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España España · Marbella
Críticas de SUSTOVISION
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Críticas 56
Críticas ordenadas por utilidad
8
30 de agosto de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos géneros como la ciencia-ficción te permiten realizar análisis críticos de la actualidad y de la naturaleza humana tan guapamente con el suficiente distanciamiento como para ser salvajemente mordaces y directos y además son lo suficientemente entretenidos como para que la gente no se aburra con tanta moralina. Pues bien, "A ciegas" entra dentro de este tipo de películas, donde el mensaje existencialista y el trasfondo filosófico-humanista es más importante que la forma post-apocalíptica de infectados zomboides metafóricos. Por algo la película adapta una obra del premio nóbel portugués José Saramago (1922-2010), un gran escritor que se dedicó toda su vida a analizar y cuestionar la realidad de manera combativa y concienciada a través de un estilo narrativo tan fascinante y creativo como el realismo mágico. Por todo esto, si estás buscando una película tradicional de ciencia-ficción apocalíptica con sus preguntas y respuestas, mejor no veas "A ciegas", porque el cogollo del film es la interacción de los personajes, con sus dramas y sus miserias, siendo los elementos fantasticos meros instrumentos para el análisis y la disección de la naturaleza humana bajo condiciones extremas.
Pero tampoco te asustes, que parece que para ver la película hay que hacer un comentario de texto. Fernando Meirelles crea una obra donde el tema principal es la supervivencia del individuo como ser social bajo condiciones infrahumanas, plasmando de manera realista una atmósfera miserable e insalubre, propia de campos de exterminio, donde la ley del más fuerte acaba imponiéndose de manera irremediable. Los personajes de la película se verán obligados a realizar actos impensables en condiciones normales, como mendigar o prostituirse por comida, vivir con basura y mierda hasta el cuello e incluso pensar en el asesinato como acto de venganza y de supervivencia. Las condiciones materiales acaban imponiéndose al individuo y el fino barniz de civilización se desgasta ante situaciones concretas (en este caso, la reclusión arbitraria de unos enfermos), y cuando la civilización desaparece, lo único que queda es la naturaleza humana, en toda su gloria y en toda su podredumbre. Y mientras algunos intentan construir una comunidad igualitaria a través de la solidaridad y la compasión, otros (cabrones) se convierten en parásitos repugnantes que pretenden vivir a cuerpo de rey explotando a los más débiles. De todas formas, esto mismo ocurre en la actualidad en todo el mundo, sin necesidad de que la gente se vuelva miope perdida y muchos de nosotros somos ciegos ante estas atrocidades. Meirelles logra reproducir en imágenes esa sordidez física y espiritual que domina las relaciones humanas, aunque también pone de manifiesto la bondad y la generosidad del ser humano, que cuanto más jodido estamos, más valoramos lo que realmente importa (por ejemplo, el marido de Julianne Moore le pone los cuernos y ella se lo perdona porque comprende que el casquete ha sido un desahogo pasajero).
Y hablando de mi Julianne, la muchacha hace una interpretación soberbia llena de ternura, fuerza e incluso visceralidad (que si le tiene que cortar el cuello a un bastardo, se lo corta y punto). Las características principales de su personaje son el coraje, la generosidad y, sobre todo, el amor. Por amor a su marido fingirá la ceguera y se dejará encerrar con él. Y por amor a su nueva comunidad, pasará por un calvario para sustentar a sus compañeros. No obstante, su personaje sufre una metamorfosis cuando comprende que por mucho que se esfuerce no puede salvar a todo el mundo y a partir de aquí centra su amor en su nueva familia, un grupo reducido de seres queridos cuyos únicos lazos de unión son las penurias que han pasado juntos.
Mención especial merece la fotografía del film, muy luminosa y deslumbrante, con muchas imágenes quemadas, para simular la ceguera especial que invade a los personajes.
Resumiendo, "A ciegas" es una película para disfrutar y para reflexionar, que te sobrecogerá y removerá cosas en tu interior.
