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España España · Pamplona
Críticas de Edgar
Críticas 912
Críticas ordenadas por utilidad
6
15 de abril de 2009
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda película de la factoría Malpaso, la cual marcaría un punto de inflexión en la carrera de Clint Eastwood al ponerle en contacto, por primera vez, con Don Siegel, director que más ha influido en su carrera cinematográfica.

Estamos ante un western urbano, en el que un sheriff de pueblo debe viajar hasta Nueva York en busca de un forajido. Allí nuestro protagonista se encontrará con todo tipo de prejuicios hacia la gente del oeste, considerados en la gran manzana como auténticos salvajes. Sin embargo, el personaje de Eastwood sabe sortear todo este asunto con elegancia unas veces, rudeza otras e incluso gracia, con un humor sarcástico que se convertiría en referencia para sus futuros papeles en el cine.

Aquí Eastwood comienza a explotar su figura de galán, encarnando perfectamente el rol de seductor cada vez que la ocasión lo requería para lograr sus fines (muy distinto del tipo de personaje que protagonizó en las películas de Sergio Leone).

Bien secundado por Susan Clark (Webster) y Lee J. Cobb (El exorcista), con la soberbia puesta en escena de Siegel y participando por primera vez de forma activa en el guión, junto con el propio Siegel y Dean Reisner, Eastwood salió airoso con esta entretenida película, mucho más importante para el séptimo arte por marcar una línea en el trabajo de Eastwood, que por lo que el film pueda aportar al género del thriller.
Edgar
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8
6 de agosto de 2010
29 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dark City, de Alex Proyas, fue una magnífica película de 1998, cuya temática giraba en torno al mundo de los sueños, entremezclando hábilmente lo real y lo onírico. Al año siguiente, los hermanos Wachowski marcaron un hito en la ciencia ficción con Matrix, una película con claras influencias del film de Proyas. Ahora, 2010, se estrena Origen, un relato que adopta muchas cosas de las dos películas mencionadas, añadiendo una particularidad que ya vimos en Pesadilla en Elm Street 3: la capacidad para compartir sueños. También podemos hablar del tramo final, en el que a buen seguro nos vendrá a la memoria Desafío Total de Paul Verhoeven, algunos aspectos relacionados con los sueños en la línea de Abre los ojos de Amenábar, el espionaje corporativo de Paycheck de John Woo o ciertas secuencias de acción en la nieve al más puro estilo James Bond.

¿Por qué empiezo con las referencias? Porque aunque estoy de acuerdo con muchos en que Origen es una película magnífica, no me parece correcto tildarla de innovadora y original. Christopher Nolan (Batman Begins, Memento) efectúa una labor encomiable como director y escritor, culminando una historia redonda de principio a fin, pero siendo honestos, no inventa nada, pues todos los aspectos de esta gran producción ya han sido tratados en muy diversas películas.

Independientemente de ello, Origen es un film fascinante. La capacidad de Nolan para sumergirnos en varios submundos del subconsciente humano, combinando diferentes niveles del estado del sueño en clave de thriller, sincronizando a la perfección distintas realidades en las que el tiempo no transcurre a la misma velocidad, es una maravilla.

Como sucediera en otro film de Nolan, Memento, la habilidad en el montaje final es una parte esencial para que Origen funcione. No en vano, su responsable, Lee Smith, ya demostró sus dotes como editor en películas del calado de Batman Begins o Master and Commander. Considero que la forma de contar esta historia es lo que la hace grande, muy por encima de sus prodigiosos efectos visuales, ya que debe entroncar diversas tramas intentando que el espectador no se pierda con todo el volumen de información.

A pesar de ello hay que reconocer ciertos altibajos en el ritmo narrativo, los cuales suceden cuando el personaje central, un muy inspirado Leonardo Di Caprio, va desvelando su vida privada. Tampoco otorga, precisamente, un brío excesivo, el hecho de que cada dos por tres nos estén aclarando cómo los protagonistas llevan a cabo sus misiones. Pienso que el libreto se habría agilizado sin tanta explicación (al menos el metraje no sería tan largo).

(Sigo en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Edgar
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8
15 de octubre de 2005
28 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente y original parodia bélica ambientada en plena Segunda Guerra Mundial. Se trata de una comedia de personajes en la que un grupo de soldados hartos de combatir en una guerra que no entienden, se embarca en una gran aventura que consiste en atracar un banco situado tras las líneas enemigas. El artífice del plan es el gran Clint Eastwood, muy sobrio en su papel protagonista, dando vida a un irónico e inteligente soldado, capaz de convencer a todo el mundo para colaborar en su empresa. Está muy bien secundado por Telly Savalas, que encarna a un capitán que parece ser el único que tiene los pies en la tierra y por Donald Sutherland, que es el perfecto contrapunto cómico del trío. Lalo Schifrin, que tantas veces a colaborado con Eastwood, es el encargado de la magnífica banda sonora que, lejos de ser la típica de un film bélico, representa perfectamente el espíritu de esta divertida producción. Buenas secuencias de combate, efectos especiales adecuados para su época y una visión sarcástica y mordaz de la guerra completan este magnífico producto, todo un clásico en su género.
Edgar
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7
1 de noviembre de 2009
26 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si en la década de 1930 Universal Pictures sentó cátedra con sus películas sobre Drácula y el monstruo de Frankenstein, en 1941 llevaron a cabo su primera película con un monstruo no sacado de la literatura. Hablamos de El hombre lobo, el cual, a diferencia de los anteriormente nombrados, es una creación exclusiva del mundo del cine.

