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Críticas de Oscar DLC
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Críticas 43
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
17 de mayo de 2015
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su extrema honradez y su firme determinación a la hora de mantener la esencia más pura de la saga, hacen de “Mad Max: Furia en la Carretera” un auténtico triunfo y convierten en una concatenación de aciertos cada decisión tomada a la hora de afrontar una secuela treinta años después.

En primer lugar evita en todo momento la tentación marcada por el enorme presupuesto que maneja y la aparición de las nuevas tecnologías, de crear a un Mad Max completamente nuevo, adaptado a las pautas que rigen el cine de acción del siglo XXI. Tampoco cae en ningún momento en el auto-homenaje ni juega la carta facil de la nostalgia a base de guiños a los fans de la saga. Básicamente el veterano George Miller evita errores como los cometidos por George Lucas, por poner un ejemplo reciente, en su nueva trilogía sobre “Star Wars”, manteniendo el encanto y el tono de serie B tan característico de la saga. “Fury Road” es Mad Max en estado puro. Una secuela con todas las de la ley.

Esto no quiere decir que el presupuesto no se note, ni que renuncie por completo al uso de los efectos digitales o el recurso de la cámara lenta. Simplemente no abusa de ellos y mantiene su identidad a lo hora de filmar acción dando prioridad al montaje y a los movimientos de cámara, máximos responsables de la constante sensación de vértigo y velocidad. Puro cine en definitiva.

Donde más luce la película es en su fantástico acabado estético, dominado por una espectacular paleta de colores donde predominan los tonos anarajados exageradamente cálidos de la arena del desierto o incluso en la piel de los personajes durante el dia, y un azul intenso e irreal para las escenas nocturnas. Tampoco se ha escatimado en el fastuoso diseño de producción, rebosante de imaginación, que convierten al film en un interminable desfile de armamento, vestuarios imposibles, terroríficas prótesis cuyo punto álgido es el imponente diseño de Inmortan Joe, villano del film y originales vehículos convertidos en amenazantes máquinas diseñadas para sembrar el caos y la destrucción.

En cuanto a estructura, la película no puede ser más simple. “Fury Road” es básicamente una escena de acción primorosamente filmada de hora y pico de duración. Una desquiciada persecución a toda castaña con un par de brevísimos descansos que no decae ni aturde en ningún momento. A Miller le bastan cinco minutos de prólogo para que nos quede perfectamente claro el funcionamiento de la Ciudadela, sus actividades y su escalafón social para introducirnos después de lleno en el puro espectáculo y de paso colarnos un sorprendente alegato feminista como mensaje principal.

Lejos de masculinizarse para adaptarse al nuevo funcionamiento del mundo, las mujeres no solo se rebelan ante su papel de meras dispensadoras de bebés y leche materna, si no que se erigen como la única esperanza para un futuro más justo en un mundo que se ha ido definitivamente a la mierda por la locura del hombre. Un canto en pro de la femineidad en su vertiente más maternal abanderado por Imperator Furiosa, auténtica protagonista del film.

Sinceramente pensé que la elección del cartel español de la película en el que Charlize Theron aparece en primer plano respondía a que el tirón para acercar espectadores a la taquilla de la bellísima actriz podía ser mayor en nuestro pais que el de Tom Hardy, pero es una decisión consciente de la película la de relegar a Max a un papel secundario que, lejos de restarle peso o importancia, engrandece su aura mítica y lo convierte definitivamente en un personaje de western. Un aventurero errante que ha perdido la cabeza y cuyo único objetivo es sobrevivir, convertido en héroe a su pesar por el remordimiento y sus nunca abandonados principios como policía.

Tanto Theron como Hardy están estupendos en los papeles más físicos de sus carreras – las líneas de guión de ambos caben en la cara de un folio – y demuestran una vez más su versatilidad mostrándose comodísimos en cualquier tipo de género con dos actuaciones portentosas en cuanto a fuerza e intensidad.

