Parece que va a ser una película familiar, y que además está calificada para todos públicos (yo la vi con mi hijo de ocho años), pero luego son todo chistes sexuales y, entre otras cosas, explican quien es el Ratoncito Pérez.
Ya no me meto con que sea mala, que lo es y con ganas, una versión cutre de jacuzzi al pasado, con que pocos chistes tengan gracia, etc pero al menos podían avisar y no decir que es para todos públicos.

La cosa va bien, ambientación, misterio, ciertos personajes interesantes y, particularmente, me encantan las películas de espacios cerrados en las que los protagonistas tienen que resolver los problemas con lo que tienen, sin trampas para el espectador.
Pero...
Después aparecen los locos religiosos, y empiezas a perder interés, esa manía (no se si será del autor original o del Guionista) de pretender que en la población de Estados Unidos hay siempre al menos uno o dos locos irracionales cuya única meta es la religión es un absurdo.
Posteriormente salen los bichos tan burdamente hechos, sin un euro en efectos especiales que no dan sino risa.

A partir de ahí, entramos en lo grotesco, tanto en humanos como en bichos, y la cosa se alarga, pierde sentido, y al espectador...

La película tiene dos partes, claramente diferenciadas. La primera, la presentación de Barbie y su mundo, y a Ken, es brillante y muy divertida. El planteamiento del problema, la búsqueda de la solución, el comienzo de la aventura, todo está magníficamente rodado, sin tiempos muertos, con un ridículo cuidadosamente buscado para hacer reír y pensar. La segunda, que podía haber derivado en una película magnífica, se queda en un panfleto político, con chistes repetitivos y mucho mensaje. La última media hora directamente sobra, que manía tienen en no meter tijera y alargar para explicar a los espectadores todo. Le doy un 4 por la primera parte, y me apena que podía haber sido muchísimo mejor pero la política está arruinando todo.

La serie sorprende con un dibujo espectacular, escenarios, cuadros, decoración, personajes... y un guion más que bestia, original, provocador pero con clase.
Desgraciadamente, como ocurre en casi todas las series, los personajes acaban siendo parodias de si mismos. El tonto es más tonto, el borracho más borracho, la loca más loca..
En esta serie se van alternando así capítulos geniales con otros más bien toscos y de humor zaborrero, y conforme avanzan las temporadas pierde su gracia.
El culmen de esta degeneración es la temporada quinta, que trata de dar un giro a la historia, lo que es de agradecer, pero que incurre hasta la exageración en el defecto antes comentado, hasta hacer que odies a todos los personajes por su supina estupidez. No se si llegaré a la sexta...

Larga, larguísima y con escasa sustancia. Para lo que cuenta sobra al menos media hora. Pero claro, ya que tenemos pasta en abundancia, venga peleas y efectos larguísimos. Para este viaje no hacia falta alforjas, ya teníamos la original, mucho mejor. Mi hijo, pequeño e ilusionado, se ha dormido. Lo único salvable Russel Crowe, y alguna frase de Kevin Costner. (Aunque vaya tela, sigo en spoiler)