Así se podría resumir esta película, a quien no le gusta un bonito pastel hecho con buen gusto y unos ingredientes mezclados de manera tan exquisita partiendo de un ingrediente tan pobre tan humilde y tan crudo.
Pues eso es lo que ha conseguido Mike Newell, se ha metido en el baúl del saber hacer de los ingleses cuando se ponen detrás de la cámara y ha sacado esas cositas que ellos tienen, su escuela de actores, sus paisajes y sus técnicos y junto con un guión muy logrado han conseguido un apetitoso pastel que nada tiene que ver con el de piel de patata del título.
De una manera sencilla y habilidosa consigue algo que no siempre es fácil, primero implicarte en una historia sencilla que más o menos te vas imaginando pero en la que siempre va dejando ese poquito de intriga para que sigas atento al hilo de ella, todos estos componentes los adorna unas veces con escenas de época perfectamente reflejadas o frases y diálogos conmovedores y entre unos y otros siempre una fotografía perfectamente iluminada, a la que ayuda esa luz difuminada de los nubarrones de esas tierras, ya sea de playas, campos o riscos, con el mismo buen gusto ilumina copas de champán, flores secas o el mismo pastel de patata o los reflejos de un anillo en la pared, lo hace bien en un salón de lujo o en un corral campestre y que hacen el aderezo ideal para esta tarta.
El final lo borda con habilidad y te consigue dejar con ese buen sabor de boca de un sabroso postre que para nada me ha resultado empalagoso, puesto que la historia es lo suficientemente dura y real como para tacharla de eso.
Seguro que la volveré a ver y volveré a deleitarme.

Le tengo que dar un diez, no puede ser de otra manera, no hay nada que no esté cuidado hasta el máximo detalle.
El cine abarca muchos territorios y muchas facetas, como expresión artística, didáctica, reivindicativa, espectáculo, documental o cualquier otro aspecto que se recoja con imágenes en movimiento. Para mi pasa por ser el medio que durante un par de horas te traslada a ese mundo real o ficticio que la mayoría de las veces solo soñamos.
Algunos que consiguen hacer sus sueños realidades como este Coppola pues un día dicen voy a representar el mundo de Drácula como yo lo he soñado desde pequeño, no como me lo han presentado hasta ahora, al personaje le quitó ese aura maléfica y lo dotó de la mayor ternura y tormento que pudo, el resto de actores y personajes no pueden estar mejor escogidos, uno por uno son ideales, desde el principal el conde, pasando por la dulce Winona con 19 años o Van Helsing, hasta las bellísimas vampiresas incluida Monica Bellucci o el secundario Renfield, toda una creación en manos de Tom Waits ( un actor poco aprovechado por cierto )
Que más se le puede poner a la película para que pueda alcanzar el título de obra de arte, no solo del género sino del cine, pues lo adornamos con un vestuario y unos escenarios a la vez barrocos sublimes y tétricos como requiere la historia, pongamos unas cuantas frases que dejen grabado hasta dónde llegaba ese amor inmortal y que de fondo la música sea tan extraña y lúgubre como todo, pero al final que la voz de Annie Lennox lo endulce con su canción de amor para el vampiro por favor.
Que dominio y que habilidad no solo en la dirección, sino en la elección del personal, todos maestros a sus órdenes para conseguir hacer realidad, sus sueños y los nuestros, en esto tan difícil que es el cine. Pero es fácil, tienes que ser el mejor en tu tarea, escoger a los mejores en la suya, darles las pequeñas pautas y dejarlos hacer, lo juntas y ya está. Así de sencillo.

Acabo de terminar esta serie del 2010 y me he quedado con ganas de más, ha sido muy agradable seguir las peripecias de los políticos y periodistas que están en primera línea y como compaginan estas profesiones con la vida en casa. Casas que no sé como serán allá en Dinamarca pero desde luego, las que salen no son como La Moncloa de aquí o los chalets que conocemos que tienen los nuestros, políticos y periodistas. Ha sido casi como ver una película dé superhéroes o mega policías, porque son políticos y periodistas heroicamente honrados y casi irreales, como a ti te gustaría que fueran, no como lo que tenemos aqui, políticos ineptos y corruptos que sirven al partido y los votos, no al ciudadano y a los ideales o periodistas que cuentan lo que les dice el que les paga, sean periódicos o publicistas. Impensable en Dinamarca que un personaje con algo dudoso en su historial adquiera poder en un partido, aquí tan habitual como casi el comer.
Muy buenos ratos me he pasado con estos personajes muy bien interpretados en general y muy recomendable esta serie con un trama y montaje entretenido ameno y sin excesivas complejidades. La vida tal como es.
Estos daneses están haciendo cada vez mejor cine, supongo que porque se tienen que preocupar de recuperar el dinero invertido, no como en españa que el cine lo pagamos nosotros con ayudas, los directores hacen las chorradas que les parecen y que la gente lo vea o no les importa un bledo. En USA que yo sepa no se subvenciona película ninguna y son los numero uno del negocio.

