Aunque recuerda bastante a Resacón en las Vegas, el uso del "found footage" o metraje de video encontrado que sirve de hilo narrativo, da una perspectiva novedosa en el ámbito de la comedia y maneja con soltura los dos tiempos: la narración de los hechos y su visualización sincronizada entre el espectador y los padres de la criatura y la policía que no saben que ha pasado, sólo que el hogar está destrozado y su retoño y el canguro desaparecidos.

Los numerosos gags y el tono políticamente incorrecto funcionan a la perfección y están un paso por delante de sus equivalentes estadounidenses que se centran más en la escatología y menos en el sexo o los desnudos que aquí hacen una aparición tan fugaz, como espontánea y normalizada.

El tema de la aberrante malcrianza de los niños está siempre de trasfondo aunque tal vez se vaya de la mano al final con cierto ternuras o y uso de temas musicales pop un poco tópicos .

En definitiva una comedia de variados registros, de espíritu soez, positivo, y con un montaje y una dosificación de la trama y gags ejemplares.

Al margen de su buena factura y su pulso narrativo que mantiene enganchado al espectador en un crescendo bien dosificado, si Musarañas destaca por algo es por la estupenda interpretación de todo el elenco y por la sabía dosificación de la desmesura y el histrionismo de una Macarena Gómez que sabe que su personaje y la historia justifican todos esos variados registros exarcebados.

Hay discutibles puntos de partida, defectos en el andamiaje argumental que se van solventando a medida que la historia cobra intensidad y toma rumbo al desmelene Gore y la sublimación de tragedias ancestrales con estallidos de violencia carpetovetónicos que nos recuerdan a la España negra bien representada por los personajes de Lola Gaos en los setenta.

Tampoco me convence el plano final, pero en general, la historia atrapa y su sórdido entorno familiar está muy bien descrito, una película que probablemente ganará con el tiempo, de alguna manera todas lo hacen.

Comedieta simplona y medianamente eficaz, juega la baza de los tópicos y al igual que la española "ocho apellidos vascos" basa su fórmula de éxito en ponérselo facil al espectador, en no darle ningún matiz ni la más mínima complejidad.

Es tan políticamente correcta y tan blanda que hasta un/a racista recalcitrante o un/a militante de extrema derecha la podría ver con agrado y autoafirmación de una falsa empatía. ¿Es esto un logro de la película? O ¿más bien una demostración de que es tan inofensiva que no aporta NADA a un tema tan candente como la convivencia intercultural? Opto por lo segundo.

Por lo demás el diseño de personajes es muy mediocre, especialmente las hijas que son todas "mujeres florero" (menos la que limita a lloriquear) . Aunque también habría que matizar que los yernos son personajes más trabajados y la química creciente entre ellos es de lo mejorcito de la película. En cambio el mal rollo entre el patriarca y su futuro consuegro africano remite a las más burdas comedietas setenteras europeas.

En definitiva, le falta mordiente, diálogos más afinados, personajes menos tópicos, pero.... Se supone que con un público agradecido ante la sequía de comedias actual nos tenemos que conformar con este producto agradable, simpático y cobardica.

Muy cercana en planteamiento a la célebre West side story, el film juega sus bazas en los números musicales y la verosimilitud del ambiente de enfrentamiento de clanes con sus matices y sus odios

Bastante destacable el papel protagonista, creíble y comprometido, bien trabajado por Céline Sallette, una trabajadora social que tiene que bregar con adolescentes marginales y se ve envuelta en la trifulca de "montescos y Capuletos" de extrarradio. Un personaje del que uno quiere saber más, extremo que el film nos escatima, ofreciendo sólo alguna indirecta sobre su pasado.

El argumento se separa un tanto del conocido drama de Shakespeare hacia el final, pero no acaba de decidirse y acaba dejando un desenlace torpe, inconcluso que deja demasiados cabos sueltos, y el espectador salga con una sensación de insatisfacción.

Modernizar la serie con buenas dosis de acción y mejorando los efectos especiales es de lo más oportuno que le podía ocurrir a la saga. Inroducir secuencias épicas como el prólogo en paralelo entre el ataque Klingon y el nacimiento de Kirk es memorable, los jueguecillos con los universos paralelos y los viajes en el tiempo dan un regusto a la serie clásica ocurrentes y resultones. En general las secuencias de acción (tal vez podían haber sido más) son además de espectaculares, visualmente portentosas y siempre están justificadas por el desarrollo de la trama.

Rejuvenecer a los protagonistas por imperativos del mercado, para que todos y todas sean chicos/as cañón me parece discutible, pero se entiende desde una óptica empresarial.

Convertir al capitán Kirk en un niñato chulito absolutamente despreciable me parece absolutamente INJUSTIFICABLE.