico está detenido al tener una puerta abierta.
Él le ayuda a salir a ella porque está a la altura de la mano, siendo una acción totalmente segura, por lo dicho más arriba, no como en la película de Alex de la Iglesia en que el ascensor parte a la víctima. Una vez fuera se besan, ta-ta-tín, resulta que la moza chorrea sangre de medio cuerpo para abajo, que lo tiene seccionado...con el ascensor más quieto que un ninot.
Segundo misterio:
Qué leches pinta el hijo de la pareja, el científico y su ayudanta, en el embrollo de la película, inconcebible...con ojos, que si va a ser autista, yo que sé.
Tercer misterio y último:
El viaje a la India con un encuadre de una calle con un cartel de ojos que ya hemos visto, qué pinta la maestra mona ella, con un nombre igual a la novia de Leonard, en la serie TV the BBTheory, y que todos pensábamos que se iba a liar con el chico.
Y la traca final o trueno gordo es la "aparición" de una niña india con los mismos ojos a los que nos acostumbra el director, la cual se la lleva el protagonista al hotel como si tal...la sociedad protectora de menores y la policía es posible que pensaran en secuestrar el film. Sin más comentaros. Fin.
26 de julio de 2020
26 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Orígenes fue uno de los 36 doctores de la iglesia católica, se opuso a la teoría de la reencarnación, afirmaba que la transmigración, tan común en la cultura oriental, "es ajena a la Iglesia de dios,no enseñada por los apóstoles y no apoyada por las Escrituras".
Además, la etimología de Orígenes, significa "hijo de Horus" (el del ojo).
En definitiva, había suficiente carga en el título como para hacer una película más rica, más generosa en argumentos. En cambio en el producto sobreabundan lugares comunes con un final disonante.
Además, la etimología de Orígenes, significa "hijo de Horus" (el del ojo).
En definitiva, había suficiente carga en el título como para hacer una película más rica, más generosa en argumentos. En cambio en el producto sobreabundan lugares comunes con un final disonante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cualquier niña de un barrio pobre de Deli, seguramente le tiene miedo a los ascensores
4 de agosto de 2021
4 de agosto de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera película que veo de Mike Cahill y tercera película de Mike Cahill que me deja con los pies fríos y la cabeza caliente. Con el culo torcido, vamos. Como me pasó ya con “El rey de California” y “Otra Tierra” no puedo, honestamente, poner un pero a su ejecución técnica, a su realización. Quiere contar una historia y lo hace. Quiere transmitir algo y la información llega a su destino, pero utilizando una narrativa lenta y anticlimática con la que es complicado sentirse cómodo y seguro de que va a terminar conduciendo a alguna parte.
En realidad, visto en retrospectiva, sí que llega a finales trascendentes y generalmente sorprendentes... que se ven diluidos por desarrollos que son un auténtico peñazo. Mike Cahill te deja siempre con la sensación de que esos desenlaces, con otro montaje y otro planteamiento, podrían haber sido películas destacables. Villeneuve por ejemplo es otro virtuoso del narcisismo, de la lentitud, del «esto no viene a cuento, pero te lo tragas porque me ha parecido bonito meterlo ahí» pero tiene la inteligencia de no fiarlo todo a la sorpresa final colocando, en ocasiones, golpes argumentales con los que alimentar las ganas del espectador de saber qué cojones está viendo y no tenerle permanentemente en la inopia.
“Orígenes” trata el tema de la pérdida de manera ambiciosa, aceptando el desafío de tratar de unir conceptos con un punto de antagonismo como ciencia y espiritualidad o como reencarnación y genética. Lo bueno de ese desafío es que tiene tanto potencial para resultar interesante que incluso un éxito parcial puede dar generosos réditos en términos de crítica o aceptación. Lo malo es que Cahill hace de Cahill y se recrea en una introducción excesivamente larga a la que sigue una travesía por el desierto de la incomprensión (¿qué estoy viendo? ¿A dónde me quiere llevar?) antes de alcanzar ese final curioso, hecho para dejarnos pensativos. Pero como ya le pasó en “Otra Tierra”, Cahill quiere apurar tanto el clímax que se pasa de frenada con la mecha y la sorpresa estalla segundos antes de los títulos de crédito sin alcanzar en el espectador el impacto que podría haber tenido con una mecha un poco más corta, con menos relleno, con algo más de desarrollo del desenlace. Casi dos horas de película para una sorpresa de dos segundos antes de apagar la tele y ponerte a hacer otra cosa o recoger las cosas para salir del cine, se me antoja una desproporción problemática que impide saborear y valorar lo mejor que tiene la película.
Con su capacidad estética y sus dotes narrativas, el día que Cahill aprenda a equilibrar sus películas puede terminar haciendo algo grande.
En realidad, visto en retrospectiva, sí que llega a finales trascendentes y generalmente sorprendentes... que se ven diluidos por desarrollos que son un auténtico peñazo. Mike Cahill te deja siempre con la sensación de que esos desenlaces, con otro montaje y otro planteamiento, podrían haber sido películas destacables. Villeneuve por ejemplo es otro virtuoso del narcisismo, de la lentitud, del «esto no viene a cuento, pero te lo tragas porque me ha parecido bonito meterlo ahí» pero tiene la inteligencia de no fiarlo todo a la sorpresa final colocando, en ocasiones, golpes argumentales con los que alimentar las ganas del espectador de saber qué cojones está viendo y no tenerle permanentemente en la inopia.
“Orígenes” trata el tema de la pérdida de manera ambiciosa, aceptando el desafío de tratar de unir conceptos con un punto de antagonismo como ciencia y espiritualidad o como reencarnación y genética. Lo bueno de ese desafío es que tiene tanto potencial para resultar interesante que incluso un éxito parcial puede dar generosos réditos en términos de crítica o aceptación. Lo malo es que Cahill hace de Cahill y se recrea en una introducción excesivamente larga a la que sigue una travesía por el desierto de la incomprensión (¿qué estoy viendo? ¿A dónde me quiere llevar?) antes de alcanzar ese final curioso, hecho para dejarnos pensativos. Pero como ya le pasó en “Otra Tierra”, Cahill quiere apurar tanto el clímax que se pasa de frenada con la mecha y la sorpresa estalla segundos antes de los títulos de crédito sin alcanzar en el espectador el impacto que podría haber tenido con una mecha un poco más corta, con menos relleno, con algo más de desarrollo del desenlace. Casi dos horas de película para una sorpresa de dos segundos antes de apagar la tele y ponerte a hacer otra cosa o recoger las cosas para salir del cine, se me antoja una desproporción problemática que impide saborear y valorar lo mejor que tiene la película.
Con su capacidad estética y sus dotes narrativas, el día que Cahill aprenda a equilibrar sus películas puede terminar haciendo algo grande.
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