Esta secuela repite éxito en todos los sentidos. Yo personalmente no la considero ni mejor, ni peor. Está al mismo nivel de perfección en lo suyo. Los momentos de terror son punzantes y agónicos. El suspense de la historia se halla bien dosificado, así como su impresionante y conseguida atmósfera, y casa muy bien con el tratamiento de los personajes. Los actores los interpretan con solvencia absoluta de principio a fin.

Su duración es lo que menos asusta de lo ágil que resulta, puede que se me haya hecho hasta más corta que su predecesora. Los hechos reales en los que basa puede entrar aquí en una suspensión de incredulidad, por lo que los que quieran comparar con lupa lo que pasó en verdad igual se llevan un chasco gordo. Pero esta entrega, como película de terror absoluta es magnífica, y eso es lo primero y primordial. Esta película puede convertirse en un clásico actual desde ya, como su predecesora hizo con su impacto pavoroso y sombrío.

En resumen definitivo: James Wan es el mejor dirigiendo terror.

"No voy a matarte; sólo voy a hacerte mucho, mucho daño". Y este Joker cumplió su palabra con esta película.

Estamos probablemente ante una de las peores películas del año junto con la secuela de "Independence Day", así como ante una película que en su versión cinematográfica (aparentemente la única que hay, aunque con el material cortado de los personajes que ya se está filtrando poco a poco, no me sorprendería otra versión extendida; pero eso ya poco me importa) todavía es peor que la versión cinematográfica cortada de "Batman V. Superman" que ya es decir. Coincido plenamente con lo de que parecen dos películas en una que están unidas de forma paupérrima, constituyendo un fallido experimento en todos los aspectos. No es que se haga aburrida o entretenida. Es que frustra.

La presentación de personajes ocupa una gigante porción de la primera mitad de la cinta y mientras que no tengo un problema particular en eso, la falla es que no termino de sentir nada en especial por ninguno. Margot Robbie brilla por encima de sus compañeros de reparto (totalmente invisibles a nivel de identificación o de carisma en su gran mayoría), pero no me deja un poso genial por culpa de cómo su papel se diluye a través de un guión sin sentido y con una resolución aún peor en un tercio final que rivaliza con el cierre de la horrible "Cuatro fantásticos" del pasado año. Will Smith hace de sí mismo en un papel a su medida, lo cual le hace trabajar en una zona de confort agradable para él pero cansina para un público como yo que esperábamos algo más haciendo de villano. Jared Leto y lo que han hecho con él no tiene perdón. Sabiendo el potencial de este personaje y el temor que imbuía en sus imágenes y en los anuncios iniciales, el recortar su presencia al mínimo y el tratarlo el guión como un matón pandillero (estilo Tony Montana, pero sin llegarle a la suela de los zapatos), que necesita abusar de colores y estética de videoclip para afirmar que está loco parece un tratamiento más digno de "Batman Forever" o "Batman y Robin" que de un universo destinado a ser más oscuro que sus competidores. Viola Davis se halla en piloto automático de forma solvente. El resto de personajes, como dije, podían sobrar por completo.

La acción y los efectos luchan contra su enemigo principal: una edición y un montaje que dejan bastante que desear en numerosos pasajes de la cinta. El ritmo no es el más potente del mundo, aunque sí que al menos cuenta con una mano maestra que te obliga a mantenerte despierto en todo momento. Por desgracia, esa mano maestra es una torturadora al forzarnos a ver semejante despropósito.

No sé si es la presunta inexperiencia de Ayer escribiendo este tipo de guiones (y en muy poco tiempo, escribir bajo presión es infinitamente peor), los nervios (y machetazos) de la Warner por ver cómo se está gestando su universo, o el peso de las propias expectativas generales que no han encontrado su justa respuesta aquí. Pero "Escuadrón suicida" es una mala película. Excesiva en envoltorio, risible en ejecución, con personajes que son de todo menos villanos, una amenaza que no saca su potencial y que provoca bostezo, una historia que empieza así así para acabar por todos los suelos y una sensación final de oportunidad pisoteada por culpa directa e indirecta de todos los implicados.

Ya no me importa si ha sido tan recortada como su anterior entrega y en el mercado doméstico saldrá otra "versión del director" aspirada a mejorar esto (que sí se consiguió, y mucho, con "Batman V. Superman": no hay más que ver mi crítica). De hecho, no sólo lo consideraría una cierta estafa por dejarnos en el cine con las migajas tras prometernos la barra de pan entera, sino que estoy por esperar al DVD de ahora en adelante con cada película de DC que salga. Pues la confianza, la mía, se ha perdido por completo. Respeto a quien encuentre justicia, ritmo o belleza en esta película. Lo respeto lo admiro. Porque yo, con todo mi bagaje, placeres culpables públicos y ocultos, exquisitez y listón, paciencia y tesón, amor por el cómic y la fantasía justificada, he sido sinceramente incapaz.