A pesar de no tener una especial devoción por la trilogía original, entiendo perfectamente el brutal entusiasmo de los fanáticos de Mad Max ante la llegada de esta cuarta entrega porque “Fury Road” cumple las expectativas y supera a “Mad Max 2″ como la mejor de la saga. Diversión heavy metal rebosante de locura, gasolina y fuego, un abrumador espectáculo de acción de la vieja escuela que apetece volver a ver nada más abandonar la sala. Cine de muchos octanos.

http://losreyesdelmando.com/2015/05/17/critica-mad-max-furia-en-la-carretera/#more-6465
Oscar DLC
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9
2 de mayo de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En plena madurez creativa, Marvel da un nuevo golpe en la mesa con su primer producto destinado exclusivamente a un público adulto. Una nueva muestra del sello de calidad de Netflix que va más allá de la fidedigna adaptación del heroe oscuro y atormentado retratado en la época en la que Frank Miller tomó las riendas del personaje, engrandeciéndolo y convirtiéndolo directamente en el Batman de Marvel.

Ambos personajes siempre han compartido ciertas similitudes como una infancia traumática y su incesante y agotadora lucha por mantener el orden en una ciudad consumida por el crimen y la corrupción. Bebiendo también de las adaptaciones del caballero oscuro realizadas por Christopher Nolan en cuanto al tono realista del relato, el Daredevil de Steven S. Knight y Drew Goddard incluye todos y cada uno de los elementos identificativos del personaje y su entorno a través de un guión magníficamente estructurado, que aprovecha a la perfección el formato de serie televisiva, sin duda el más idoneo para desarrollar una historia de estas características.

Enmarcada en el Universo Marvel, un tiempo después de los devastadores efectos de la batalla de Nueva York vista en “Los Vengadores”, la primera temporada de “Daredevil” es una completísima presentación de Matt Murdock a través de sus inicios en paralelo como abogado y justiciero nocturno, enriquecido por el relato de su infancia y orígenes en forma de flashbacks puntuales.

Charlie Cox demuestra ser un acierto total de casting mostrando presencia física y saliendo airoso de la siempre dificil papeleta de interpretar a una persona invidente, compensando con su fantástica voz las limitaciones de prescindir prácticamente por completo de la mirada como instrumento de actuación. Cox se ajusta cómodamente a un personaje definido a la perfección. Un justiciero duro y decidido a la vez que vulnerable, marcado por la muerte de su padre y por sus fuertes creencias católicas, que lo hacen vivir en un mar de dudas y un constante conflicto interior.

Tanto la interpretación de Cox como la de los fantásticos secundarios, se apoyan también en el fantástico guión que los dota de un transfondo auténticamente trabajado y que profundiza en sus relaciones, yendo varios pasos más allá del tópico de la damisela en apuros, el amigo fiel o el periodista implacable. Un magnífico ejemplo de construcción de personajes que alcanza sus máximos niveles en la representación de un villano sencillamente monumental.

Consciente de que el punto más flojo del universo Marvel reside en su galería de antagonistas, “Daredevil” toma la inteligentísima decisión de reinventar desde cero a Kingpin con un resultado memorable. La serie se toma sus licencias para humanizar al personaje y dotarlo de un transfondo jamás visto anteriormente en las viñetas, logrando un descomunal villano capaz de igualar e incluso superar por momentos en carisma e interés al héroe protagonista. La elección de un actorazo como Vincent D’Onofrio para el papel ya era de por sí una fantástica noticia, pero ni en nuestros sueños más optimistas podíamos imaginar la magnitud de su interpretación y de la nueva visión del personaje.

La figura de Wilson Fisk comienza a tomar relevancia y presencia en el relato de manera progresiva en una primorosa presentación, sin necesidad de aparecer siquiera en pantalla, alcanzando su punto culminante en el octavo episodio (posiblemente el mejor de la temporada), dedícado íntegramente a su figura y su traumática infancia a golpe de flashback. D’Onofrio consigue su mejor interpretación desde “La Chaqueta Metálica” aportando un infinito muestrario de matices a un Wilson Fisk humano y trágico. Capaz de inspirar temor y lástima a partes iguales en su recreación del inteligente y maquiavélico señor del crimen organizado, capaz de destrozar a un hombre con sus propias manos en un arrebato de furia que sin embargo queda reducido a un niño grande vulnerable, acomplejado e inseguro ante la presencia de la mujer que ama.

