A ver, a ver, lo primero: ¿cómo es posible que ya haya tantas críticas negativas de este pedazo de peliculón?

Las entendería si fuesen escritas por gente a la que no le gusta la saga Bond, por todo eso de la vacuidad, el cinismo, la exageración, etcétera etcétera. Pero maldita sea, es que esta película es James Bond en su salsa, es 007 elevado a la máxima potencia.

Que sí, que hay fantasmadas imposibles de realizar en la vida real, y Daniel Craig parece un superhombre con una puntería perfecta capaz de lograr cualquier proeza sin despeinarse lo más mínimo, amén de poder recibir hostias que tumbarían a un elefante sin que dejen ni un solo moratón en su inmaculado cuerpo.

Pero qué queréis que os diga, con el pedazo de elenco que han reunido esta vez, todas esas nimiedades se pueden pasar por alto, y así conseguir disfrutar de la ACCIÓN, en mayúsculas, y de la atmósfera bondiana que rezuma Spectre por todos sus poros, que consigue que pases las dos horas y media que dura disfrutando como un enano, aguardando impaciente la siguiente escena.

Y hablando de escenas, se nota que hay talento detrás de la cámara cuando lo primero que aparece en la cinta es un cojonudo plano-secuencia. Genial idea, señor Mendes.

En resumen, 007 al servicio de su Majestad el séptimo arte.

Dos menciones en el expoliadero con spoiler.

Enésima patata que intenta vendernos A3Media como la serie revelación del año. Después del coñazo de Bajo Sospecha, va Antena 3 y se saca de la manga otro thriller super cutre con una dirección de casting nefasta. Rodolfo Sancho con el mismo careto trascendental y serio durante el 90% del metraje consigue eclipsar al pedazo de actorazo que está hecho el Jesús Castro, que ha logrado encasillarse en tiempo récord, repitiendo el mismo jodido papel tres veces en menos de un año.

Respecto a la serie, espero que los 4 (¡cuatro!) guionistas que tiene, sean capaces de rematar con un final de estos acojonantes, muy del estilo del que tuvo Bajo Sospecha, que creo que es el peor final posible que se le puede dar a una serie de intriga. Así, vaticino que el culpable acabará siendo el retrasado o en su defecto alguien del que no sospecharíamos ni remotamente, como la madre de la víctima.

Ay, qué lejos queda The Wire...

De verdad que no entiendo cómo puede gustarle a la gente este despropósito de serie. Es decir, estamos en la época dorada de las series internacionales y la gente se conforma con ver esta puta mierda de series "cómicas" españolas, que ostentan un humor más rancio que las pelis de Pajares y Esteso.

Así, esta serie consigue estereotipar y simplificar a los andaluces, dividiéndolos en ignorantes, subnormales y más subnormales aún. Además, los vascos son torpes, rudos y con muy pocas habilidades sociales. Ya, que se lo digan a los que se van de pintxos todas las noches.

Pero bueno. Parece que a la gente le gusta, ahí tenéis la inexplicable nota media. Pues nada, conformaos, conformaos...

Acojonante western futurista post-MTV, que en muchas ocasiones parece un videoclip, dado el gusto de Tarantino por esos zooms que acaban en primeros planos o por cómo se recrea en la cámara lenta en algunas escenas concretas. El caso es que la película posee una banda sonora increíblemente cojonuda, y un desarrollo lineal que hace que por primera vez en su filmografía el bueno de Quentin se centre en contar una única historia.

Así pues, la peli transcurre amenamente, se pasa entre risas y cachondeo, con cierto bajón de ritmo a partir de que entre en escena Di Caprio, aunque en seguida se revitaliza y recupera toda su frescura y encanto original.

Por supuesto, destacar las formidables interpretaciones de Christoph Waltz, merecidísimo su Óscar, y de Di Caprio y Samuel L. Jackson, que hacen unos papelones histriónicos y exagerados, pero que son increíblemente adecuados con el tono del film.

El principal problema de π, fe en el caos es que se trata de una obra primeriza y como toda ópera prima que se precie, está rodada en blanco y negro y con un presupuesto ínfimo. Eso de entrada ya ocasiona que la fotografía no sea gran cosa, y que la peli luzca cutre en bastantes ocasiones.

Sin embargo, la película se sobrepone a sí misma con un montaje desquiciado y frenético, que perfectamente podría haber sido realizado por el protagonista, que más parece un enfermo mental que un posible genio de las matemáticas, aunque en algunos casos esas dos cualidades vayan unidas, véase si no Rain Man, Una Mente Maravillosa o Shine.

El resultado final es una película interesante, como bien la define Txarly, una barroca mezcolanza de pajas mentales (joder qué expresión más acertada y cachonda xD) y un film que por momentos parece una parida perpetrada a raíz de un desvarío lisérgico y en ocasiones se torna original y extravagante por algunas reflexiones que se pueden extraer, a pesar del caos narrativo y de la anarquía en el montaje.

Por cierto, me resulta simpático el hecho de que el origen del fallo informático "bug" se encuentre en los bichejos que se colaban en las ranuras de los ordenadores, je. Curioso.