Aquella famosa frase de la NASA, de cuando enviaban naves al espacio, "Houston, tenemos un problema", sucede cada vez más en el cine, "Houston, tenemos un problema de verosimilitud", y es entonces, como si alguien, al otro lado del micrófono, dijese "eso cada día le importa a menos gente, ¿en qué mundo vive? Es usted un antiguo, la verosimilitud está sobrevalorada". La tolerancia a lo inverosímil es algo cultural de nuestra época, es decir, un partido político dice que es constitucionalista, pero luego dice que quiere acabar con las autonomías y la progresividad fiscal, y en este contexto te aparece Chamuski, un león del tamaño de un toro de lidia en Sudáfrica. Lo de Chamuski es por lo de León chamuscado, después de una explosión por el tanque de gasolina de un todoterreno, Chamuski sobrevive, y un médico de la seguridad social lo enfrenta con un machete de Albacete, y lo sorprendente es que sobrevive. El asunto es que uno le toma empatía a Chamuski, quiere cargarse a los cazadores furtivos por haber matado a su manada, lo que pasa es que Chamuski ya no distinguía entre furtivos y antifurtivos y se cargaba a todo el que le venía a mano, para Chamuski "todos los humanos son iguales". Luego había unos leones encima de unas piedras, que recordaban al zoológico de los Clicks de Playmobil, donde un antifurtivo se acercaba y jugaba con ellos como si fuesen gatitos porque él los había criado, que es algo así como creer que Aníbal Lecter tendría alguna compasión el día de la madre.

Los paisajes de la película podrían parecer los de un coto de caza de la provincia de Cáceres, si bien es cierto que hay algunos planos de la sabana.

En fin, que más que crear una sensación de miedo hacia Chamuski, sales de la película con ganas de crear el Frente Chamuski contra los furtivos.

No está mal película, pero si no le dan el Óscar al león, es que hay tongo.

Todos recordamos aquellas magníficas películas de La Escopeta nacional, pero esta, a pesar de pretender imitarla, recuerda al tubo de escape manipulado de una scooter: el petardazo (y no precisamente por reventar las taquillas).
Con esta tercera entrega han llegado al final de un ciclo, han llegado a un territorio que se llama final del tema, si quieren seguir haciendo películas tendrán que reinventarse, salirse del localismo sevillano y del chiste fácil.

Antiguamente, cuando la gente iba al teatro y no le gustaba, los espectadores lanzaban todo tipo de hortalizas al escenario, hoy en día, hay películas que parece que apedrean al espectador.
Si lo que buscas es una comedia española y ligera, ya sé que comedia española ligera es un pleonasmo, pues agárrate, si no eres del choni mundo de la Isla de las Tentaciones esto es como inyectarte aire en las venas: inverosímil, sin gracia, lenta, actuaciones flojas, y el cine vacío...
La historia consiste en un pijo que se quiere casar con una choni barriobajera, pero que está como un tren, y la familia de él que son unos megapijos, el padre es astrónomo y rico, ¿desde cuándo los científicos son ricos en España?, se quedan a cuadros, pero a la madre le entra un calentón y se pone como una moto con el padre de la choni, que es José Coronado... Y no sé qué decir, espero que me pongan pronto la tercera vacuna del Covid y olvidar esta película.

Ser español y ver esta película sin que te afecten los clichés anglosajones sobre España, es ser tener un problema de autoestima considerable, y lo digo sin caer en chovinismos.

Cliché 1: que el Estado español se quede con el contenido de un galeón de la Armada española hundido en sus costas es piratería, pero Frank Drake era un corsario... Solo les faltó decir que Sid Vicius fue el quinto Beatle.

Cliché 2: los españoles somos tan atrasados que unos tíos se cuelan en el Banco de España a plena luz del día como el que entra en El Corte Inglés, y por muchos esfuerzos que hagan los españoles no pueden con el ingenio británico.

Cliché 3: los protagonistas no son unos ladrones de bancos, simplemente rescatan tesoros.

Cliché 4: al jefe de seguridad del Banco de España le ponen cara de falangista y a su segundo de cantaor de flamenco, y el gobernador del Banco de España es un abuelete fumador e irresponsable.

Cliché 5: los españoles van la mayoría con bigote, les maquillan para que salgan más morenos que los ingleses, como si en España no hubiese gente con la piel pálida y con pecas.

Cliché 6: los españoles son unos fanáticos del fútbol capaces de comprometer la seguridad del Banco de España, como si los del balconing en Magaluf fuesen de Tailandia.

Es un seguir y no parar, y lo mejor es que un estudiante de ingeniería de 22 años, un 'nerd' como dicen en EE UU, de un día para otro es James Bond, además de un experto en cámaras acorazadas.

'Entre las rosas' es una hermosa película de superación y de dar una oportunidad a los demás. Una película elegante en la campiña francesa en la que una creadora de rosas, como la protagonista se define, se encuentra en dificultades para sacar adelante su negocio, frente a un gran competidor al que solo le interesa el dinero. Es una película en la que se contrapone el capitalismo frente a la belleza, la sensibilidad y la humanidad de dar oportunidades a otros. Incluso cuando los padres biológicos rechazan a uno de los empleados en libertad condicional que la protagonista acoge en su empresa, la vida le da una oportunidad.
Es una película entrañable y encantadora.