Bueno, tener que aguantar más de dos horas las divagaciones de la panda protagonista la verdad es que me puso un poco de mala leche. Acabé deseándole la muerte a todos. El grupito en cuestión consiste en un viejo cascarrabias egocéntrico enamorado de sí mismo que maltrata a una malfollada, la propia malfollada, el hijo del primero (adolescente incomprendido) y por fin el amigo del viejo, un esperpento de persona que se cree más listo que la gente que le rodea.

Cierto es que sabía a lo que venía cuando ví la película. También es cierto que se pueden rescatar algunos diálogos entre tanta palabrería (estaría bueno, teniendo en cuenta que es una película que lo fia todo todo al guión). Pero los protagonistas son tan petulantes que uno acaba un poco harto de escuchar sus tonterías de desocupados.

En fin, no puedo darle más de un 4 ya que a mí personalmente me resultan más interesantes los diálogos de mi peluquera

Tengo que reconocer que la idea que da origen a esta película me resulta muy atractiva; ¿fidelidad del cuerpo o de la mente? ¿perdón en la pareja? ¿fidelidad o lealtad? nadie tiene la verdad absoluta al respecto, cada pareja es única y nadie puede decir lo que es decente y lo que no, y por eso creo que se podría haber hecho una película mucho mejor sobre ello, algo amoral y atrevido, quizás al estilo Eyes Wide Shut.

Y sin embargo nos encontramos con una película para adolescentes, con lo que ello conlleva:

Viste Historias del Kronen siendo un mocoso y lo flipaste. Saliste del cine con más ganas aún de ponerte, hacer el ganso sin sentido del ridículo y buscar la manera de mojar el churro. Lo recuerdas con nitidez y una sonrisa en la boca, aunque no se lo reconoces a todo el mundo. Pero hoy, los nuevos pollos, más intelectuales sin duda que los de antaño, te dicen que la peli es una mierda. Así que un dia decides comprobarlo, temiendo tener que darles la razón.

Con algo de emoción y nervios te sientas en el sofá y le das al play. Como te temías, por momentos resulta ridícula. Casi te incomoda verla, como si vieras una VHS con tu actuación de Navidad en 3º de EGB frente a padres y profesores. Los actores tampoco son muy buenos. Pero qué carajo, cuando un pijo baila al son de Australian Blonde encuentras que sientes simpatía por los patéticos personajes que ves en la pantalla, y te recuerdas a tí mismo cuando tenias los años de los protagonistas.

Al cabo de hora y media estás confundido. Quizás no sabes crecer. Coges el teléfono para llamar a tus viejos colegas. Todos están ya casados o con novia, igual que tú. Pero sabrás convencerles para salir esta noche, porque tampoco ellos saben crecer.

El uso de drogas es inherente al ser humano. Durante ciertos momentos de la historia unas fueron legales y otras no, y así seguirá siendo por siempre, porque nuestra especie está abocada a seguir utilizándolas. Pero no lo asumimos con naturalidad. Con la naturalidad con la que comienza a beber Joe, con la naturalidad con la que comienza a beber Kirsten, y con la naturalidad con la que se ven arrastrados al infierno. Y esta naturalidad nos hace un nudo en el estómago, porque forma parte de nosotros. Por eso la asombrosa interpretación de Lemmon hace que reconozcamos al protagonista en nosotros mismos o en alguien muy cercano.

El gran acierto de la película es no exagerar el drama, no dar el coñazo al espectador para que suelte una lagrimita, porque más allá de su elegante puesta en escena, lo que muestra es el drama en sí, seco y crudo. Porque así es como se presenta en el día a día. Y el resultado de este fino planteamiento, en mi caso, ha sido un nudo en el estómago cada vez que he vito la peli.

Si me hubiera pillado en otro momento seguramente habría flipado con esta película. De adolescente también se me ocurrían imágenes pseudo-filosífocas, todo alimentado con lecturas tipo Nietchsze y Marx, y me creía (supongo que como todos) un individuo más complejo que los demás. (Supongo que los que flipan con esta peli también se creen tipos realmente profundos). Con el paso del tiempo, todas esas historias perdieron importancia y uno acaba dándosela a lo que realmente la tiene: follar y comer. Esto parece saberlo muy bien uno de los personajes de la película (segro que si la habéis visto sabéis quién es) pero está representado de modo anecdótico, y es una pena.

Así que lo que veo en esta película me remonta a mis años mozos, y la perspectiva del tiempo transcurrido hace que me parezca algo banal y sin importancia. La representación de la muerte y la partida... no me dice gran cosa, excepto que el que hizo esta peli era un tipo con ínfulas de pensador - oficio obsoleto, por otra parte.

Tiene momentos intensos, pero en general no acaba de romper, creo que le falta originalidad
en la forma de abordar el tema y no me acaba de llenar. Pero es que es difícil ser original en estos temas, y más si uno no es un escritor de los de verdad.

PD: tiene razón el amigo Lat3x, qué buenas están las actrices, resulta difícil imaginarse a los Alfredolandas follándoselas en Benidorm.