SUSTOVISION
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3
30 de agosto de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Analizar y comentar esta peli es algo complicado porque "Santos" se encuentra en una extraña tierra de nadie donde sin ser mala del todo tampoco es precisamente buena y aunque la peli es entretenida, también es aburrida y decepcionante. Nicolás López continúa con sus historias autobiográficas sobre frikis inadaptados sociales que casi nunca se comen un rosco, que tanto éxito le dio con su opera prima "Promedio Rojo", pero además le añade toda la iconografía del universo superheróico propias de los cómics Marvel y DC y los rasgos más característicos de la ciencia-ficción estrafalaria y camp, creando una amalgama extraña y confusa que en teoría tendría que agradar a los frikis del mundo entero pero que en la praxis no satisface las expectativas de nosotros los degustadores de la subcultura popular. Quizás, tal como señala la sabidurida popular, "quien mucho abarca poco aprieta" y en el intento de crear la obra magna del frikismo planetario, Nicolás López mordió más de lo que podía tragar y el proyecto le acabó superando.
Sin duda alguna, lo que más chirría de la peli es la complejidad innecesaria de su guión, lleno de flashbacks, historias paralelas, entornos apocalípticos y montones de información por centímetro cuadrado. ¿A qué viene complicarse la vida tanto? ¿tan malo era hacer una película con su planteamiento, nudo y desenlace? Su ritmo argumental es irregular y confuso y se pasan media película explicando mogollón de cosas que ni nos importan ni nos interesan. Por ello, las buenas ideas que tiene el film (que las tiene) quedan diluidas por su guión coñazo y enciclopédico más interesado en el detalle innecesario que en contar una buena historia.
Porque ésa es otra: la historia, original lo que se dice original no lo es mucho, ya que tiene influencias a punta pala de tramas ya vistas en cómics (Green Lantern, Supreme) y series de televisión (Héroes), quedando todo muy tópico y predecible. Incluso el lado "romántico" de la historia no escapa de la norma dentro del mundo friki, donde el más inadaptado y feo al final se acuesta con la tía más buena de la peli (algo que siempre ocurre en la vida real ¿a vosotros no os pasa?)
En cuanto a los personajes, pues hay de todo un poco. Javier Gutiérrez está bien en su superencasillado papel de mindundi tirillas (que se me saltaron las lágrimas cuando vi su espectacular interpretación en "La isla mínima") y Leonardo Sbaraglia queda genial interpretando a un malvado supervillano sofisticado (aunque a veces se pone un pelín espeso con tanto histrionismo). Guillermo Toledo, actor de un solo registro (el de golfo simpático) queda fatal en su papel de venerado maestro aunque sus momentos escatológicos son divertidos a la par que repugnantes (con todos esos chistes sobre cacas sacados de un cómic del Dr. Slump). Y por último está nuestra Elsa Pataky, que está más buena que el pan y que, como en casi todos sus películas, hace una magnífica interpretación de mujer-florero cuyo máximo interés es ser objeto sexual de los protagonistas de la película y ser secuestrada al final de la misma. Aunque, obviamente, su cuerpo serrano es un infalible reclamo para espectadores como nosotros, que tenemos el vicio de Onán, aunque también es este aspecto la película decepciona, porque, exceptuando dos escenas, Elsa está bastante tapada.
Paradójicamente, lo mejor del film son sus efectos especiales, correctos y poco más, debido a lo ajustado del presupuesto. No obstante, Nicolás López sabe sacarle provecho a lo poco que tiene para crear un universo irreverente, expresionista, lleno de colores chillones y tonos exageradamente grotescos, con unos fondos y escenarios fieles al espíritu comiquero más camp y futurista, otorgándole al film una estética sugerente y divertida, impactante y gamberra, muy parecida a la de "Ultravioleta" de mi subyugante Mila Jovovich.
