Una vuelta de tuerca más al trilladísimo tema de las casas encantadas. Las interpretaciones justitas, cameos memorables, y un guión que arranca de forma impecable para perderse luego en los tópicos de este tipo de historias, y dejando demasiadas cuestiones por resolver (spoiler).
Buena fotografía, excelente ambientación, y una música de lo más adecuada para conseguir arrancar algunos sustos inesperados.
Bastante entretenido y bien hecho para ser un telefilm, pero tampoco para echar tantas campanas al vuelo.

Pese a tener algunos bajones de ritmo y no conseguir que los personajes destilen odio de forma tan explicita como en Old Boy, la dosificación de la ironía, la hábíl utilización del sonido ambiental como medio para reforzar el dramatismo o el lirismo de las secuencias y un guión que pasa de escenas de extremada ternura a la violencia mas desmesurada, hacen de esta película un majestuoso inicio de la trilogía dedicada a la venganza con que nos está sacudiendo los sentidos el sr. Park.

Típica, tópica, y del todo previsible, no hay una sola escena que no recuerde algo ya visto, ni ningún atisbo de sorpresa en su gastadísimo argumento de gentes, un grupo muy reducido, acosadas por muchos asesinos en un lugar cerrado.

Pero el brio de la narración, la justa dosificación de los momentos sanguinarios, y algunos momentos de tensión acertados, convierten a esta modesta producción en algo sumamente entretenido, pese a no ser más que un refrito y corta y pega de otras muchas películas anteriores.

Ni una maravilla, ni una castaña: interesante es justo la palabra que mejor la describe.

Actuaciones muy correctas y un guión bastante original (pese a ciertas lagunas), para un producto que se asemeja a veces demasiado a un telefilme. Sin ser nada del otro jueves, tampoco su visión es una pérdida de tiempo. Recomendable para pasar un buen rato viendo en acción a la policía belga, que no es algo que se vea muy a menudo.

Agradable comedia con niños, que en este caso son mucho menos inocentes de lo que suelen ser, con un B.B. Thornton que sabe sacar, como siempre, cualquier papel adelante y más allá. Sorprendente que la temida carga de moralína final sea completamente diferente a la de otras producciones similares. Muy recomendable para pasar un buen rato que se hace corto.