Siete mil días juntos

Tan divertida, cínica y amargada que sólo puede enclavarse en el género ibérico de pata negra, pero muy, muy negra. Esta película de Fernando Fernán-Gómez contiene un humor tan lúcido y tan bestia que hace que la escena más sangrientamente humorística de Tarantino parezca tan inofensiva como un especial Navidad de Pocoyó.

Pero la profunda amargura que rezuma por todos las costuras del artefacto la hacen quizás un poco menos divertida y un poco más horrible y angustiosa, porque el matrimonio protagonista de "Siete mil días juntos" es un reflejo en clave esperpéntica de una realidad horrible, la de la pareja en modo cadena perpetua con bolas, ratas en la celda y múltiples sodomías por parte de un bien dotado compañero de celda.

Si el binomio de calzonazos y arpía con vozarrón de haberse criado a base de biberones de ron Negrita ya no es suficientemente espeluznante, la cosa se remata situando parte de la acción en un depósito de cadáveres en el que trabaja el sufrido protagonista y que es base de una escena que si no echas el estómago entero te felicito porque no eres humano. Pero ¡qué asco POR DIOS!

Actores geniales desde el primero hasta el último haciendo la cosa aún más creíble y por tanto más insoportable.

Recomendada a quien quiera ver una buena película aunque sea pasando un poco de mal rato. Y una observación que dejo para spoiler.

Que cómo me gusta a mí el esperpento! Lo has bordao, Fernán-Gómez, eres la hostia. Difunto y todo te lo tengo que decir.

Qué pedazo de comedia, qué finura, qué cantidad de personajes inolvidables! Ese filósofo de la vida necrófilo que interpreta magistralmente mi adorado Agustín González (Diossss, qué actorazo), esa maravilla de petarda de la muerte con sus rulazos y su bata de guatiné a la que da vida la incombustible Pilar Bardem (para que luego digan que esta mujer no sabe actuar)... y esa historia de amor conyugal eterno en esa España cutrerretro, con esos papeles pintados que harían orgasmarse al mismísimo Andy Warhol... Fernán-Gómez, porque tú lo vales.

Cómo me gusta descubrir tesoros escondidos. Y qué orgullosa me siento de mis raíces patrias cuando me regalan cosas como ésta. Estoy por cantar "Suspiros de España".

Dos escenas magistrales: la del depósito con Agustín González relatando la disolución de un cadáver en ácido sulfúrico, y la final de la casa del terror en el parque de atracciones.

Y que me digan a mí que Álex de la Iglesia inventó el humor negro. Madre mía, pos no tuvo maestros!

Como demuestra la película Fernán-Gómez es un maestro en la ejecución de las escenas; logra transmitir las impresiones de todos los personajes ante los acontecimientos y, sobre todo, refleja un ambiente esperpéntico, cargado de ironía y retintín. La narración final es la mejor prueba de que la película tiene un ritmo y una calidad tremendos, todo va al milímetro.

Agustín González se sale con un personaje singular que tiene tanta lucidez como demencia. "El matrimonio Sacristán-Bardem" nos regala los momentos más sombrios de la película a la par que los más absurdos: el primero de los dos por una interpretación cargada de ira y desesperación y la segunda por esas exhibiciones de teatralidad, sensacional Bardem.

Admirable esta reflexión sobre el infierno en el matrimonio.

Anoche estaba a punto de acostarme cuando puse La2 y comenzaba esta película. Mis primeros pensamientos fueron: otra cutrería del cine español. Pero a medida que iba transcurriendo la historia iba enganchándome cada vez más.
Hacía tiempo que no me reía tanto en una película y aunque no sea una obra maestra, me divertí viéndola, que es lo que importa.
Impecables los personajes y la dirección de Fdez. Gómez.

Es la película más negra que he visto en mi vida, aún así es una obra maestra del cine español.
Fernando Fernán Gómez hace obras maestra como ésta, me recuerda mucho a otra suya, también de humor negro de hace ya mucho tiempo, "El extraño viaje".
Si les ha gustado esta película vean otra anterior mexicana, "El esqueleto de la señora Morales", Siete mil días juntos es un remake de esta desconocida "perla" del cine mexicano.
Lo mejor: TODO
Está bien dirigida.
José Sacristán como siempre, un maestro de la interpretación, aquí una buena persona unido para siempre a Pilar Bardem, otra de las que ya están en el Olimpo de la interpretación, maravillosa dando vida al demonio hecho mujer.
María Barranco además de guapa y salada es otra excelente actriz, todo lo que hace te lo crees, lo suyo sin dudarlo es actuar.
De Agustín Gónzález, ¡qué más se puede decir, que no se haya dicho ya de él" siempre fue un gran actor, con su portentosa voz, aquí se luce y llega a lo más alto con su personaje siniestro, muy difícil este papel que el señor González "borda".
Los secundarios igualmente están a la gran altura de los protagonistas.