Las invisibles (Serie de TV)

Hay cosas buenas y malas en “Las Invisibles”, la última serie de Hector Lozano (Merlí) que ha estrenado Sky Showtime en nuestro país.


Lo bueno es que es una serie muy honesta y que respira mucha verdad, gran parte de todo es por las interpretaciones que son absolutamente brillantes de un elenco eminentemente femenino liderado por Lolita, Maria Pujalte y Yoshira Escárrega (con Elena Irureta de narradora). Es una serie de corte amable, fácil de ver y sencilla que acerca visibilidad al mundo de las camareras de hotel, esas mujeres “invisibles” que habitan los hoteles.

Pero como decía también hay algo malo, y es que la serie no termina de encontrar el tono en el dramedia y va girando sin acertar bien en lo cómico ni afinar en lo dramático. El problema puede residir en un guión que se esfuerza demasiado en estereotipar a sus personajes (la trama de las jóvenes es un poco bochorno) y en reincidir hasta casi el aburrimiento en visibilizar al colectivo.

Esa visibilización me parece totalmente justa y necesaria, el problema es que al estar hecho todo tan a “brocha gorda”, al estar continuamente recordando lo duro del trabajo y el esfuerzo que requiere constantemente por estas mujeres y al ser personajes tan estancados en su propio estereotipo (la reivindicativa, la choni, la ama de casa, la sufridora…) hacen que termines poniendo los ojos en blanco cada vez que hacen una nueva alusión al lumbago, los ibuprofeno, los tiempos de limpieza… Todo bajo la supervisión de una capataz tan sumamente estereotipada que parece salida de “Mia es la Venganza”

Otra de mis pegas es lo genérica que es la banda sonora y lo constante que la usan, muchas veces en todas las escenas otorgando un aire medio añejo y ñoño, que adornado de reflexiones en voz en off del tipo “Hay que ver el poquito de oro que se le pone a una cuando se ve en el cielo” me sacaban demasiado de la producción y creo que la serie ganaría mucho más sin esa voz en off, trata de jugar a ser American Beauty o Mujeres desesperadas y sin embargo confina un aire desgastado de serie “de madre” y sobre explicativa.

Con el primer capítulo me quedé un poco desubicado y queriendo saber más para ver si la serie encontraba su estilo, pero el segundo me ha resultado más de lo mismo y quizás con los errores que he mencionado más acentuados. Por eso cuando salen los momentos más creativos “ambos bailes” quedan como pegotes extraños y no como alardes de genialidad.

Mi otra gran duda es ¿dónde está el hotel? Porque lo anuncian como un hotel en el mediterráneo, y las protagonistas viven muy en bloques de pisos que lucen muy españoles, y sin embargo suena música griega, los clientes hablan italiano… estoy bastante desubicado en dónde anclar el hotel.

En resumen, “Las Invisibles” está bien, las actrices elevan el conjunto y se agradece una serie en el que en el centro estén mujeres y de mediana edad porque es un lujo ver a estas actrices ocupar el medio de la producción, sin embargo el guión es excesivamente reiterativo con la denuncia y sin ningún tipo de sutileza, hasta el punto que parece que te están dando una charla sobre esta profesión y no una historia con un grado de denuncia. Quiero pensar que remontará y encontrará su tono en las historias de los personajes porque las actrices pueden llevar el peso de la narración, pero los dos primeros capítulos no han conseguido despegar esta serie que tenía material para mucho más.

Es irónico que una serie que reivindica el trabajo y la importancia de las camareras de pisos no la vaya a ver ninguna de ellas porque su sueldo no se lo permita. A propósito, algún día habrá que hablar muy seriamente de las tropecientas plataformas y de la enorme brecha que se establece entre los que se las pueden pagar, disponiendo de decenas de series y películas, y los que no, que tienen que conformarse con la deprimente televisión en abierto, ahíta de películas horrendas y series con más anuncios que nada. En ese sentido, el cine es infinitamente más democrático.

Dicho lo cual, "Las invisibles" es una serie pensada para el disfrute de toda la familia, con varias tramas diversificadas que avanzan sin prisa pero sin pausa y con un estilo muy de la década de los 2000. Que se pueda catalogar como algo corriente o anticuada es uno de sus pocos defectos, pues en los demás, a excepción de un guion muy mejorable y una relación entre Lolita y Oriol Tarrasón que no hay quién se la trague, no sólo pone encima de la mesa un tema importantísimo y que nadie reparaba en él, pues yo mismo soy usuario de hoteles y jamás me había parado a pensar en quiénes me limpiaban las habitaciones, sino que además su desarrollo es ciertamente ameno.

Entiendo que el fichaje de Lolita Flores es puro reclamo, pero quién la contrató debió pensar en que enfrentarla frontalmente contra María Pujalte no era la mejor idea. Lolita no lo hace mal, básicamente hace de Lolita, pero la otra se la come con patatas, pues hablamos de una de las mejores actrices de este país. Cierto es que aquí está aupada por una caracterización genuina, amén de este peinado y esos ropajes, pero la Pujalte sabe darle a su personaje un tono único. Como siempre. El resto de actrices cumplen con corrección con su cometido, personalmente destaco al siempre divertido Alfonso Lara, a la relación que mantienen Paula Mirá y Martí Cordero, a esa gobernanta que esconde cosas encarnada por Yaël Belicha y la efímera y elegante aparición de Pepa López.

Rodada en algún pueblo del Maresme, reconocí algún sitio de Santa Susanna y creo que de Calella, Sant Pol o Arenys de Mar, celebro enormemente que las series españolas empiecen a salir de Madrid y expriman el inmenso potencial de nuestro país. Y si es en lugares tan impresionantes como la costa catalana, mejor que mejor. De fondo importante y de modos corrientes, "Las invisibles" es una serie recomendable, que no aburre ni apasiona, pero que se ve con gusto. Tragicomedia pura.

Es una pena que un guion absurdo haya dado al traste con una serie que podía haber sido una magnífica forma de dar visibilidad a uno de esos trabajos mal considerados pero imprescindibles para el buen funcionamiento de las empresas. Por cierto, siempre se las nombra como "camareras de piso" o "limpiadoras", cuando hace tiempo que se las llama kellys en todo el mundo.

Creo que el autor, guionista de series tan exitosas como "MerlÍ" se ha limitado a trabajar por encargo sin acertar en el tono que requería esta produccion, no sabemos si estamos ante una comedia, un drama social, una serie romántica...en fin, que no hay mucho por donde salvar la serie. Tiene como positivo que es corta y que las actrices están bastante bien, aunque ya vale de poner a una pareja lesbiana en cada producción española.

Los personajes son ficticios hasta la naúsea, desde el director medio lelo del hotel, hasta los niñatos jóvenes, que vienen a "completar" el target de edades, para que no sean todos de mediana edad.