Cuando se hace una película de guerra, suelen tratarse las vertientes de esta de manera separada, a saber, la camaradería, la injusticia de la guerra, la manera de recaudar fondos, el dolor por las perdidas humanas, la propaganda, el traumático regreso a casa de los soldados…
Clint Eastwood dirige esta película de modo magistral, abarcando en ella todos estos subconjuntos y creando uno solo pero de forma muy sutil.
En otras como es el caso de “La chaqueta metálica”, la separación de las diferentes partes es clara y bien definida, siendo estos fragmentos solamente dos, la instrucción y la batalla en si, pero aquí, utilizando los saltos en el tiempo, el director nos hace ver de forma sencilla, muchos personajes y situaciones que de otro modo hubiese dado como resultado una cinta mucho más larga y engorrosa.

Creo que con el título lo digo todo.
Sí, tiene argumento, está bien hecha y todo lo que queráis, pero…, que mal gusto. Y los guiñitos al espectador, ¿a que vienen?.
Me da la impresión de que el lema es que hablen bien o mal de mi, pero que hablen. Para mi es una autentica basura salida de la cabeza de un descerebrado disfrazado de director de cine.

Auténtico peñazo de película, que me tuve que tragar por exigencias de una amiga. (Lo que hay que hacer para echar un kiki.)
Menudo rollo indigerible del que no sé realmente cual era el metraje, lo que sí sé es que se me hizo interminable.
Vamos a ver, la protagonista una colgada, que no recuerdo bien si era mudita, o que le pasaba, el marido el tío más raro del mundo, el que se la tiraba, otro que tal bailaba, y todo esto aderezado con dos horas de piano y por los comentarios que entre cabezada y cabezada escuchaba de la íntima de…”que buena película”, “ves…, una mujer que lucha contra todo y todos para ser feliz…”
Uf…, inolvidable, y eso que me pasé más de la mitad de la cinta dormido.
NO LA VEÁIS.

Cualquiera diría que estamos ante una película de acción norteamericana, pero no, es española.
Se nos introduce en el Siglo de Oro español, la fotografía, el vestuario, las escenas de acción, la dirección, todo está muy bien.
Luego los actores, todos genial, con un Vigo Mortensen que esta que se sale, impresionante.
La verdad me ha encantado ver, como éramos, cuando éramos los dueños de medio mundo.
Yo creí que esta película iba a tener más éxito y premios, pues salí de la sala con los pelos de punta, pero…, esto es España y aquí ser español, o incluso un repaso por nuestra historia, significa ser facha, con lo cual que te guste esta cinta, no está de moda.
Pues señores, aún a riesgo de ser tachado de facha, si señor, he sentido orgullo de país al verla.

Que buena película, dirigida y hecha como homenaje a todos los que cuando teníamos 10 años, y hoy sobre 35, las pelis que veíamos eran de artes marciales. Bodrios intragables de chinos de aspecto hortera e imposibles piruetas, de los que salíamos dando patadas al aire y soñando con ser un día Bruce Lee.
Así que si te gusta la violencia en plan artes marciales chinas años setenta, no te la pierdas.