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España España · valladolid
Críticas de Juan Mati
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Críticas 7
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
12 de febrero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta película, Pablo Larraín pone fin a la trilogía que narra o trata toda la dictadura pinochetista, el ascenso al poder mediante el golpe de estado reflejado en la película “Post mortem”, la época mas violenta de la misma tratada en “Tony Manero” y finalmente el principio del fin con este nuevo largometraje.
La cinta, rodada con cámaras de la época para que se difumine la línea que separa la parte de ficción grabada y las imágenes reales de archivo, nos lleva a los últimos coletazos de la dictadura chilena, cuando el régimen vio la imperiosa necesidad de legitimarse frente a la comunidad internacional y se vio obligado a convocar un plebiscito que significaría finalmente su caída, o al menos, el principio de ella.
El protagonista de la película, René (Gael García Bernal) es un publicista producto de la época que le ha tocado vivir y del capitalismo impuesto en el país. Después de una época en el exilio en México, se presupone que a causa de sus padres, ha vuelto a Chile y trabaja para una compañía de publicidad.
Una vez convocado el referéndum se establecen unas franjas horarias y un tiempo de quince minutos para las opciones del “SI” a la continuidad de Pinochet o del “NO”, en este punto debido a un viejo conocido, René se convierte en el máximo encargado de diseñar la campaña publicitaria del “NO”, mientras que su jefe (Afredo Castro) que parece un firme defensor del régimen será el que lleve la campaña del “SI”.
La campaña de René, es completamente opuesta a la que realizan los defensores de la dictadura, ya no solo ideológicamente lo cual es evidente, sino que mientras que éstos aluden a la miseria y la penuria que vivía el país durante el gobierno anterior y solo muestran imágenes grises y de necesidad, René desarrolla una brillante y optimista campaña basada en la alegría de los chilenos en vez de en el terror, incluso llega a inventarse que en el símbolo de la campaña, un arcoíris, están representados todos los grupos parlamentarios opositores, con el fin de convencer a los líderes de los mismos de la necesidad de esta forma de publicidad.
Por otro lado, René tiene que lidiar además con una, no sabemos muy bien si ex mujer o ex pareja (Antonia Zegers), muy activista que es detenida a menudo y a la que siempre se ve obligado a sacar de la cárcel, en parte por amor, pues como ya digo no conocemos muy bien la naturaleza de su relación, y en parte por el hijo que ambos tienen en común pero del que se encarga habitualmente nuestro protagonista.
Además, conforme se acerca la fecha del referendo marcada en el calendario, las amenazas o los intentos de intimidación se producen alrededor de René y el grupo de trabajo encargado del “NO”.
Finalmente, y como creo que todo el mundo conoce como acaba la historia o al menos que se acabó con la dictadura, en los últimos minutos vemos como al principio se intentaron ocultar o distorsionar los resultados del referéndum, que daba una clara victoria a la opción del “NO” o que algunos generales parecía que daban de lado Pinochet cuando su derrota ya era segura cuando poco antes celebraban la victoria aún antes de conocer los resultados.