A nivel de taquilla "Santos" fue un fracaso absoluto, ya que el público no pudo comprender ni quiso aceptar su apabullante planteamiento ni su desarrollo irregular. Y la verdad es que esta reacción era la más lógica del mundo, porque a nivel global, la película no da ni frío ni calor. Técnicamente es correcta pero a nivel artístico deja mucho que desear.
Muy a mi pesar (porque lo que queremos los frikis es que frikis hagan películas de superhéroes) esta película decepciona a nivel general.
SUSTOVISION
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6
28 de agosto de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El tren de la carne de la medianoche" es otra aproximación al universo personal de Clive Barker y sus mundos paralelos llenos de sangre y vísceras, donde los excesos físicos ocultan una nueva realidad psicodélica y subyugante. O sea, que ésta no es una película para estómagos delicados ni para gente de vómito fácil, porque el film contiene escenas de violencia explícita que, sin llegar a los extremos regurgitantes de "Hostel" o "Saw", dan bastante asquito a nivel general. Pero tampoco exageremos, que los efectos digitales cantan como Carusso, restándole realismo e impacto a las escenas más bestias y belloteras. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿molan o no molan las escenas cañeras? Pues sí, molan un montón, siendo estas escenas de masacre y escarnio lo mejor de la película, quedando todo muy divertido a la par que entretenido y visceral.
Leon Kauffman es un fotógrafo que se pasa las noches haciendo fotos como churros, pero el chaval no está convencido de su trabajo porque a sus foticos le falta autenticidad, así que el tío se dispone a retratar lo peor de la noche, como bandas de delincuentes en plena faena y cosas por el estilo. Y así, a lo tonto, le echa el ojo a un tío grandote más bestia que un arado que todas las noches coge el metro y a la mañana siguiente han desaparecido cuatro o cinco personas humanas. Leon está fascinado con el misterio y decide investigar más profundamente, descubriendo un complot de la charcutería subterránea.
Una vez cubierto el cupo obligatorio de casquería fina ¿cómo es el resto de la película? pues bastante irregular y cutrecilla, para qué nos vamos a engañar. La trama es un poquito sosa y el argumento apenas explica nada sobre las motivaciones de los malos de la peli. El director pretende hacer de la película un viaje a la oscuridad de su protagonista, que primero empieza vegetariano y después se hace carnívoro, pero los cambios son superficiales y no impresionan ni dan repelús. El guión también tiene momentos absurdos y momentos completamente hilarantes, como la esperpéntica lucha final. En fin, dicen los entendidos que el relato en el que se basa la película es más profundo y está mejor hecho, siendo ésta una adaptación mediocre, que no vale ni para echársela a los perros. Hombre, tampoco es eso. La película posee un planteamiento interesante y estremecedor, pero el director la caga con la puesta en escena y con un desenlace que no deja satisfecho a nadie.
En fin, "El tren de la carne de la medianoche" es un intento fallido de crear una película de terror cañera, que tiene sus tres o cuatro escenas buenas y el resto es para olvidar. Lo más destacable del film es su tremenda fuerza visual.
SUSTOVISION
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9
28 de agosto de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
2004. La Movida está más viva que nunca. Es una mítica leyenda. Todos hablan de ella aunque muchos no la vivimos. En una sociedad políticamente correcta hasta la nausea, la primera mitad de los años 80 supone un huracán de aire fresco que nunca debió desaparecer. La realidad-fashion de cartón-piedra de los años 90 nos aburre y nos parece hortera y la frialdad del papel-de-aluminio unificador del 2001 nos asusta, nos aliena y nos deshumaniza. La gente necesita soñar con una época donde no había límites. El diabólico vicio, el demoníaco desenfreno y grotesco sexo ahora es más apetecible que nunca. Las etiquetas son sinónimo de cutrez y vulgaridad y la mierda que huele y mancha es única, original y valiosa. Hay que resucitar como sea al muerto porque ahora que nos hemos olvidado de cómo fue realmente queremos que vuelva, porque el vacío es demasiado horrible y porque los recuerdos son mejores que la realidad.