El resto de la crítica en http://losreyesdelmando.com/2015/05/02/critica-daredevil/#more-5823
Oscar DLC
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21 de abril de 2015
29 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Si algo funciona, no lo toques”. Esta premisa puede aplicarse perfectamente a la segunda entrega del mayor acontecimiento en la historia del género de superhéroes. Difícil el analizar como película un proyecto de entretenimiento de esta envergadura, que para colmo forma parte de un todo aún más enorme.

Joss Whedon, gran artífice de la fórmula original, dedica de nuevo todo su esfuerzo a la titánica labor de repartir equitativamente el protagonismo y la aportación de todos y cada uno de los personajes para que ninguno quede relegado a mero accesorio, con la dificultad añadida de integrar a los nuevos elementos del ya extenso elenco. Y vuelve a conseguirlo de manera inteligente, centrándose en otorgar a Quicksilver y la Bruja Escarlata el transfondo suficiente para desarrollarlos y homenajear en cierta manera a los personajes menos agradecidos de la primera entrega. Ojo de Halcón y la Viuda Negra, siempre ensombrecidos por la grandeza del resto de héroes, son los dos únicos personajes de los que Whedon muestra una auténtica evolución en esta secuela, sabedor de que el resto están sobradamente presentados y la mayoría de ellos tienen y continuarán teniendo films protagonizados en solitario.

Convertido en el icono principal de Marvel gracias al fantástico Robert Downey Jr., Iron Man sigue siendo el pilar central de la trama, causa y solución de los conflictos. Continúa siendo la pieza más inestable dentro del grupo y se mantiene su tensa relación con el Capitán América, germen de la futura trama de “Civil War”. Culpa de Stark es la aparición en escena de Ultrón, el nuevo villano. Aunque su presencia es más imponente y amenazante que la de Loki en la primera entrega, viene a cumplir el mismo papel exacto que el dios asgardiano. Las mismas motivaciones para destruir el planeta, poder tecnológico en lugar de mágico y un numerosísimo ejército de androides que sustituyen a los Chitauri. Incluso es presentado en una versión mucho más humanizada que la de los comics, que añaden grandes dosis de ironía a su caracter e incluso pinceladas de humor que dotan de más amplitud a la fantástica actuación vocal de James Spader.

En cuanto a la historia, exáctamente la misma estructura que tan bien funcionó en la primera. Nueva amenaza contra la Tierra, Hulk otra vez descontrolado como excusa para regalarnos a los fans el mítico enfrentamiento entre el gigante esmeralda y Iron Man en la alucinante armadura Hulkbuster y derrota del grupo que les hace comprender de nuevo que la única esperanza para salvar la tierra es luchar unidos en la batalla final. Todo ello aderezado con las acertadísimas notas de comedia, protagonizadas aquí en su mayoría por Thor, su momento dramático y las escenas de acción más impresionantes jamás vistas.

A excepción de Matthew Vaughn, probablemente no haya nadie en este momento capaz de igualar a Joss Whedon a la hora de filmar acción. “Vengadores: La Era de Ultrón” solo puede calificarse de auténtica exhibición en este aspecto. Yo que aborrezco las escenas rápidas en las que ni te enteras de lo que pasa y únicamente aturden, agradezco enormemente la habilidad sobrenatural de Whedon para mover la cámara sin que nos perdamos detalle de la acción por más frenética que sea. El mejor ejemplo, el brutal plano secuencia pasando de un héroe a otro con el que abre la película que deja el de la escena final de la primera entrega en pura anécdota. Whedon ha dejado sin duda un enorme legado en este aspecto y en el mimo extremo con el que ha tratado a estos personajes. Su último regalo es La Visión. Decisivo, realmente imponente y mucho mejor presentado y desarrollado de lo que nos podíamos imaginar a priori. Los hermanos Russo tienen una auténtica prueba de fuego por delante para mantener el extraordinario nivel en la futura tercera entrega.