En definitiva, “NO” es un largometraje que merece la pena ver si se quiere conocer un poco más la historia del final de una de las dictaduras que más víctimas se ha cobrado en Latinoamérica, además de mostrarnos lo importante que se ha vuelto la publicidad en política y el daño o el bien que puede hacer una campaña. Se nos muestra como se puede vender una ideología, en vez de utilizar un himno se utiliza un gingle que sea más atractivo para la mayoría, en vez de mostrar la crueldad existente, se muestra la otra cara de la moneda, la alegría de pertenecer al pueblo chileno.
Además nos introduce en un contexto social en el que parece que el país se está modernizando y abriendo al mundo, la empresa para la que trabaja René hace anuncios de bebidas del estilo a la Coca-Cola y de microondas, un invento que acaba de llegar al país y que tiene a todos asombrados. Y nos muestra también un contexto ideológico donde los opositores al régimen serán socialistas, socialdemocrátas, etc, pero nunca, nunca, serán comunistas pues parece que hay un verdadero “miedo” a ser llamado comunista y esto es algo que se utiliza de forma recurrente en la cinta y que producirá muchos y buenos momentos de risas.
Juan Mati
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8
29 de enero de 2013
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Bestias del sur salvaje”, el primer largometraje de Benh Zeitlin, nos transmite desde los primeros instantes en que la pequeña Huspuppy (Quvenzhané Wallis) aparece en pantalla acercándose a los oídos pequeños animales para escuchar los diferentes latidos de sus corazones, una sensación de armonía y tranquilidad apenas descriptible.
Es así como comienza esta película, ganadora del premio a la mejor película y mejor fotografía en el festival de Sundance y nominada a cuatro Oscars, entre ellos mejor película y mejor actriz.
El director, desde un primer momento intenta transmitir la magia y la alegría de vivir en el pueblo, ficticio, de “La bañera”, donde la tristeza es algo casi inconcebible viendo como incluso celebran un desfile con música y bailes incluso para enterrar a una persona. Separados por un enorme dique de ese otro mundo teóricamente civilizado y que no comprenden pero con el que sin embargo se verán obligados a tratar.
La historia tiene como protagonista a la pequeña Huspuppy, una niña con una enorme imaginación y una energía que hace que sea casi una fuerza de la naturaleza en miniatura. El desencadenante de la película se produce con una gran tormenta que sepultará parte de la isla en la que viven y que les obligará a ella y a sus seres queridos a luchar por su supervivencia.
A partir de aquí aproximadamente podemos observar una división de dos corrientes en la trama, por una parte la más real de la vida de la protagonista, la relación con su padre, Wink (Dwight Henry), un hombre que representa la fuerza y la supervivencia del pueblo pero que tiene una extraña forma de ejercer las funciones que como padre se dan por supuestas, hay una escena padre e hija en la que comparten un vaso de no sabemos que bebida alcohólica, como si fuese una conversación entre dos personas adultas en un bar, pero que sin embargo se ve que todo lo que hace es por ayudar a su hija; la esperanza de la niña de que la madre vuelva algún día, lleva a todas partes una camiseta que simboliza su persona y mantiene diálogos con su voz invisible; la vida en permanente contacto con la naturaleza y los animales y la asistencia a la escuela, donde enseñan unos valores muy diferentes a los de cualquier otra escuela.
Y es en la escuela donde podemos encontrar la otra especie de trama de la película, una desarrollada por la profunda imaginación de la pequeña, donde los Uros, unos animales mitológicos que les han enseñado en la escuela que lo destruyen todo, están volviendo a la vida tras derretirse los casquetes polares.
Estas dos partes de la historia, avanzan paralelas y conforme la pequeña Huspuppy emprende ese viaje de ida y vuelta para procurar arreglar esas pequeñas piezas del mundo que cree haber roto y que les conducen al desastre, los Uros se acercan más y más a su destino. Al final, cuando la tormenta, ya no como fenómeno meteorológico desencadenante de conflictos, sino como los conflictos en sí mismos ha pasado, Huspuppy comprende, tal y como expresa la frase final de la película, que ella es una pequeña parte de un gran universo, y que así es como debe ser.

De los actores poco se puede decir salvo cosas buenas, Quvenzhané Wallis es una niña de apenas seis años que nunca antes había actuado y que a pesar de esto lleva sobre ella el peso de prácticamente toda la película y como en algunas escenas de la película en que saca los músculos, tiene una fuerza increíble. Y Dwight Henry, de profesión panadero y que tampoco había actuado antes encarna a la perfección su papel de protector y guía de Huspuppy.
La banda sonora, compuesta por el propio director y por Dan Romer, es igual de encomiable, pocas veces he disfrutado tanto escuchando la música de una película, en algunas cintas solamente tiene una función de ponernos en una situación determinada, sin embargo, en “Bestias del sur salvaje”, incluso la música tiene un papel protagonista, tanto que a veces no sabes si mirar la pantalla o cerrar los ojos y centrarte en escucharla. Y la fotografía, perteneciente a los paisajes de Luisiana, transmite a la perfección la paz y la tranquilidad que se respira en esos pequeños pueblos de pescadores en los que está inspirado “La Bañera”, o la división que puede existir entre dos mundos de culturas diferentes, es decir, hace que la cinta sea muy bella de ver, en el sentido más estricto de la palabra.

