Si hay algo en lo que la animación japonesa destaca es en mostrar relaciones amorosas trágicas y dramáticas, a través de historias complejas. Este es un claro ejemplo, dos personajes, un "científico" loco y una reconocida investigadora se entrelazan en un complejo viaje espacio-temporal en donde junto a sus simpáticos amigos experimentan con el tiempo la tragedia, la tristeza, el dolor, la mentira pero al final el amor.

Se repite, la historia, una y otra vez, alguien allá afuera matando, asesinando, alguien que da la orden, que paga y financia crueles actos inhumanos; también, quien investiga, quien busca un culpable, quien no comprende como tal grado de maldad existe; están los que callan, son simples observadores, saben o no que pasa, pero no indagan, no les importa, les es indiferente. Al final es la misma vieja historia del bien contra el mal, que nunca acabará, y que talvez nunca empezó porque es la historia en si misma.

El encanto de Scarlett Johansson no puede obviarse, tan joven y tan linda, pero en esta película, tan triste, decepcionada, tan perdida; es una faceta muy tierna y bien ejecutada. Bill Murray parece desempeñar un papel bastante contenido, tal vez el hecho de que sea un actor de antaño le sentó como anillo al dedo. Hay cierto aire de nostalgia en Tokio, la película nos muestra su gente, sus calles, sus bares, restaurantes, y aún así, es como si se estuviese en algún lugar vacío y abandonado.

Interesante película que gira en torno a una brutal historia sobre la mafia: Contrabando, violaciones, traición y mucha acción.
Viggo Mortensen siempre me ha resultado un buen actor aunque se está encasillando en el papel del sujeto doble vida. Pese a que muchas de las escenas de acción pueden resultar inverosímiles, por como están grabadas no hace falta sin parecen ciertas o no, ya que entretienen, y bueno, eso es lo que debe hacer, al menos, toda película.

Mención especial para la escena en los baños, de lo más entretenido que he visto en cuanto a acción cuerpo a cuerpo.

Una película atemporal en donde se puede apreciar un futuro distante pero aparentemente ineluctable, en donde la tecnología ha llegado a su cúspide, más la humanidad ha tocado fondo. Los personajes simplemente son geniales, Harrison Ford le da ese aire de tipo rudo-trastornado a Deckard quien se convierte en el eje de esta película que trasciende el argumento distópico futurista para adentrarse en sutiles pero complejas discusiones filosóficas, sociales, amorosas, etc. Sean Young luce, pese a su pinta de mesera, cautivante, dulce y atrapante. Mención especial para el gran papel de Rutger Hauer quien cierra con broche de oro una película que quedara en la memoria de todos aquellos que aprecian el buen cine.
".. Pero todos esos momentos se perderán en el tiempo como lagrimas entre la lluvia.."