Interesante serie de seis temporadas, donde todo lo que puede suceder en una saga familiar sucede aquí. Está muy bien hecha y bien interpretada y engancha mucho, es fácil que te encariñes con los personajes. Recomendable.

Me acerqué a la historia sin conocer nada de su trama, creo que por ello me sorprendió tanto todo lo que iba sucediendo ante mis ojos.

El inicio es interesante, te despierta la curiosidad, según pasan los minutos y el metraje avanza van sucediendo cosas que te engancha y sorprende a partes iguales, la intriga continua. El tramo final sin enbargo flojea, pierde fuelle, de desinfla un poco, pero aún así permaneces con el interés justo por conocer como va a desarrollarse la cosa...

Me pareció una fabula interesante que viniendo de Brasil hace que esta tenga un toque diferente y atractivo...

Desde que la peli empieza ya te das cuenta de que es mala, la clásica peli de sobremesa de Antena 3 pero con actores más conocidos.

Tara la prota sale con sus amigas una noche y conoce a un camarero con cara de loco y de mirar fijo, que de entrada ya da mal rollo que tira para atrás, porque si ves a un tío que te mira así fijamente y con cara de demente una se pira a toda pastilla, pero ella no, ella coquetea con él y al final se van a la cama. Resulta que el tipo no es que tenga sólo cara de loco, sino que está como una chota y ella huye de él a la mañana siguiente aduciendo que todo ha sido un error. El loco, no creyéndose un error, no se lo toma bien y empieza a acosarla y a hacerle la puñeta por activa y por pasiva. A todo esto resulta que Tara tiene a su prometido y se van a casar, (con un novio como ese porque se lía con el otro?...es incomprensible) y el loco sigue en sus trece, dando la barrila por aquí y dando la tabarra por allá, que si ahora anulo tu ceremonia, que si ahora seduzco a tu hermana, que si ahora te vigilo desde el tejado de tu casa cual gárgola, que si ahora voy a tocarle las pelotas a tu prometido...En fin, topicos y más topicos, una historia mil veces vistas y sin ninguna novedad en su trama, previsible y simplona y con el final de siempre que pretende crear dudas...

Me ha sorprendido mucho Wes Bentley en el papel del loco, pero me ha sorprendido para mal...después de verlo en American beauty, Los juegos del hambre, Interstellar o Las cuatro plumas, verlo en ese personaje arquetípico y tan forzado no me ha molado nada...

Mi consejo: ahórratela y te harás un favor

Johannes es un director de cine introvertido. Signe es una maestra de carácter muy variable. Ambos parecen formar la familia perfecta al lado de Maria, su bebé precioso y rubicundo. Pero una noche al volver Johannes al hogar recibe la espeluznante noticias de que su esposa ha matado a su hija. Johannes deberá hacer frente a un futuro incierto y recordar un pasado tortuoso, protagonizado por los celos y desórdenes psiquiátricos de Signe que explica porque se ha podido dar ese acto tan inhumano por parte de una madre hacia su bebé. (Se inspira en un episodio de la vida del propio director: al igual que en el film, su esposa en la vida real es profesora). Empieza sin rodeos contándonos el detonante que dará pie a toda la trama y sin lugar a dudas es la parte que más me gustó, después de ahí para mi gusto la peli cae en picado. En conjunto esta es una película que convence más por lo que deja intuir que por lo que muestra, resultando a mi entender bastante fría y carente de sentimientos. Ni me emocionó, ni sentí, ni comprendí a estos personajes, en definitva se puede decir que no me llegaron.

Si tengo que describir esta película con una palabra diría: Forzada

Forzada la historia, las situaciones, el optimismo de la prota, el lado lírico del médico, el blancor aséptico de la fotografía, forzada la relación inverosimil con el doctor, forzados los momentos filosóficos, las desgracias de Tosar, forzado el personaje de la niña Natasha (hasta el nombre me parece forzado) todo, absolutamente todo me resulta forzado y no me he creído nada, por eso no me ha emocionado esta historia que se supone que debe emocionar por el tema que trata.

Le falta alma...