Joder, ya estaba bien. Qué bien me ha sentado sentarme en el cine y disfrutar de una buena película española, no digo que en España no se haga buen cine, que si se hace, sino que no pasa por los circuitos mas comerciales con cierto éxito. Esta es una película que además de ser buena, creo que tendrá buena acogida en taquilla, esta acogida suele crear cierto escepticismo entre algunos críticos, me explico; suele pensarse que si va a ser taquillera se acercara mucho a los clichés y pastiches holliwodenses, en cambio aquí Alberto Rodriguez hace un ejercicio de cine mayúsculo, no cae en lo típico, ni español, ni americano. Rueda con mucha solidez una trama que esta mil veces contada, con una fotografía, montaje y guión que unidos a las actuaciones bien podrían pasar por un episodio de True detective. La química entre sus dos protas es ciertamente especial, esa subtrama de tener pasados opuestos en una época tan convulsa está muy bien llevada, no se centra mucho y logra darle la tensión necesaria al asunto.
Raul Arévalo se aleja de su lado cómico y se marca un papel más que digno, la dupla que hace con Javi Gutiérrez es genial. El señor Gutiérrez demuestra que es un gran actor pese a que a veces se ha liado en papeles de series de pacotilla del panorama televisivo nacional.
En definitiva una buena inversión si se quiere ir a ver un producto español y convencerse del buen cine que se puede hacer y producir.

Hélène Cattet y Bruno Forzani ya nos tienen acostumbrados a su cine psicodélico, fuertemente cargado de esencia Lsd, sangre, sensualidad implicita y momentos de pura psicodelia, así pues quien se adentra en este cine es porque quiere, porque si no vaya ganas de pasar un rato aburrido.

Se puede distinguir una mezcla de estilos ―siendo esto algo bueno en vez de malo—: coge un poquito de la paranoia Lynch, un poquito de las mezcolanzas de colores míticas en los clásicos de Argento, algo de giallo (cuchillos y navajas por doquier), etc. Pero donde para mí realmente destaca es en conseguir trasladar ese montaje surrealista a la psique del espectador, puro arte visual: colores vivos, formas, primeros planos, stop motion, claroscuros, sangre, aunándolo todo en una sinergia con la música que ayuda al espectador a entrar en una "historia". Que es mas paranoia que otra cosa; ya que, como buen cine experimental que es, aboga claramente por salirse del concepto básico de un hilo conductor bien diferenciado, dando al espectador varios caminos por los que decantarse a la hora de sacar alguna posible conclusión lógica de las escenas.

Un catálogo de escenas de puro cine en algunos momentos, que bien es verdad, que si se alejara un poco del cine experimental por el que apuestan reuniría a más adeptos, pero claro, ya no serían los mismos directores ni la misma apuesta. No hay más que echar la vista atrás y ver la frescura de Amer.

Tras ver la serie me quede enamorado de Bershek, esa mezcla entre época caballeresca, música hipnótica y toda esa heroicidad, me encanto. Un anime tremendo lleno de sangre y violencia explicita, que en más de una ocasión fue censurado. Así que cuando vi las películas fui raudo a su encuentro, las dos primeras películas fueron algo decepcionantes para mí ya que pretenden ser una adaptación fiel al manga pero esto provoca que se salten muchas cosas y pierda mucho en relación con el anime, otra cosa que tampoco me convenció fue la utilización de la música que para mí es poco acertada, en comparación con el anime donde es una pieza clave en la serie.

Esta tercera entrega me da exactamente lo que me falta en la serie, una explicación de la ida de olla tremenda con la que acaba la serie, además de aportarme cosas nuevas creo que esta vez si, la música es un acierto acompaña la película y la dota de mayor personalidad que sus predecesoras. No huye de mostrar violencia explicita, ni de regocijarse con escenas picantonas, dándole mucho de lo que Miura quiere que tenga su obra. El baño de sangre continuo al que nos somete es brillante y consigue retorcer al espectador en su sillón. En relación a la calidad de animación es brillante, muy trabajada aunque solo un reflejo del universo del manga, aun así se deja ver en su parte final el universo de Miura lleno de referencias literarias a grabados de Dante y su divina comedia o Bruegel.

