El personaje: De todos los Superhéroes quizás sea Superman el que más empatía y cariño despierte en el público. Se trata de un sujeto que tiene super de todo: superfuerza, supervista, superoído, supervuelo... pero además el tío es humilde, nunca cae en las miserias del orgullo y la soberbia por ser quien es, y cuando hace su vida como simple y mortal Clark Kent, lo único que le preocupa es que su chorba le quiera sin tener que desvelar su identidad. Porque de todos es conocido que Loise Lane lleva sufriendo durante décadas la patología del que sabe algo en la subconsciencia pero se niega a aceptarlo en la consciencia. Como superhéroe, Batman mola, pero con un tipo podrido de dinero y con buen gusto para los vinos, los automóviles y las mujeres no se puede empatizar. Lo mismo de Iron Man. ¿Hulk? Un maldito freak. ¿X-Men? Algo circenses y con poderes bastante limitados si tomamos a cada personaje por separado "¿Que Cíclope puede destruir cosas con la vista? ¿Y qué? Superman puede hacer eso y además vuela y además tiene una fuerza que te cagas". Pero no son sólo sus superpoderes los que hacen de él un personaje iconográfico, es también su seriedad y la impronta presente y contínua de su responsabilidad por ser quien es. Una responsabilidad aceptada y sobrellevada junto al peso de su soledad.

La versión de Singer: La verdad, esperaba ver un truño mayúsculo. No incidiré en los avatares del guión ni en la imposibilidad de tantas contingencias, porque no soy de esos que se meten a una sala de cine a ver la última de Superman y en sus incendiarias críticas la comparan entre líneas con lo mejor de Welles, de Chaplin o de Hitchcock. Cuando decido ver Superman Returns sé lo que voy a ver, secuencias inverosímiles con asombrosos efectos especiales. En esta tesitura, creo que Singer ha logrado ir un poco más lejos, consiguiendo algunos planos de una belleza que sorprende y se agradece. Por otro lado, el personaje cae simpático; Singer no se deja contaminar por la nueva tendencia de crear protagonistas clónicos basados en el molde que fabricó a Beckham. Este nuevo Superman es majete, despierta buen rollo y confías en él. Muy acertada también la elección de Routh, que firma un Superman muy digno y no ha hecho a nadie quemar contenedores por la terrible afrenta que se le ha hecho al desgraciado Reeve. Estupendo Lex Luthor el de Spacey, un actor que se toma en serio hasta sus intervenciones en superproducciones taquilleras, cosa que no hacen todos, que quede dicho.

En resumen, si quieres ver cine protesta, vete a ver algo de Loach, pero no cometas la torpeza snob de echarle 2 horas a Superman sólo para luego ponerla a caldo, hacerte el interesante y así pillar cacho con alguien de tu calaña, o para consolidar tu papel de cultureta entre tus amigos.

Si quieres enfrentarte a un guión sesudo, no lo intentes. Si quieres pasar un rato de entretenimiento con una película más que bien hecha y con algunas secuencias para el recuerdo, no lo dudes, échale un ojo.

Parece ser que en Alemania también ha despuntado un Fernando León de Aranoa, otro destacado compendio de virtudes éticas que cree que el sumum de la rebeldía se encuentra en la sustitución de la c por la k, en la escucha de rock contestatario o en los tópicos archimanidos de los personajes que ven la realidad del modo en que nadie puede verla, etc. No deben escuchar música clásica o jazz, supongo, porque las asocian a los malvados burgueses. Weingartner no utiliza trípode, y su film se encuentra diáfano de cuidados técnicos, porque es tan guay y transgresor que no se quiere ver esclavo de los trucos de la industria. Toda esta tonta imagen, sin embargo, y aun cuando reciba aplausos fáciles de un público ávido de aplaudir este tipo de basura panfletera, desnuda de un total conocimiento de la complejidad del ser humano, se va a la mierda cuando uno se entera de que el amigo Weingartner es pariente de un gobernador, y que el prado con cabañas en las montañas donde está situada la segunda mitad de la película no está formado sino por tierras que su familia posee en regiones alpinas. Vaya con el niño chachiguay transgresor...

Pues nada, chaval, la próxima de la crisis, y la siguiente por la protección del mosquito pse pse, al que los crueles americanos matan con su sucia moral. Y no te olvides de rodarlo todo cámara en mano, convocar manifestaciones antisteadicam, seguir haciendo uso de esos horribles zooms de niño de cinco años y preocuparte lo mínimo por la dirección de actores y la fotografía, no vaya a ser que te etiqueten de esteta, Dios nos libre. Ahhh, y no olvides mantener a 100 metros de tus films cualquier disco de música clásica, jazz, o rock sin mensaje.