Un 3D correcto que luce en los detalles como la interfaz dentro del casco de Iron Man y convierte en una delicia los paseos por la torre de los Vengadores, numerosas sorpresas en forma de cameos de buena parte del universo Marvel, la introducción de pequeños detalles y guiños que cobrarán importancia en el futuro como el escenario de Wakanda y una escena post-créditos (más bien inter-créditos) menos sorprendente de lo habitual, pero que nos prepara para lo que se avecina en la tercera parte, completan una magnífica experiencia, seas o no fan de los comics.

“Vengadores: La Era de Ultrón” es la entrada para un auténtico parque de atracciones y no conviene analizar minuciosamente una atracción, simplemente hay que dejarse llevar y disfrutarla. Puede que el impacto de la primera experiencia sea inigualable, pero el segundo viaje es igual de divertido.

http://losreyesdelmando.com/2015/04/22/critica-vengadores-la-era-de-ultron/
Oscar DLC
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7
21 de abril de 2015
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como si tomara a Mel Gibson -otro actor australiano convertido en director- como espejo en el que mirarse, Russell Crowe ha elegido un estilo marcadamente clásico para su primer largometraje trás las cámaras. “El Maestro del Agua” es un proyecto ambicioso y no exento de riesgos para un debut. Un viaje que navega entre el retrato intimista y las grandes epopeyas con hechuras de superproducción.

Ambientada un año después del fin de la primera guerra mundial, el film centra su atención en las consecuencias de la batalla de Galípoli entre las fuerzas militares de Australia y Nueva Zelanda y el ejército turco, en especial la dolorosa pérdida de los tres hijos de un granjero zahorí de la Australia rural.

Ante lo ambicioso del proyecto, Crowe cumple de sobra con la primera premisa de cualquier director: rodéate de los mejores. En el apartado interpretativo su talento está fuera de toda duda a estas alturas. Es muy bueno, lo sabe y demuestra que no es imprescindible que alguién le muestre el camino para componer el más minucioso retrato posible de Joshua Connor, su personaje. Protagonista absoluto de la historia, Crowe se echa a las espaldas la película también delante de las cámaras para contar la odisea de un hombre que lo ha perdido todo, al que su intuición innata llevará al otro lado del mundo en busca de esperanza.

Crowe se rodea de un elenco muy solvente empezando por Ayshe, una Olga Kurylenko perfecta de nuevo en su dominio de los acentos (el turco en esta ocasión) que empieza a pedir a gritos un papel verdaderamente protagonista, alejado de ser siempre el objeto romántico del protagonista. También es agradable comprobar como se desenvuelve Jai Courtney lejos del género de acción, pero si duda la gran revelación es Yilmaz Erdogan. Fantástico en cada segundo de su actuación, extremadamente convincente como sabio hombre de honor atrapado en las conscuencias y la sinrazón de la guerra y derrochando presencia y química en su relación con Crowe y con Cem Yilmaz, el actor turco que interpreta a su lugarteniente.

Al buen trabajo del elenco de actores hay que sumarle otro aspecto técnico que eleva a “El Maestro del Agua” por encima de la media: el maravilloso trabajo de fotografía del maestro Andrew Lesnie. El ganador del Oscar por su labor en “El Señor de los Anillos” otorga a la película un acabado final majestuoso, muy especialmente en el espectacular abanico cromático que crea para la ciudad de Constantinopla y la impresionante manera de resaltar la belleza, textura y colorido del vestuario.

Quizá solo un par de aspectos pueden cuestionarse para que la película no termine de ser completamente redonda. Uno es la estructura del guión que da la sensación de intentar abarcar demasiado. A veces parece que el libreto estuviera destinado a convertirse en una gran novela o una mini-serie televisiva, más que en un largometraje de una hora y cincuenta minutos. En su empeño por retratar de manera tan minuciosa la experiencia vital por la que pasa su protagonista, el relato se dispersa y se aleja demasiado de la potente trama principal. De esta manera hay fragmentos en los que literalmente te olvidas de que el protagonista se encuentra buscando los cuerpos de sus hijos caidos en combate mientras se desarrolla su historia de amor, conoce las costumbres de la sociedad turca o se relaciona con el pequeño hijo de Ayshe.