“La Mala Educación” es un paréntesis fílmico y personal de un Almodóvar que ya está harto de su papel de osito de peluche impecable ante la prensa y quiere contar una historia visceral, dura, que duela, de desagrade, que muerda. En 18 años Almodóvar no había dirigido una película tan personal como “La mala educación”, desde “La Ley del Deseo”, ambas estrechamente vinculadas, complementándose en una unión de recuerdos y realidades. “La Mala educación” es una mezcla auténtica de los sueños y pesadillas del pasado, de varias épocas en conflicto que tienen su oasis (como no podía ser de otra manera para Almodóvar) en unos años 80 que no fueron así pero que la memoria, bastarda ella, nos hace creer que así fueron. “La mala educación” es la realidad de la nostalgia.
¿Qué se puede contar cuando se ha alcanzado la satisfacción? ¿A qué se puede aspirar cuando se ha conseguido todo? ¿Cuál es tu objetivo si ya has conseguido todos tus objetivos? Es en ese momento cuando te das cuenta que ni toda la fama, ni todo el dinero ni todas las drogas ni todo el sexo ni siquiera el amor verdadero significan nada comparado al acto de crear, con el proceso mental y vital que supone crear una obra de arte y estremecer los sentimientos de la gente. En “La Mala educación” el alter-ego de Almodóvar, Fele Martínez, es una persona perdida en lo profesional, buscando una historia que le haga vivir de nuevo el proceso de la creación. Después de tanto éxito, el director comprende que el amor verdadero no existe, y si existe él no lo quiere. Él prefiere la adoración a nivel profesional y a nivel personal. Él quiere como pareja un objeto para satisfacer sus necesidades coyunturales de forma egoísta, un objeto que esté allí cuando él lo necesite pero que no moleste. Follar es fácil. Que te quieran es fácil. Lo difícil es conseguir ser realmente único a través de tus obras. El amante, el enemigo, el amor deseado, encontrado y perdido es Ignacio-Ángel (Gael García Bernal), el elemento caótico que enturbia y pone a flor de piel los sentimientos del director. Ignacio-Ángel le obliga a retroceder en el tiempo, le obliga a ponerse la piel de un niño cuyo amor platónico era lo más importante en su vida. Vuelve a creer en la mentira del amor, sin darse cuenta, en un principio, que es víctima de otro engaño más siniestro aunque no por ello menos vulgar.
La película no es un ataque directo e intencionado a la iglesia católica. Sencillamente cuenta lo que realmente ocurría en algunos colegios de nuestra España ultracatólica de los años 60, donde los sacerdotes tenían un poder inmenso y algunos lo utilizaban para hacer el bien y otros para hacer el mal. Por otra parte, Almodóvar asegura que su película no es una reflexión sobre La Movida, sencillamente es un film noir, cine negro con muertes, misterios y venganzas. Puede que sí, pero también es un reencuentro con el director que entró en animación suspendida tras rodar “La ley del deseo”. Un encuentro con el Almodóvar más puro y auténtico. Una película que no habla de la movida pero que posee su espíritu provocador.
SUSTOVISION
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9
28 de agosto de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tod Browning (1880-1962) es uno de los grandes genios del cine de todos los tiempos. En sus películas mostraba los grandes sueños y las peores pesadillas del ser humano, sentimientos desgarradores, no solo contradictorios sino totalmente antagónicos, de una manera equilibrada, sutil, armoniosa y casi impreceptible. Hacía funcionar los mecanismos en nuestro subconsciente con el poder de la imagen desnuda, mientras nos deleitaba con guiones llenos de horror, humor y ternura, donde la amistad, la camadería, la envidia y el odio se daban la mano de manera natural, como la vida misma. Como todo gran autor, Browning buscaba la raíz de las emociones humanas, el origen del deseo, el amor y el ansia, la causa que nos motiva en última instancia, un origen común que no cambia con el paso del tiempo: la necesidad inevitable, esclava diría yo, de querer y ser querido. La certeza de saber que no somos animales sociales porque lo queramos, sino porque lo necesitamos, porque no tenemos otra opción.