En 1935 ya se había estrenado una película sobre esta figura, El lobo humano, aunque el filme que sentó todas las bases sobre la mitología del hombre lobo fue esta cinta que dirigió, en 1941, George Waggner, conocido director de diferentes series televisivas.

Sin embargo, el mayor responsable de esta raza de noche fue su guionista, Curt Siodmak, un alemán de origen judío que había llegado a los Estados Unidos huyendo del nazismo. A él debemos elementos como la luna llena, las dolorosas transformaciones, las balas de plata, la leyenda del contagio, la marca de la bestia y tantas películas y novelas posteriores a su gran imaginación.

Al igual que los otros éxitos de terror de los estudios de la Universal, El hombre lobo es una película que cuida detalladamente la puesta en escena, la ambientación, la fotografía y el guión. La trama, lejos de los libretos facilones de hoy en día, encierra muchas más cosas que un ser terrible asesinando. Por ejemplo, es muy importante el drama psicológico que sufre el protagonista, una buena persona que cae en la cuenta de que se ha convertido en un asesino despiadado y brutal. Lon Chaney Jr. interpretó con mucha solvencia su atormentado rol de alguien que sufre una maldición y no sabe cómo superarla; tal es así que protagonizó cuatro películas más como hombre-lobo, adquiriendo otra maldición, aunque en esta ocasión real: la de actor encasillado.

Otros nombres destacados del reparto son Bela Lugosi (ya en el ocaso de su carrera), Claude Rains (El hombre invisible, Lawrence de Arabia) y la atractiva Evelyn Ankers (El hijo de Drácula, La venganza del hombre invisible).

Entiendo que a quienes hemos crecido con las películas de terror de los 80, los filmes de los estudios Universal Pictures de los años 30 y 40 no nos resulten aterradores. Sin embargo, hay que reconocer que cinematográficamente hablando, están a años luz de muchos subproductos de terror que hoy en día alcanzan fines de semana millonarios en concepto de ventas de entradas. Lo dice alguien al que le gusta que le hagan pasar miedo en el cine.
Edgar
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Megamente
Estados Unidos2010
6,4
17.395
7
9 de diciembre de 2010
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director de Madagascar, Tom McGrath, realiza Megamind, una revisión cómica de las películas de superhéroes basada en el siguiente argumento: ¿qué pasaría si Lex Luthor consiguiera, al fin, acabar con Superman?

Hace tiempo que el mundo de la animación se ha convertido en una guerra entre diferentes estudios. De momento es Pixar quien va ganando con amplia ventaja sobre su inmediato seguidor, Dreamworks, que siempre parece ir varios pasos por detrás.

En 2004 Pixar maravilló al mundo con Los increíbles, la mejor película de animación sobre héroes con poderes hasta la fecha. Seis años después, dos estudios han imitado aquella fórmula, Illumination Entertainment con Gru, mi villano favorito y la mencionada Dreamworks con Megamind, ambas con extraordinarios resultados en coloridos y texturas, pero de inferior calidad cinematográfica al citado film de Brad Bird.

Megamind es un relato ingenioso y divertido, muy disfrutable para el público adulto, que gozará con un buen número de gags referenciales (Indiana Jones, Kill Bill, Karate Kid...) pero quizá no tanto para el de más tierna edad. Ahí ha radicado siempre el éxito de Pixar, en saber confeccionar historias que realmente diviertan a grandes y pequeños.

A pesar de que en el film de McGrath se dan momentos brillantes como la presentación del villano mientras suena la estridente Welcome to the Jungle de Guns & Roses, el magnífico prólogo o las constantes referencias a Superman, no logra mantener de forma constante un ritmo trepidante de aventura, como en su día consiguió Los increíbles, ya que la trama decae en exceso en varios momentos.

Asimismo, el libreto no sabe aprovechar todas las posibilidades que ofrecen los personajes y sus conflictos, centrándose demasiado en uno de ellos: la necesidad existente entre héroes y villanos, planteada como una versión cómica de El protegido, de M. Night Shyamalan.

El mechandising manda. Ahora una producción no sólo busca rentabilidad en taquilla, sino también en la venta de camisetas, muñecos, juguetes y regalos. Ese empeño provoca que se descuide un tanto el proceso creativo.

Aún así, hay que reconocer que sus puntos fuertes, como las espectaculares secuencias de acción, la impresionante factura visual, la imponente banda sonora y lo simpático de algunos personajes, convierten a Megamind en una película recomendable.
Edgar
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