En definitiva, “Bestias del sur salvaje” lleva perfectamente el realismo mágico a la gran pantalla, Benh Zeitlin, con unos recursos muy escasos, ha conseguido realizar una película tanto para soñadores como para los mas realistas, para aquellos que creen que la naturaleza es algo que hay que conservar y para los de la posición contraria que se esfuerzan por destruirla, en conclusión, una unión perfecta entre dos mundos separados como en la película, por un dique de enorme proporciones.
Juan Mati
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7
5 de enero de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La protagonista de la historia se sumerge en un mundo fantástico para buscar a un acróbata, “The Aearlist”, del que se enamora instantáneamente tras verle actuar. La lucha por encontrarse el uno al otro los conducirá a adentrarse en multitud de espectáculos maravillosos que les mostrarán un mundo de completa magia y fantasía.

El director Andrew Adamson se une al siempre reconocido James Cameron para llevar a la gran pantalla los espectáculos del famosísimo “Circo del Sol”.
Una chica que se encuentra disfrutando un día en el circo se enamora al momento de uno de los acróbatas, sin embargo, este cae durante una de sus acrobacias y cuando ella intenta ayudarle los dos son engullidos por la arena de la pista. Allí vemos que están separados y se encuentran en una especie de desierto con varias carpas y cada una de ellas representa una especie de mundo diferente dentro de los cuales nuestros jóvenes enamorados lucharán por encontrarse.
Con esta sensación de estar a medio camino entre el cine y el teatro, nos conducen mediante una imagen perfectamente cuidada y un 3D muy logrado, por esos diversos escenarios de fantasía donde descubriremos personajes de apariencia inverosímil o contemplaremos acrobacias imposibles, espectáculos de fuego, bailes bajo el agua y batallas increíbles, que en unas ocasiones nos divertirán y otras nos dejarán con la boca abierta preguntándonos como es eso posible.
La cinta prescinde en todo momento de la palabra hablada pues transmite absolutamente todo lo necesario mediante las representaciones acrobáticas, los gestos de aquellos personajes que vamos encontrando y la banda sonora, de la cual hay que decir que es maravillosa y con la cual el director hace un pequeño homenaje a una banda como “The Beatltes” incluyendo varias de sus canciones, tales como, “All you need is love” o “Lucy in the sky with diamonds”.
Si solo tuviera que sacar un pequeño pego a la película sería el hecho de que al ser una película que pretende representar el teatro, se pierde un poco la emoción y la tensión del mismo, donde los saltos, giros y acrobacias que se contemplan se están viendo en directo y donde un pequeño error puede ser fatal.
A pesar de esto, “Cirque du soleil. Mundos lejanos” es una maravilla para la vista, una película hipnótica que te atrapa durante una hora y media y te hace creer, como cuando éramos niños, que la magia y los mundos de fantasía existen de verdad y que con ellos podemos olvidarnos durante un breve espacio de tiempo de todo lo demás que nos rodea.
Juan Mati
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8
12 de noviembre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
François Ozon, con esta película, aborda temas variados y complejos, enganchándonos a la película con una pequeña sonrisa en los primeros minutos, cuando Germain (Fabrice Luchini) en una situación un tanto cómica, en la que todos los profesores están prestando atención al director que explica las nuevas normas, mientras él sostiene un croissant y lo mira como buscando respuestas en su interior a lo que se está exponiendo. Con un detalle tan nimio como este nos damos cuenta de Germain, es un profesor cansado que lo único que quiere es que le dejen impartir su asignatura como él quiera, y no pensando si el bolígrafo rojo o el verde estresarán más o menos al alumno.