Pero como obra inacabada que es no se puede terminar de valorar en toda su magnitud, aunque en comparativa con la serie creo que encauza mucho mejor el universo al que nos quiere llevar Miura. Yo tampoco he terminado de leer el manga, lo deje a medias, pero veremos a ver qué camino cogen estas adaptaciones, ya que no hay que olvidar que estas 3 películas llegan al capítulo 90 de sus mangas y Miura ya va por el 333. Así que ha quien le haya gustado le animo a que haga como yo y continué con el manga.

Peppermint Frappé película española de 1967, cerca ya del declive del franquismo, nos cuenta la historia de Julian un radiólogo de cuenta que pasa su vida monótona con tranquilidad justo hasta el día que aparece de nuevo en su vida un viejo amigo Pablo, con su joven y alocada mujer Elena interpretada por Geraldine Chaplin. A partir de aquí la vida de Julian se trastorna porque se enamora perdidamente de ella.

Carlos Saura quería con esta película acercarse al cine de dobles sentidos de Buñuel y en parte lo consigue, dedicándole la película al maestro. Tras el éxito de La caza a Saura se le tiene más en cuenta y en esta película es donde hace su primera colaboración con Rafael Azcona, esto se deja ver en el guion sencillo pero bien esquematizado. La película consiguió hacerse un hueco para entrar en Cannes pero con las protestas en Madrid de 1967 en respeto a estas renuncio a ir. Poco después si fue a Berlin y se llevo el oso de plata a mejor director.

La historia presenta un paralelismo simbólico entre los deseos de Julian hacia Elena, representando la España tolerante que se abría paso en ese momento, divertida, desinhibida, abierta. Frente a Ana, la enfermera que es la metáfora de moralidad, rectitud y represión. Al final del proceso de cambio al que la somete Julian a Ana acaba convertida en la Elena que el desea. Consiguiendo Saura ese doble simbolismo que tanto quería.

La película es todo un símbolo del cambio incipiente que se estaba dando en España en esos años, no es ninguna genialidad pero es una muestra de buen cine Español y una oportunidad de ver lo precioso que es Cuenca.

Cafe de flore es el tercer largometraje de Jean-Marc Vallée después de su conocida opera prima a nivel internacional C.R.A.Z.Y y de La joven Victoria , ya teníamos claro de lo que es capaz este director.
Aquí nos vuelve a demostrar que una parte fundamental de su cine, es la música. Llegando en esta ocasión hasta a dar nombre a la película, una canción Chill out que hace en ocasiones de hilo conductor en la historia y que llega a ser parte fundamental en la historia. Pero no contento con esto la película aglutina en su banda sonora nada menos que a : Sigur Ros, Pink Floid y The Cure. Una gozada vamos...

Dejando a un lado su banda Sonora: la trama, algo particular todo hay que decirlo, nos cuenta dos historias paralelas poniéndonos en situación de la siguiente manera: Por un lado Antoine un dj de éxito que vive su sueño, una mujer que le quiere, dos hijas preciosas y estabilidad económica. Por otro lado Jacqueline madre de un niño en los años setenta en París. A partir de aquí es donde aparece la magia y el director trata de unir estos dos mundos que discurren en la vida de Carol, de una manera que puede gustar o disgustar.

En cuanto al apartado artisitico hay que destacar la más que loable primera interpretación de Kevin Parent cantautor canadiense, en el papel de Antoine, que dota al personaje en muchos minutos de la fuerza que necesita.
También hay que mencionar el papel de las tres féminas, Vanessa Paradis actriz/cantante francesa conocida por sus amoríos con Lenny Kravitt y Jonny Deep; o sus actuaciones como en La chica del puente. Aquí deja a un lado esa imagen tan trabajada de belleza mundial y encarna a la madre que se desvive por su hijo.
Evelyne Brochu y Hélène Florent ,que curiosamente una es rubia y la otra morena y cambian sus colores en esta cinta, destacando el papel de la desconocida Florent.
Así que una buena película que recomiendo cuyo gran fallo es el explicar las cosas cuando con todo la simbología y las pistas que van apareciendo ya estaba todo dicho, pero como he dicho estas formas te gustan o te disgustan.

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