El azar, a veces, coge caminos caprichosos. En la edición USA de un DVD con la famosa ”Vampyr”, a alguien se le ocurrió meter un cortometraje de uno de los genios olvidados del cine de animación. Un pionero del stop-motion y el hombre que transformó los trucos de Melies o Chomón, sobre animación de objetos en entornos reales, en verdaderas obras de arte. Su nombre, Wladyslaw Starewicz.

Lo más grande es que, a principios del XX, usara sus conocimientos de entomología para crear unas marionetas que parecen vivas al ser animadas, con un despliegue de imaginación y estética similar, en aspecto, a lo realizado ahora con un ordenador

Como decía, el azar es tremendo. Hace ya años, me “conseguí” una copia de “Vampyr”, que no he tenido el aplomo de ver hasta hoy. En este cuento animado, a ver si os suena, un grupo de juguetes vuelve a la vida en el momento cuando son llevados a una tienda de juguetes para ser vendidos. Cada uno de ellos, con su propia personalidad, tan bien animados que parecen vivos. Nuestro héroe, un perro de trapo, será el único que intentará regresar a su viejo hogar.

Tras una principio aparentemente nimio, comenzará una bacanal mágico-fantástica totalmente impresionante. Demonios, animales en descomposición, todo tipo de formas y figuras tocarán instrumentos, bailarán, correrán, se pelearán, etc. Una enorme coreografía perfectamente acompañada de música.

En este cortometraje tiene cabida la magia de obras como Toy Story, el tema de los viajes iniciáticos a mundos fantásticos, como en el “Viaje de Chihiro”, cuentos onírico-terroríficos, como en “Pesadilla antes de Navidad” y hasta un trasfondo de crítica social, en forma de metáfora, por la terrible crisis económica de la época. Sin duda, una obra maestra planificada hasta el más leve detalle.

Obligado a continuar con su obra, le doy gracias a la suerte (y al tipo que se le ocurrió meter esta obra maestra junto al coñazo de Dreyer) por haberme regalado tan magníficos minutos.

Desde siempre he adorado los documentales sobre la evolución de las especies. Aunque no lo parezca, "Futuro Salvaje" es de lo más honesto. Desde el primer momento te plantea los riesgos y licencias que se conceden para su creación. Nunca olvidan repetir que es posible, que es probable, que en esas circunstancias sería así, etc. Este documental pretende, más que decirnos como será el futuro, darnos unas bases de como funciona la evolución. A través de una sencillas y lógicas normas podrás ver como se desarrollarían las nuevas formas de vida, y mucho mejor, veremos cómo se desarrollaron las actuales. Evidentemente, hay que saber ver la información en este documental.

Como me he visto los tres "Caminando entre..." puedo corroborar que los parecidos, independientemente del formato de documental -reconstrucciones por ordenador, voz constante en off, bastante imaginación-, son enormes. Viendo cómo ha sido es fácil saber cómo será. Las pautas evolutivas no cambiaron en 500 millones de años, por qué van a cambiar en los próximos 500.

Es una posibilidad, seguramente la más probable; demasiados científicos han participado en esto para que no pueda ser tomado en serio.

La bella mujer que protagoniza esta película, por si alguno no lo sabe, fue toda una diva del destape a finales de los setenta, ya en el ocaso de este “subgénero” hispano.

Como quedaba poco de destape, intentó meterse en papeles serios. Pero si te contratan por estar buena y sobreactuar, difícilmente vas a servir para otra cosa que no sea enseñar las peras. Lo gracioso es que Adriani no es lo peor de la película.

El Juan Miñón creyéndose Rossellini, usa actores no profesionales pero sin la maestría del genio queda muy mal. Además, rueda como si fuera un documental, bailes, formas de actuar de los musulmanes, fiestas, etc. La historia es simplísima, con un guión de lo más pobre.

Pero entre toda la mierda, destacable es la banda sonora, pero por lamentable. Creo que no he visto una sola película con tan mala cabeza a la hora de elegir banda sonora. El uso de sintetizadores para una película de desierto, llena de planos generales, con muchas secuencias de road movie es totalmente desacertado.

Como leí por ahí, si ya era rancia cuando se estrenó imagínense 25 años después.

Una semana yo me levanto y decido que la sociedad me abruma. En vez de irme a un rancho a vivir del campo y de mis vacas, prefiero ir más allá y atrasar mi paso por la evolución humana hasta tiempo antes de la agricultura, más o menos por el neolítico. Primer acierto.

El tema es que no soy muy listo y decido ir a donde actualmente no existe ninguna población, un lugar donde los "antiguos" decidieron no asentarse. ¿Por qué sería? Porque sobrevivir en un sitio así sólo está hecho para machotes como Jeremiah Johnson, así que los pequeños grupos nómadas de nuestra etnia escogieron lugares de abundante comida y climas medios. Segundo acierto.

Como soy urbanita, me llevo un libro. Si fuera hoy en día, con conexión a internet via satéite y paciencia, podría ser, pero un libro... tiene un conocimiento demasiado escueto. Tercer acierto.

Aún así me lo paso bien intentándolo, ojalá lo hubiera pensado mejor. Cuarto acieto.

Consecuencia...

1º Elemento psíquico: los personajes son gentes sencillas, para los que todo se reduce a los esencial: la lucha por la vida y la defensa contra el peligro. Sin duda, personajes como el de Statham o Perlman encajan perfectamente en la planicidad psicológica de la que se hacen gala las epopeyas.

Todo debe centrarse en la acción y debe quedar por espacio para la reflexión; totalmente a rajatabla, la película se rodó corriendo, literalmente.

2º La amplitud del escenario: encuadres sin límite, creando la sensación de epopeya. Este es el paso que más disfrutó Uwe. Subido a su helicóptero, corriendo de arriba a bajo con la cámara, abusando del plano general, sin darse cuenta que sin medios, magnificar batallas da más pena que gloria.

3º El ritmo de sístole-diástole: Contracción y relajación. Uwe mantiene a la perfección el ritmo de expectación/crisis/calma, aunque sea inventándose las situaciones, aunque sea haciéndo el ridículo como en el paso de un grupo por una garganta o un bosque solitario.

4º La escritura:
- Los encuadres de una plenitud absoluta. No hay nada más pleno que un contrapicado de Statham o un “bullet time” de unos ninjas de la época.
- Planos enfáticos para dar una sensación de grandeza. Aquí chochea el pobre Uwe, porque lo único que parece grande es la cabeza de Perlman y las tetas de la rubia.
- Montaje explosivo de las secuencias. Sin ninguna duda, un montaje digno se ser reventado.