Cuando Germain lee el primer relato de Claude (Ernst Umhauer), se queda fascinado y se lo enseña a su mujer, Jeanne (Kristin Scott Thomas), la cual se convierte de inmediato en una observadora externa. Estos dos forman un matrimonio feliz aunque algo atípico, el es un apasionado de la literatura clásica y ella una defensora del arte contemporáneo, pero la diferencia nunca ha sido una fuente de conflicto, al contrario, el amor que sienten los dos por la cultura es como el hijo que nunca tuvieron y esto solo empieza a pasarles factura conforme se acerca el final de la película.

A todo esto, Claude sigue entregándole relatos a Germain sobre la familia a la que de alguna manera, le gustaría pertenecer. Se ha convertido en el mejor amigo del hijo y a partir de ahí observa de día e incluso de noche, como es la vida en esa familia. Un padre con un trabajo que no le satisface y que está obsesionado con China, una madre, Esther (Emmanuelle Seigner), que pese a sus sueños se ha convertido en un ama de casa aburrida y por supuesto Rapha, su amigo, un chico simplón al que solo parece interesarle el baloncesto.

Los textos que le entrega Claude a Germain son cada vez más frecuentes, y con los consejos que éste le ha dado para mejorar su forma de escribir, Claude da rienda suelta a su imaginación por lo que poco a poco, en la película, se nos va haciendo cada vez más difícil diferenciar que es real de lo que no, se nos va difuminando la línea que marca donde empieza y donde acaba la ficción del chico. La historia va contando nuestro protagonista, se ha convertido en una obsesión para ambos, Claude tiene el ardiente deseo de un muchacho de dieciséis años y en su afán por querer formar parte de la familia y escapar de su triste realidad, parece que se ha enamorado de la mujer, y Germain que tuvo sueños de escritor pero que nunca lo consiguió, escapa de su frustración mediante lo que le presenta Claude, en ocasiones incluso se le ve “participando” de la propia narración que éste va realizando, como una especie de voz de la conciencia.

Al final, la historia empieza a destruirlos a los dos, Claude ve que no puede pertenecer a esa familia, que se cierra ante su presencia, y Germain se ha cansado de toda la ficción, que se ha vuelvo demasiado obsesiva, llegando a tal punto que su estudiante ha entrado en su casa y llegado a entablar una cierta relación con su mujer.

La escena final de la película, es perfecta, Claude y Germain sentados en un banco frente a un edificio con muchas ventanas, cada ventana representando una nueva historia, un asesinato, una pareja de lesbianas, un matrimonio de ancianos que baila, etc. Un mundo con infinidad de opciones y de posibilidades que descubrir, si de nuevo, vuelven a entrar en la casa.

En definitiva, a película de François Ozon está conducida de forma perfecta, como el sultán de “Las mil y unas noches” que no podía decapitar a Scheherezade porque necesitaba conocer el final de la historia que ésta le contaba, tanto el público como los propios personajes, están siempre expectantes para ver que es lo siguiente que va a ocurrir. Germain y su mujer Jeanne, que aunque crítica al principio con Claude, tiene una actitud un tanto voyerista, están siempre ansiosos por conocer que es lo siguiente que éste hará cuando vaya a la casa. Y nosotros, el público, que contenemos el aliento cuando le vemos caminando a oscuras por el pasillo esperando que no le descubran, mientras ve a los padres haciendo el amor o discutiendo, nos convertimos también en unos “mirones” pues estamos ansiosos de “volver” a esa casa para ver como continua la historia.
Todo esto está sutilmente acompañado de una banda sonora sencilla pero muy efectiva, que genera tensión en los momentos precisos en que Claude observa sigiloso por el pasillo y nos relaja de nuevo, cuando vemos una vez más no ha sido descubierto. Además la fotografía es sencilla pero muy efectiva, no hacen falta grandes escenarios, solo un aula de la escuela, un despacho, la casa
de la familia, etc.