La película empieza como una leyenda oscura, una historia aleccionadora sobre los límites del deseo extremo: “Esta historia la cuentan en el viejo Madrid. Dicen que es verídica...”. En un circo ambulante, tres de sus artistas viven una historia de amor frustrada: Nanon, hija del dueño del circo, padece una extraña fobia hacia las manos, lo que le impide mantener una relación sentimental con nadie, ya que le repugna cualquier tipo de caricia, Malabar, el forzudo del circo, siente un amor sincero por Nanon pero es continuamente rechazado por la muchacha debido a su fobia, y por último, Alonso, el lanzador de cuchillos, también enamorado de Nanon y que posee una ventaja que Malabar no tiene: a Alonso le faltan los dos brazos. Quizás por este motivo, Nanon siente un cariño especial por Alonso, que éste confunde con amor. No obstante, Alonso esconde dos secretos: el primero, que es un peligroso criminal buscado por la justicia y el segundo (y el que más le tortura) es que aún conserva los dos brazos, su minusvalía es una tapadera para ocultar su identidad. No obstante, el amor que siente Alonso por Nanon es lo único que le importa y por este amor estaría dispuesto a sacrificarlo todo...TODO.
“Garras Humanas” (The Unknown, 1927) gira en torno a la poderosa figura de Lon Chaney, un monstruo interpretativo cuya actuación en esta película es impresionante. Muestra del genio de este actor es la increíble (y escalofriante) escena que la que Alonso comprende que Nanon nunca será suya: Lon Chaney es capaz de plasmar en su rostro, en cuestión de segundos, la risa perturbada de un demente, el odio profundo, puro y sincero de un asesino sin escrúpulos y el patético dolor final de un pobre diablo ante la imposibilidad de salvación, transmitiendo magistralmente el torbellino de emociones extremas que recorren la mente de su personaje. A lo largo del film, Lon Chaney es capaz de dotar a su personaje de una implacable crueldad y un entrañable patetismo, consiguiendo que el espectador empatice con semejante personaje siniestro. Sí, Alonso es un criminal feo y mentiroso, pero sus esfuerzos por ser una mejor persona y superar su propia naturaleza, causante de su destino, es la fuerza motora del film. El amor, que no obsesión, de Alonso es verdadero, ya que Nanon no solo es la persona querida, sino quizás la última oportunidad de redención que tiene el criminal de hacer que su vida merezca la pena, queriendo y siendo querido. No obstante, el pasado de Alonso no le permitirá emprender el camino para ganar el corazón de Nanon, y movido por su carácter y por las circunstancias, no tardará en caer en una espiral de excesos y locura, todo para conseguir lo que más quiere, sin comprender que el fin no justifica los medios.
La riqueza de la puesta en escena de Browning se caracteriza por el sabio uso de la metáfora y el simbolismo. Disfrutar a Browning es analizar los detalles, las referencias literarias y las segundas lecturas que pueblan sus escenas, que van desde el “Fausto” de Goethe hasta el psicoanálisis de Freud. Nada más empezar la película vemos una metáfora sexual muy ingeniosa: en el espectáculo circense, Alonso desnuda a Nanon disparándole con una escopeta, aunque la postura de Alonso y la posición de la escopeta inviten a pensar otra cosa. Otra escena visualmente muy poderosa es aquella en la que Alonso y su compinche Cojo, a las doce de la noche, van a visitar al cirujano para sellar su demente plan. En esta escena vemos un soberbio juego de luces y sombras, tanto en el oscuro pasillo que anuncia la llegada de las dos sombras surgidas en la noche como en el quirófano monumental, muy iluminado y diáfano, que contrasta con la intención oculta de los personajes. Y no puedo dejar de señalar ese macabro y negrísimo sentido del humor que posee esta película. Todo el film es en sí en una gran ironía, una cruel broma a costa del pobre Alonso...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
SUSTOVISION
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