"Jason Bourne" se halla por debajo de sus predecesoras debido a una primera mitad un tanto rutinaria y a un ritmo no tan voraz como el de la segunda o la tercera entrega. Pero es un regreso más que digno, espectacular, con un final increíble y una acción espectacular.

Matt Damon y Paul Greengrass vuelven a la carga en esta cuarta entrega en la que encontramos a un Bourne atormentado que ha de salir de las sombras cuando un secreto del pasado amenaza con nuevos planes y proyectos del gobierno para hacer programas como los que él se sacrificó por desmantelar. El ritmo no es tan trepidante como sus secuelas y se asemeja más a la original ("El caso Bourne") en cuestión de presentar tramas y personajes, aunque sin replicar su éxito, ni menos su sorpresa.

Pero como los mejores magos, lo mejor se lo reservan para el final. Más en concreto ya en la mitad descubrimos adónde quiere llegar la historia realmente y en el final asistimos a un cóctel molotov en movimiento. Mira que Las Vegas no me pegaba para nada con Bourne (podría citar el resto de localizaciones, pero lo que pasa allí es lo mejor de la película de muy lejos), así como sus tramas envolviendo lazos familiares. Pero aquí Bourne vuelve a alzarse por encima de sus competidores gracias a giros muy bien presentados y a una acción virulenta y apasionante conforme llegamos al final. Final que podría ser perfectamente una conclusión ideal para el personaje y para la historia. De alargarse más aún, se pediría una historia aún más rica y ambiciosa.

Matt Damon vuelve a demostrar por qué la franquicia no sería lo mismo sin él (aunque su cese por madurez ya parece muy cerca), mientras que el trío de ases nuevos: Alicia Vikander/Tommy Lee Jones/Vincent Cassel aportan frescura y tablas auténticas a una película notable y potente. La dirección de Paul Grengrass, la banda sonora a cargo de John Powell con David Buckley y el tema final de Moby componen una secuela notable, que no brillante.

Con un mayor foco en los personajes antes que en la tecnología y con una historia no tan repetitiva al principio, tal vez sería la mejor de la saga. No obstante, "Jason Bourne" es un entretenimiento adictivo y potente que si bien no hace sombra a la trilogía original, sí que la complementa en muy buena manera.

Ni siquiera el propio autor original quedó satisfecho con su trabajo, una enfermiza historia que aún perdura su impacto a día de hoy. Por lo corto de su historia tuvieron que extenderla para poder cumplir con los minutos mínimos para una película. Pero como adaptación y como historia nueva en su primera mitad funciona sobresaliente. Estamos ante la mejor película animada que se ha hecho hasta ahora sobre Batman, Joker y Batgirl.

En mi caso, no me han molestado los 30 minutos iniciales. Los he disfrutado con suma sorpresa. Tan moralmente ambiguo como sus torturados protagonistas, tan oscuros como una historia para adultos requería y perfectos para sintetizar la errática e idealista visión de Bárbara Gordon/Batgirl sobre su vida y la lucha contra el crimen.

Los 35 minutos posteriores. La obra de Moore pura y dura. ¿Qué se puede decir? Genialidad y desasosiego en estado animado puro. Fiel a la obra madre, manteniendo su espíritu y manteniendo al espectador en jaque ante los diálogos del supuesto héroe y el trágico villano.

La mejor, más oscura y más valiente película de animación del héroe encapotado. Había que tener valor y ésta película rebosa valentía por los cuatro costados.

Mi primera crítica que le di a la película estrenada en cines, cercenada por Warner, era negativa y valorada con un 4 sobre 10. El ritmo era aburrido hasta decir basta, las transiciones y el montaje no ayudaban pues eran confusos y tediosos, no hacían favor a los personajes para desarrollarse, las motivaciones eran inexistentes y el final era calzador total.

Probé a ver la Ultimate Edition (que en verdad es la película real, la versión íntegra de Zack Snyder tal y como la creó y la vendió) de tres horas. Mirad que dura media hora más. Pues se me hace tan rápida como "El caballero oscuro". Todos mis problemas con la película previamente descritos arriba se borran por completo. Por completo. Henry Cavill hace su mejor Clark Kent/Superman aquí, mientras que Ben Affleck queda aún mejor definido (e incluso más comprendido en sus motivos) como Bruce Wayne/Batman. Hasta Jesse Eisenberg, incluso con esos tics sobreactuados y asquerosos, cae mucho mejor sólo porque su plan se comprende a la perfección y le hace ser aún más virulento e inteligente. Incluso el clímax final se ve mejor y dedican mayor profundidad al drama, lo cual agradezco.

Ahora mismo, sabiendo que quieren rebajar el tono para las siguientes entregas y hacerla más sencilla y tal, yo personalmente rebajaría importancia a la productora. Que una calificación o una duración no detenga la presentación de un producto brillante a nivel de entretenimiento y de respeto a los cómics.