Esta serie parte con una clara ventaja respecto a otras: la serie de libros de Elísabet Benavent cuenta con una gran masa de fans. Pero esa es precisamente su mayor problemática, porque todos esos fans esperaban ver reflejado en la pequeña pantalla la vida de Valeria y sus amigas y, tristemente,se parecen sólo en los nombres y poco más...

Si nos olvidamos de los libros, entonces nos encontramos con una serie pasable, típica de Netflix, en la que un grupo de amigas cercanas a la treintena resuelven sus vidas amorosas con el sexo como ingrediente principal. Habrá a quien le guste más o menos, pero en este aspecto no engaña a quien lo ve.

Peeeero, es que los y las fans no esperaban esto y, desde este prisma, la decepción es más que absoluta. Valeria está desdibujada, Nerea es una sombra del personaje (y no sólo por el cambio tan drástico que le han hecho), Carmen es una secundaria sin peso ninguno y Lola sería la única que se parece bastante a la del libro (con matices). Los personajes masculinos, Adrián y Víctor, son mucho más majos en la serie que en el libro y, por tanto, te acabas posicionando siempre a su favor.

No tiene la frescura ni ese tono pícaro de los libros, aunque por lo menos se deja ver.

Esta comedia de Dani de la Orden es la típica película que echan en la televisión y la verías sin mayores pretensiones. Y así es como hay que verla en el cine para pasar un buen rato, sin preocuparse en guión, personajes ni historia. Básicamente, es una sucesión de gags que permiten avanzar la trama hasta un final más o menos previsible.

¿Te ríes? En ocasiones sí, en otras son situaciones muy forzadas. Pero la sensación que queda es que los actores han pasado un buen rato grabando esta cinta y eso, de alguna forma, se traslada al espectador.

Los actores son habituales de las cintas de Atresmedia, con un Alex García y una Silvia Alonso que vuelven a ser pareja como lo fueron en su día en 'Tiempos de guerra'. Antonio Dechent como padre posesivo, o Jordi Sánchez como manager, son algunos de los muchos rostros conocidos. Especialmente gracioso me resultó Adrián Lastra, mientras que Belén Cuesta también vuelve a enseñarnos su vis cómica. A todos ellos hay que sumar más rostros conocidos como Ernesto Sevilla Marian Hernández, Antonio Resines, Leo Harlem...

Película para pasar el rato sin mayor preocupación que sentarse en el cine o ante el televisor. A ser posible acompañar su visionado con un bol de palomitas, por eso de que si la película no termina de gustarte al menos sí disfrutes del maíz.

Que es una película bien hecha no hay duda. Que es la más floja si la comparamos con los dos trabajos anteriores de Oriol Paulo (tras El cuerpo y Contratiempo), también. Pero precisamente ahí está la magia de este director, que es capaz de enganchar, entretener y hacer pensar al espectador con sus enrevesados puzzles.

Un suceso altera la vida de la protagonista (y su entorno), en algo que bien puede recordarnos a sus anteriores trabajos, pero en esta ocasión se incluyen viajes temporales. Una mezcla de 'Donnie Darko' o 'El efecto mariposa' a la española, no tan fantasioso pero sí con una premisa parecida.

Muy buenas actuaciones, ritmo y banda sonora, algo más floja en cuanto a guión y desarrollo (a diferencia de las otras películas de Oriol Paulo, en esta pronto se adivina el desenlace). Una cinta por encima de la media.

Cuando sale a la luz una película basada en libros, cómics o cualquier otro formato que arrastre un grupo grande de fans siempre supone un problema de inicio para el filme en cuestión. Agradar a esa masa es complicado, puesto que cada uno tiene en su cabeza su propia historia y ve a los personajes a su manera. Solo el mero hecho de intentarlo merece todo el reconocimiento.

Pero no por ello se debe engrandar un producto que podría haber sido mucho mejor. Javier Ruiz Caldera vuelve a ponerse en la dirección de un filme basado en un tebeo. Tras Anacleto, llega Superlópez, pero en ambos casos, su adaptación es fallida.

Cierto que en Superlópez hay un tono y unos decorados que bien podrían asemejarse al cómic, pero falla estrepitosamente en el ritmo y la crítica social que impregnan sus páginas. El filme lo intenta, pero no cala. Quizás no haber elegido adaptar alguno de los cómics, sino buscar una historia propia, le ha podido afectar negativamente, pero la película tiene una falta preocupante de carisma.

Solo Julián López (haciendo de Jaime) y Alexandra Jiménez (interpreta a Luisa Lanas) se salvan de una película que, sin ser un esperpento, queda lejos del potencial que le presupone a Superlópez. Como diría la propia Luisa, ha sido toda una medianía.

Fui al cine sin excesivas pretensiones, convencido de que vería una película entretenida pero poco más, tras haber leído la sinopsis. Sin embargo, lo que encontré es, para mí, una de las sorpresas del año, y supone el descubrimiento de Marta Díaz como directora, así como de la actriz Carmen Flores.

Bajo la premisa de una cofradía, la elección del hermano mayor y los problemas para una mujer y las barreras impuestas a ellas solamente por el hecho de serlo arranca este filme. A partir de ahí, encontramos una comedia costumbrista de personajes, con claros tintes del cine de Pedro Almodóvar y, especialmente, del mejor Alex de la Iglesia.

Te mantiene en vilo continuamente, te saca risas, te pone nervioso y, sobre todo, te hace sumergirte en la historia. Maravillosas las actuaciones, especialmente la que menciono de Carmen Flores que le hizo ganar en el Festival de Málaga como mejor actriz de reparto. Ella luce muy bien, pero el resto están a la altura, hecho fundamental cuando los personajes son el motor de una cinta.

Brillante película, no se la pierdan.