Con el título que tiene yo me hacía a la idea de que se nos presentaría una historia relacionada con la vida en la granja pero nada más lejos de la realidad. Aunque bueno, si lo vemos desde un punto de vista metafórico los asesinos nos ven a los demás como ganado. Sea como fuere, es un peliculón.

Los primeros planos son curiosos, en algunas ocasiones a poco más y la cámara enfocaba los pelos de las narices de los actores.

A día de hoy con toda la cultura de la cancelación y discriminación no sé hasta qué punto este tipo de película tendría que reformular ciertos diálogos pero, sin duda, hay que tener en cuenta la realidad de la época (1991).

La violencia como forma estética es algo que no deja de sorprenderme. A veces ser amable se convierte en una forma letal de agredir: el que te ofrece caramelos jamás va a conseguir nada a punta de cuchillo. Pues en la película el ambiente podría decirse que es el mismo. Para mí, aterrador.

A lo largo de la historia aparecen diversos símbolos. Uno se da cuenta quizás cuando ya tiene todo el mal cuerpo encima porque hay ciertas escenas realmente difíciles de digerir. Si te gusta resolver piezas te garantizo que pasas mejor el rato resolviendo un puzzle tranquilito sobre la mesa que viendo esta macabra sucesión de eventos.

Los colores y la luz contrastan con la atmósfera de terror, pero quizás precisamente ahí reside su dificultad: cualquiera pega un grito con un perchero en la oscuridad pero no con mucha gente rarita haciendo cosas de secta.

La historia es bastante interesante, es decir, sucede en un centro psiquiátrico. Cualquier narrativa de misterio, si a mayores le añades el centro psiquiátrico, ya es más adictiva: no es lo mismo descubrir un ladrón en una panadería de barrio que un ladrón en un centro psiquiátrico. El ladrón igual necesitaba comida pero el locuelo quizás pensaba que el gluten conserva microchips asesinos. Lo que quiero decir con esto es que, precisamente, el ritmo de la película nos hace caer en la duda sobre la veracidad de los acontecimientos. Por ello destaco lo relevante del escenario. Sin ir más lejos, es el motivo por el que la vi. Y por el título.

Por otro lado, quizás el ritmo de la película es un poco lento: la he visto en dos días. No entiendo mucho estas últimas tendencias de alargar los filmes hasta el punto de que si fueran un órgano serían el intestino delgado.

Las actuaciones son decentes, concretamente Bárbara luce tal y como su nombre indica.

Aconsejaría la película a cualquier amante del thriller psicológico, pues veo similitudes argumentales entre otras grandes películas como Shutter Island, Alguien voló sobre el nido del cuco o Ex Machina.

Hola me llamo Nueva Tendencia y vengo aquí a deciros que soy la viva imagen de [insertar nombres de genios históricos del palo de Einstein y amigos] por lo que me tenéis que hacer mucho casito y dejarme tocar vuestras cachitas. Dadme vuestro dinero que así os curo traumas escuchando vuestras miserias generando nuevos traumas a partir de cursos donde os sentiréis realmente incómodos pero que vais a seguir por supuesta presión social.

¿Hola? ¿He conseguido algún seguidor? ¿Sí? ¿Realmente esta técnica funciona? ¿Parece que estoy frivolizando con las habilidades de sugestión? O en realidad, ¿sois tan tontos para creeros lo primero que os cuentan?

En el documental se ve un caso real de secta donde Vanguardia, el líder, consigue formar un harén de mujeres y las marca como ganado. Literalmente, no he aprendido nada. Los análisis de los psiquiatras me parecieron interesantes pero desde luego pienso que la gente que termina inmersa en algo así tiene una predisposición psicológica. Mente débil por ausencia de pensamiento crítico.

A mí me viene un parguelas diciendo que es el rey del mambo y perdona, sal de ahí, fantasma.

¡Es que no lo entiendo! ¡En inglés no te desvelan el crimen! ¡Una cosa es que lo titules "la familia de al lado" y otra MUY DISTINTA, QUE LE PONGAS "PADRE HOMICIDA"! ¡POR FAVOR!

Nada, no penséis que tiene más miga esto. Va de un padre que mata, punto. Que si, que hay muchas pruebas que se pueden recabar porque estamos en el siglo de las redes sociales, vamos. El documental expone una recreación de la vida de la familia a partir de los restos digitales que aparecen por Facebook, o "Feisebús", como dice mi madre. Lo normal.

Pero que sigo sin perdonar que hayáis puesto la respuesta en el título. Por mí os podéis ir a freír espárragos. Qué mala leche. Hasta me sabe mal el café y todo. Gamberros.