Esas películas épicas de cine bélico antiguas, con todas las estrellas del firmamento cinematográfico de Hollywood prestando su nombre para engrandecerlas aún más han vuelto, una de ellas fue Dunkerke contando un episodio fundamental de la Segunda gran guerra de la manera más cinematográfica posible, primando las imágenes y disminuyendo los diálogos.
En 1917, Sam Mendes da una vuelta de tuerca al género y dedica todo su esfuerzo y vaya esfuerzo, en mostrarnos un episodio esta vez de la Primera Guerra Mundial, de ahí el título, no está plagada de una gran lista de famosos, pero si tiene los suficientes como para darle mas empaque aún a la película, aunque son sobre todo los dos principales personajes, más desconocidos, los que hacen un trabajo que para su curriculum quisieran los grandes de cualquier época.
Por mucho que quieras imaginar trucos y técnicas de manejo de la cámara, la primera protagonista de la cinta, hay momentos que no te explicas como se pueden conseguir algunos planos, seguir el trabajo de la cámara solamente, te hace la película de por sí entretenida, pero es que también hay una historia y unos personajes tan reales como cualquiera de nosotros y por ello interesantísimos, que no son esos grandes héroes de las películas, pero si desde luego son de esos miles de héroes anónimos que surgen en todas las guerras. Pues con ese falso único plano -secuencia y ese seguimiento de la cámara tras esos dos protagonistas, te ves más metido en plena batalla y en el pellejo de esos superhéroes, aunque por supuesto estar dentro de una batalla debe de ser infinitamente más terrible, pues en una pequeña medida consiguen hacerte sentir ese pavor, que es de lo que trata este negocio de meterte dentro de lo que cabe en una historia.
Muy conseguida, en el cine de hoy en día que te llueven explosiones de naves y planetas sobre la cabeza a base de teclazos de ordenador, es de agradecer que alguien nos baje a la tierra se ponga el traje de faena y dé una lección de artesanía cinematográfica moderna como esta. Organizar una batalla sobre un terreno y llevarla a cabo cronometricamente a la voz de “acción” como lo han hecho estos señores la verdad no debe de ser tarea fácil, el coreógrafo jefe se merece el primer Óscar por ello.
El como se hizo de esta peli debe de ser una clase magistral de cine.

Me ha dejado sorprendido esta delicatesen, sorprendido por todo, empiezo interesándome porque me parece un western, mi género preferido para la cinefagia nocturna con las luces apagadas cuando todos se han acostado, pues no, no es americana es inglesa, los ingleses haciendo películas de época Victoriana vale ¿pero de la época del oeste?. Pues si ese arte que tienen en las películas de época lo han trasladado y ¿adonde se van a California? no, se van a Nueva Zelanda que también tuvo su fiebre del oro al mismo tiempo y era igual de inóspito, bello y salvaje, incluso tenían a los nativos maoríes a modo de apaches. Y con todos estos ingredientes sus protagonistas no tienen que ser yanquis sino que pueden ser los pérfidos albiones perfectamente, el círculo cuadrado. Pero es que encima al típico guión de venganza de la mayor parte de películas del oeste le dan otro giro y lo protagoniza de manera muy acertada una mujer, otro punto a favor acorde con la época en la que estamos de poner en valor a la mujer.
Todo esto lo lleva magistralmente tanto como coguionista como de director Niall Johnson, la tensión se mantiene en alto desde el principio hasta el último fotograma. Por cierto preciosos los rótulos y música finales.
En su día fue Sergio Leone el que marcó unas pautas a los americanos y hoy podrían aprender algo de este británico.