Sin duda alguna, “En la casa” es una grandísima película, que refleja de una manera sencilla pero contundente problemas cotidianos de la sociedad actual, una familia corriente con sus problemas, un chico que intenta escapar de la realidad, profesores hastiados de alumnos sin interés, y por supuesto, el afán de mucha gente por inmiscuirse en la vida de los demás, ya no es suficiente con mirar por la ventana, sino que deseamos entrar en la casa, y siempre hay una forma de hacerlo.
Juan Mati
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6
4 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ralf König: rey de los cómics nos lleva a la vida de este dibujante alemán, principal referente de los comics de temática gay. A la vez que vamos haciendo un pequeño recorrido por su vida, nos van desglosando parte de su obra, desde sus inicios, hasta los próximos proyectos en los que va a embarcarse. Esta película es principalmente un documental pero nos proporcionará, sin duda alguna, unos buenos ratos de risas.
Cuando uno habla de ver un documental, siempre se imagina algo de historia, naturaleza o sobre el reino animal, esos típicos documentales de la 2 que se ven justo después de comer y antes de quedarse dormido, sin embargo, cuando vas al cine a ver un documental sobre Ralf König, el famoso dibujante alemán de comics de carácter homosexual, no se sabe muy bien que esperar.Sin embargo, la sorpresa es mayúscula, la película trata la vida de este dibujante y a la vez hace un repaso por sus obras. Es extraño ver un documental sobre un personaje que no tiene una grandísima relevancia histórica, pero es más extraño aún que te cuenten como un chiquillo va descubriendo su sexualidad en el lago con unos amigos, sintiendo que le atrae más su propio género y viendo como se va desarrollando psicosexualmente.
Pero detrás de toda la vida sexual de nuestro protagonista, se nos habla de su trabajo, de los trabajos que le han llevado a ser una respetada figura del dibujo y dentro de la cultura homosexual. Sus obras tratan con una punzante ironía todo lo relacionado con la homosexualidad, temas tan controvertidos o comprometidos como un hijo diciéndole a sus padres que es gay, o un hombre «muy hombre» con el que intenta ligar un «mariposón». Con un humor mordaz nos muestra también los problemas de dichas parejas, que a nadie se le vaya a ocurrir que por ser dos hombres todo van a ser cervezas y fiestas, pues al igual las parejas heterosexuales, discuten, se gritan y por supuesto, se sienten atraídos por otras personas, como bien se demuestra en su obra Konrad and Paul.
Así que en definitiva, la película de Ralf König les gustará tanto a aquellos grandísimos fans que quieran conocer cómo ha sido su vida y el desarrollo de su obra, como a los que simplemente les gusten los cómics y quieran conocer la obra de uno de los referentes del dibujo alemán.
Y que nadie se llame a engaño, que todos su cómics sean de temática gay no quiere decir que sean solo para homosexuales o que solo ellos vayan a entender los chistes, cualquier persona puede hacerse con una de sus obras y pasar un rato agradable y divertido, es desde luego, muy recomendable.
Respecto a los detalles de carácter más técnico, la película está conducida de forma sencilla, con algunas entrevistas a amigos o a través de un fan que entrevista al protagonista, nos van mostrando su vida, y la fotografía nos muestra diferentes lugares en los que ha vivido, como su pueblo natal o Colonia, ciudad en la que actualmente reside.
Finalmente, vuelvo a mi conclusión anterior, este documental es para los mayores fans de Ralf König y también para aquellos que sientan la curiosidad de acercarse al mundo del cómic con una gran carta estética gay, en apenas hora y veinte minutos. Un tema, la homosexualidad, que muchas veces sufren de una tremenda incomprensión y que, a veces, se presenta rodeado de un halo de polémica.
Juan Mati
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