Hubiese querido escribir algo bueno sobre este proyecto español independiente hecho aparentemente con ilusión y frescura, pero me encontré con un producto acartonado y sensacionalista. El tema de la orgía no es más que un truco para vender la peli, porque está muy falsamente utilizada y sin ningún riesgo. Mucha carne pero solo la autorizada en un mundo de instagram. Los protagonistas son objetos todos guapos y musculados pero sin la pericia de ir un poco más allá en las escenas sexuales, cuando hoy en día en series o películas el sexo está a la orden del día. En una peli que se vende como la de la orgía... Los actores están descaradamente escogidos por su atractivo físico, hasta para hacer de freaky cogen a un actor cachas y guapo. Las actrices también, pero parecen más bien puestas para disimular, porque la peli es homoerótica y LGBT aunque no se atrevan a reconocerlo, como muestra el engañoso y desacertado poster, en el que en una historia coral solo destacan la parejita heterosexual.
El reparto tiene dos registros en general, el barriobajero madrileño típico de series, que bueno, aporta algo de naturalidad, y después un intensito susurrante inadecuado para una comedia que es bastante ridículo. Solo se salvan algunos actores que no están en este tono, como Jonás Berami y María Cotiello, los más "chonis" Miguel Diosdado y Adrián Expósito, o Javier Ballesteros que hace lo que puede con el "disfraz" de trans que le han puesto. Buenos actores como Alex Villazán están decepcionantes y mención aparte para el trío de actores más mayores y los más protagonistas, los dueños de la mansión, pésimas interpretaciones y nulo carisma.
El estilo es insulso y televisivo, así como la aleatoria forma de montar las diferentes historias, para asegurarse de que no aburre van cambiando sin considerar tiempos o narrativa. Le falta energía a lo que no ayuda ni el montaje ni la música. El videoclipero final arregla un poco la cosa.
Conclusion una operación de Marketing que cree que solo morbo y chicos guapos vende pero es cobarde a la hora del sexo y de posicionarse como gay, lo cual ha confundido espectadores y ha demonstrado que lo comercial no vende sin mínimo de calidad.

Alex de la Iglesia es uno de los cineastas españoles con un cine más personal y reconocible. Su cine guarda varios puntos en común: lo fantástico, lo grotesco y esperpentico, el humor, bastante gamberrismo y no tener ningún miedo a la exageración. Un cine que con su arte, su buen hacer y su visión consiguió traspasar las fronteras de lo que a veces por argumento seria serie b, o cine freaki. Y resulta que ahora con su mayor éxito deja los loosers, los antiheroes canallas, los tirados y grotescos para pasar a hacer una comedia burguesa. ¿Se aburguesa el genio?
Lo fantástico está metido casi como con calzador, y queda raro. El humor ya no es sucio ni gamberro, aunque a veces sea un poco burdo no se pasa en ningún momento.
La película, aunque no deja de ser ese tipo de humor tan latino de sainete de matrimonios, está muy entretenida y un reparto con carisma lo eleva de las producciones televisivas. A destacar a Eduard Fernández, Pepón Nieto y los más divertidos, Ernesto Alterio y Juana Acosta. Todos están muy bien en cualquier caso.
El director así como el montador y el equipo técnico en general hacen virguerías que dan gran ritmo a una peli que pese a pasar en un solo escenario se hace amena y no cansa en ningún momento. La cámara está cada vez en el lugar exacto para que se luzca el actor con un chiste o una expresión, los movimientos están perfectamente recogidos...
Lo que es una pena es que un director tan personal haya dejado de lado su estilo y temas por este encargo, si hubiese sido otro director no me hubiese importado

En esta ópera prima nos encontramos tres minorías representadas, la LGTB+, la de inmigrantes en España y la etnia roma o gitana en Bulgaria. El director y guionista pertenece a las dos primeras, y su representación es correcta e interesante, la película parece ser bastante biográfica, no hay cliches ni hay estereotipos, no hay maniqueísmos. Son, sobre todo la LGBT+, minorías bastante representadas en el cine, y aunque ahora es más importante que lo estén el público en general no va a juzgar a la representación si no se atañe solo a cliches positivos para la imagen de estas minorías. Es interesante la historia de como el protagonista ha encontrado prosperidad y estabilidad en España, y vuelve a su país donde reconecta con su familia y sus raíces, donde ve la distancia en muchos aspectos con España, pero también aprecia la sencillez y su cultura.
La relación con su padre es lo más importante, pues han estado muy separados durante años, y esta ausencia paterna, quizás, le ha llevado a salir con un hombre español mayor. Conforme recupera la figura paterna se va enamorando de un chico más joven en Bulgaria, Liuben.

Pero al retratar el mundo roma es donde se nota que el director no pertenece a esta minoría, y teniendo en cuenta que los gitanos en el cine son infrarrepresentados, cuando se les muestra ha de tenerse especial cuidado, y aquí todos los romas aparecen como gente horrible, ni el protagonista se salva. Hacen cosas deleznables, no es que solo roben y tengan comercio ilegal, es que hasta venden a sus hijos... no hay nada positivo, solo Liuben, que igualmente delincue, y justo aprende del chico blanco "salvador" a ser más open minded. En España hace unos años se estrenó una muy buena película y con una representación mucho más cuidada, Carmen y Lola, y aún así llegaron críticas del colectivo gitano, haciendo ver que había carencias. Me extraña que el equipo de Liuben no aprendiese de esa experiencia, ni de otras muchas reivindicaciones de personas racializadas sobre su papel en el cine.

Quiero creer que el director quería expresar algo así como el pueblo roma está oprimido por la racista sociedad búlgara y eso les lleva a delinquir para subsistir, pero le queda algo así como los gitanos son todos ladrones, de mente cerrada, mentirosos, hasta venden a sus hijos, y si uno de ellos es bueno, los propios gitanos le matan, por lo que no es de extrañar que la sociedad búlgara sea racista.  Muy mal. No es cosa tampoco de ponerles a todos como ángeles pero incidir en cliches negativos no es la forma.

Una pena porque la película está bien pero podía ser mucho más interesante y el actor Bojidar Iankov Asenov es maravilloso y hace crecer su personaje fuera de estas particularidades, seguro que la intención no era mala y tiene muchos logros para ser una ópera prima...

A destacar que además de con los romas, en general la película es muy crítica y dura con toda la sociedad búlgara, lo cuál es valiente pero puede llegar a parecer exagerado.

Es una película cuya apariencia low cost puede engañar, es cierto que a veces está por debajo de los estandares la su calidad en sonido por ejemplo, o algunas interpretaciones... pero obviando estas cosas es una comedia fresca e irreverente que saca partido de sus limitaciones y de su estética feísta, a la vez que colorida y preciosa... Es muy original y su entretenida trama nunca sabes por donde te va a llevar. Un cine sin complejos, que aboga por el pop, la diversidad, el amor, no tomarse en serio la vida, ligar y amar sin dramas, disfrutar el momento (el Barcelona "moderno", músical y "de ambiente" de hoy), buscar la magia y lo fantástico a cada momento.
Papá Topo nos da no grandes actores pero sí muy carismáticos, con buenos y pésimos secundarios, pero todos con personalidad, como el inexpresivo director, Marc Ferrer, que introduce el interesante metacine en la peli, y la chica que da eje a la trama, Beatriz Escribano, muy hermosa sin ser estereotipo de belleza. Y Mónica del Raval, malísima actriz pero llena la pantalla.
En defintiva, una peli para disfrutar de su filosofía de vida, y como se dice, bastante parecida en espíritu al primer cine de Almodóvar.