El asesinato de Kenneth Chamberlain

The Killing of Kenneth Chamberlain es un relato durísimo y cruel, narrado de manera directa con cámara al hombro, de un caso muy único de brutalidad policial norteamericana. Una historia real, documentada hasta la saciedad, que denuncia la impunidad de la policía y la vulnerabilidad de los ciudadanos-¡incluso en sus propios hogares!-.

Kenny Chamberlain era un anciano con trastorno de bipolaridad y problemas cardíacos, que un día, en medio de la noche, alertó por error a su compañía médica. Ésta, al no recibir ningún otro aviso o respuesta de Kenny, llamó a la policía para que fuera a revisar la vivienda del anciano negro. La llegada de la policía supuso una vorágine de sinsentidos, gritos en la madrugada, insultos y amenazas hacia la figura de Kenneth Chamberlain.

David Midell, director de la cinta, decide que una situación tan única y peligrosa como el asesinato de Kenneth Chamberlain debe ser contado con una cámara al hombro. Y es una decisión que cambia por completo la experiencia del espectador. Frankie Faison está de Óscar, aunque no vaya a llegar ni a la preselección por el injusto carácter indie de la cinta. Y la documentación detrás de la peli convierte a esta joya de cine social en un relato único, necesario y crítico con la brutalidad policial.

Impresionante. Me ha encantado, no por el tema en sí, sino por como sientes la angustia y el miedo del protagonista, que por cierto, actuación magistral del para mí desconocido Sr. Faison. Y no sólo eso, también sientes la violencia y brutalidad policial. Con un ritmo trepidante y un metraje corto se pasa volando. Es de esas películas que deseas que duren más.
En definitiva, gran sorpresa me he llevado. Es un relato cruel, desgarrador, violento, no apto para corazones sensibles, pero totalmente recomendable, diría más, imprescindible. Muy bien narrada y realizada. Para verla y disfrutar.

La historia de Kenneth Chamberlain es simple, pero muy dura. Cuando ves a la policía, deberíamos sentir tranquilidad y no pánico.

Imagina la situación, 5 y algo de la mañana, duermes plácidamente y por error pulsas un conector de tu collar de alerta médica y pones en marcha el protocolo de actuación. Se presenta la policía y a pesar de que Kenneth insiste en que ha sido un error y que no necesita ayuda, la policía piensa que ocurre algo dentro de la vivienda y se empeñan en que van a entrar de todas formas.

El resto lo pueden ver ustedes mismos.

A Kenneth Chamberlain se le activó por error su botón de socorro médico, y menos de dos horas después acabó siendo asesinado por la policía que acudió a su domicilio para, teóricamente, ayudarle.
Increíble, pero cierto. Por desgracia.
David Midell retrata uno de los más vergonzosos ejemplos de brutalidad policial ocurridos en Estados Unidos años antes del movimiento Black Lives Matter, con una extraordinaria sabiduría cinematográfica. Narrando en tiempo real y con un tono desprovisto de toda impostura, los hechos se suceden ante los ojos del espectador con una eficacia descomunal. El impacto dramático de la historia revuelve el estómago y golpea como si de un puñetazo se tratase. Es imposible apartar los ojos de la pantalla y no quedar sacudido por lo que en ella se ve. Quizás es hasta demasiado cruda y "sucia" en lo visual, pero la fuerza es innegable. Mención aparte merece un soberbio Frankie Faison, que realiza una interpretación absolutamente desgarradora y poderosa. Y no se pierdan la conclusión, que nos explica mediante rótulos el triste desenlace de toda esta historia, mientras escuchamos de fondo el audio original de lo sucedido, que fue grabado por el sistema de socorro médico. Los pelos de punta.
Una de las mejores películas de 2020, y quizás la más impactante y trágica. Imprescindible.

Lo mejor: Su ritmo a tiempo real, la interpretación de Frankie Faison y su brutal impacto.
Lo peor: Su estética tan feísta, y que esto haya sido verdad.

*Lacra social, racismo y brutalidad

Kenneth Chamberlain era un veterano afroamericano que vivía solo en el barrio White Plains de Nueva York. Barrio que tiene fama de ser un cocedero de ilegalidades varias. Este señor tenía una afección cardíaca además de algunos trastornos mentales, siendo la bipolaridad uno de ellos. Contaba con el servicio de teleasistencia ofrecido por la empresa LifeAid, que se activaba en caso de que él tuviese alguna emergencia. Y la razón de que esta historia sea conocida es este aparato, que registró toda la agonía que tuvo que vivir Kenneth Chamberlain en sus últimos momentos.

Todos conocemos la historia de George Floyd, pero es increíble cómo El asesinato de Kenneth Chamberlain está pasando tan desapercibida desde su presentación en el AFF en 2019. Por desgracia, son muchas las historias que deberían darse a conocer de una lacra tan grande como la brutalidad y el racismo.

Sobre todo por parte de algunos policías que se creen en posesión del control solo por el color de su piel. Uno de los productores ejecutivos de esta película es Morgan Freeman y lo dijo alto y claro acogiendo esta película: las injusticias hay que mostrarlas y pelearlas.

*Una maravilla técnica de bajo presupuesto

Además de la historia en sí, el proceso técnico de El asesinato de Kenneth Chamberlain es muy digno de mención. Ni le falta ni le sobra nada. Empezando por la duración: sin contar los créditos (que volveremos a ellos más tarde), la película dura exactamente lo mismo que tardó Kenneth Chamberlain en ser asesinado.

También tenemos lo justo en cuanto a escenarios se refiere. El asesinato de Kenneth Chamberlain está rodada en dos planos. Uno es el descansillo del bloque de edificios de Chamberlain y otro el interior del piso del mismo. El director no necesitaba más para mostrarnos lo que debíamos ver.

Acerca de los personajes, Midell también se limitó a lo real: mismo número de policías (tres, antes de que llegaran los “refuerzos” que nadie necesitaba), algunos vecinos y el propio Chamberlain, interpretado por un Frankie Faison que está absolutamente espectacular en este papel.

El asesinato de Kenneth Chamberlain es una película muy angustiosa de ver, no solo por la trama, sino por la forma en que está rodada (mayoritariamente “cámara en mano”, lo que hace que el espectador se sienta parte de la película).

*Conclusión

El asesinato de Kenneth Chamberlain es una película que lo que más despierta es el enfado y la indignación de quienes la vean. Son 83 minutos de apretar los dientes, los puños y sentir mucha impotencia porque lo que se podría haber resuelto fácilmente, acabó llevándose la vida de una persona.

Y si la película no basta para despertar esos sentimientos, al final de la cinta se incluyen créditos con imágenes del altercado, la voz del propio señor Chamberlain y de la persona de LifeAid intentando que se tranquilizara, además de una entrevista que se le hizo a Ken Chamberlain junior.

Escrito por Nieves Villalón Peralbo

Efectivamente, es una película que se DEBE conocer.