El otro aspecto es que es poco sutil en su intención de emocionar y algo obsesiva en su continuo empeño de resultar bonita. Sobre todo en el uso tan marcado de la banda sonora (realmente preciosa) que parece invitarte a empujones a que te emociones durante cada segundo de película. Puede que una enfatización algo excesiva en una historia lo suficientemente potente e intensa en el aspecto dramático.

Pequeños pecados de exceso que no ensombrecen los numerosísimos aciertos de una opera prima de lo más recomendable. “El Maestro del Agua” es un conmovedor alegato antibelicista y una gran odisea vital, dramática, emocionante y realmente bella. Un debut que verdaderamente no lo parece.

http://losreyesdelmando.com/2015/04/21/critica-el-maestro-del-agua/
Oscar DLC
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6
6 de abril de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos podían imaginar el exitazo que iba a suponer ese remake inconfeso de “Le Llaman Bodhi” ambientado en el mundo del tunning y las carreras ilegales estrenado en 2001. Mucho menos que llegaría a generar nada menos que seis secuelas. La saga ha seguido alcanzando estupendas cifras de taquilla entrega trás entrega, lo que ha permitido tiempo y margen de maniobra hasta dar con el tono adecuado para la franquicia.

Después de dos secuelas bastante inferiores, debido sobre todo a las ausencias de sus personajes principales, la cuarta entrega supuso un regreso a los orígenes que estableció definitivamente la base del casting principal. El siguiente paso evolutivo llega cuando el tema de las carreras ilegales está exprimido al máximo y no da más de sí y se opta por adoptar bases argumentales y recursos propios de sagas como “Ocean´s Eleven” o “Misión: Imposible” en pos de ofrecer el máximo nivel de espectáculo posible. Robos suicidas imposibles, espionaje internacional y escenarios exóticos y glamourosos conviven ahora perfectamente con el montaje videoclipero, los primeros planos de bullates a ritmo de hip-hop y las carreras ilegales marca de la casa.

Al igual que la sexta entrega, “Fast & Furious 7″ continúa dicha tendencia cumpliendo a rajatabla el primer mandamiento de Hollywood en cuanto a sagas de acción: Cada parte tiene que ser más grande en todo que la anterior. Hay más peleas cuerpo a cuerpo, más tiros, más cochazos impresionantes destrozados por minuto y más paises exóticos visitados que nunca. En definitiva más acción. Una dosis de adrenalina tan extrema que te hace llegar literalmente exhausto a la última de las tres grandes secuencias de acción sobre las que está construido el film. Una orgía de destrucción urbana equivalente a la que pueden producir los Vengadores o los Transformers en una de sus jornadas de trabajo.

Posiblemente en el plano argumental sea también la más chorra de toda la saga. Las motivaciones del equipo protagonista para ejecutar cada plan son a cada cual más ridícula y no hay por donde cojerlas, pero no te puedes enfadar porque esta saga siempre ha sido honrada y nunca engaña. También da la impresión de que Vin Diesel actúa cada vez peor y nos da igual porque nos cae muy bien. Además siempre sobrevuela la agradable y contagiosa sensación de que esta es una película hecha por una panda de colegas, debido a la buena compenetración y química que desprende todo el elenco.

En definitiva “Fast & Furious 7″ ofrece lo mismo que las anteriores pero más a lo bestia. Si además se añade a la receta el carisma de Jason Statham interpretando a un villano que es una auténtica plaga bíblica con patas, que a pesar de los estragos de la edad, Kurt Russell sigue manteniendo intacto su don en el noble y dificil oficio de molar y que el homenaje a Paul Walker esta realizado con tanta emotividad como elegancia, los fans de la saga pueden estar muy tranquilos. La franquicia más acelerada ha alcanzado, paradójicamente, una cómoda velocidad de crucero.

http://losreyesdelmando.com/2015/04/05/critica-fast-furious-7/
Oscar DLC
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