Hablar de "El caballero oscuro" es hablar para mí de una obra maestra perfecta y llena de sangre por sus cinematográficas venas. Da igual el género: superhéroes, noir, épico, thriller, romance. Contribuye a todos ellos. Todo en ella está exuberante e impecablemente realizado. Todos tendrán sus preferencias. Bien, yo tengo las mías. Y nunca volví a temblar tanto o a sentirme tan nervioso e hipnotizado visionando una película. Cambió las reglas ya en el 2008, sigue haciéndolo 7 años después y lo hará otros 70 o más. Es una grandiosa película para el recuerdo.

“Batman vuelve” es la única de las películas clásicas de Batman en su primer gran pelotazo en el cine que realmente sobrevive a las expectativas de su época y al paso del tiempo. Sigue siendo un entretenimiento intenso en su ritmo y notable en el desarrollo de sus personajes. Ya no se siente como una mera sucesión de momentos chispeantes cual tráiler de cine como su entrega madre, sino como una historia independiente con Batman. No llega a una gran altura, pero sí es una gran película de entretenimiento y de superhéroes oscura.

“Next Door” es la típica película independiente pequeña que por su privación a una carrera comercial mayor ha sido enterrada por espectadores potenciales que ni siquiera sabrán de su existencia. Por suerte en mi caso no es así. Es notable en su suspense, beneficiada por su ritmo corto y aunque algunas sorpresas se vean venir otras serán increíblemente bien planificadas en su súbita aparición. Es suspense para pasarlo mal, condenado a un final pesimista pero brillante

“El hombre de las sombras” bien podría ser la película cuyo giro argumental en su segundo acto me ha impresionado más que ninguna otra en muchísimo tiempo. No emplea sus giros como estratagema tramposa, sino como puentes entre resoluciones dramáticas continuas. Una película muy infravalorada probablemente debido a las expectativas equivocadas que se tenían de ella. Oscura, depresiva y magistral: una de las que hay que ver dejándose llevar sin saber nada de su argumento.

“Oculus” no será una película magistral, pero funciona de la manera en que “Reflejos (2008)” debió haberlo hecho. Es una película pequeña en interpretaciones y medios. Pero queda compensado generosamente al ser ambiciosa en piruetas argumentales y profundidad en suspense. Es entretenimiento facturado, pero de calidad y de los que deja hasta con ganas de más.