Lo único destacable es la actuación y caracterización del personaje principal…y de lo demás mejor casi ni hablar.

El resto de caracterizaciones son realmente patéticas, haciendo especial mención a la del príncipe Carlos: ni siquiera son capaces de colocarle una orejas similares,que es lo que más se le ve de la cara.

Da la sensación de que han montado toda la parafernalia que conlleva realizar una película para mostrar lo bien que actúa la señora que hace de reina.

El resto de los detalles de la película están entre discretos y pésimos.

Interesante y extremo experimento que pone de manifiesto, las alteraciones provocadas por la comida basura sobre nuestros organismos, el carácter adictivo de estos productos y las grandes campañas de publicidad desarrolladas por estas poderosas multinacionales.

El documental trata de un tipo que se alimenta durante un mes (desayuno, comida y cena) de productos de McDonald's y paralelamente, se somete a revisiones periódicas de los parámetros bioquímicos de su organismo.
Evidentemente, los niveles se le disparan hasta cotas peligrosísimas (incluso se llega a hablar de muerte).

Aún con esto, y no siendo en absoluto defensor de este tipo de alimentación, me parece un documental por una parte con una razón absoluta en algunas cosas y por otra parte un poco manipulado. Tan solo hay que pensar una cosa: por ejemplo, ¿el jamón es malo?...a priori no, al menos no existe esa conciencia social como en la comida basura, pero… ¿Y si alguien lo comiera para desayunar, comer y cenar? ¿Acaso no lo acabaría vomitando y con el colesterol por la nubes también?

De las pocas películas, que yo recuerde, cuyo tema principal sea el amor-desamor, que me haya gustado, tal vez por el tono tragicómico que derrocha, o por lo entrañable del protagonista o por todo en general.

Una muestra mas de la calidad del cine Argentino.

Esperaba mas del talento que este director ha demostrado que tiene.
Quizá la estructura que plantea, sea previsible y en consecuencia ya no sorprenda: historias dispares (para darle mas emoción en esta ocasión, suceden en distintos continentes), con una relación argumental (que en este caso a mi me parece metida con calzador…no veo la frescura que tiene “Amores perros” donde las cosas sucedían y el espectador quedaba convencido que de que no podía ser de otro modo)

Babel no es una mala película, simplemente Alejandro González Iñárritu, con “Amores perros” descubrió la formula de la Coca-Cola, y aquí la ha aplicado pero se ha olvidado de añadir el gas.

De lo peor que he visto en mucho tiempo. Carece totalmente de argumento, diálogo e interés de ningún tipo y huele a americanismo rancio.
En definitiva, el tipo de cine que sobra en EEUU. Si buscas algo que no sea la típica americanada, no veas esto.