Provocativa, lasciva y visceral. Bardem es punzante con la sociedad que retrata. La sensación de asfixia que atrapa a los dos principales personajes, Lucía Bosé y Alberto Closas, en mi opinión, lo plasma de manera prodigiosa.
Pero hay más detalles: la ventana fracturada o la conversación entre Closas y Bruna Corrá, a través de la reja dando la idea de que la felicidad entre ambos es imposible, son algunas de las pistas que el director nos pone en bandeja.

Estamos ante una de las obras capitales del director y del cine español, que bebe del neorrealismo italiano pero que se atreve a experimentar con novedosos ejercicios formales en la composición cinematográfica. El maestro Bardem es capaz de reflejar el desasosiego de los dos protagonistas sirviéndose para ello, de manera magistral, de una estructura narrativa compleja que entronca a la perfección con el estado anímico de los personajes. Y si, coincido en que nunca antes ni nunca después, Lucía Bosé fue tan actriz.

Una breve reseña acerca de 'First Man', la última de Damien Chazelle (Whiplash, La, La, Land). El aniversario de la llegada del hombre a la luna era la excusa perfecta para acercarme a esta historia en la que Ryan Gosling se pone en la piel de Neil Armstrong, uno de los protagonistas de aquel alunizaje histórico, 50 años atrás.

El resultado no llega a cuajar, en mi opinión porque las piezas están desencajadas. Unas, en las escenas de acción, el ritmo se mantiene a pulso y asoma el talento de Chazelle, otras, en cambio, las que se desarrollan entre escenas familiares, la narración flaquea ostensiblemente.

El conjunto queda desdibujado y, al final, incluso es algo frustrante. La elección de Ryan Gosling resulta fallida y nada convincente su trabajo para interpretar a Armstrong. De salvar a alguien, me quedo con Claire Foy. Sorpresa al descubrir a Lukas Haas (el niño de Único Testigo) interpretando a Michael Collins.

Arriesgada y valiente. Cómo narrar el tedio, la opresión y la nada de la España franquista. Para ser una opera prima, un ejercicio formal, descriptivo y narrado como solo sabe hacer Martín Patino.

A pesar de sortear la censura, abiertamente política y con un Gutiérrez Caba, que es capaz de clavar con su mirada y sus gestos, el estado anímico del protagonista.

Estamos en 1965 y pocos directores se atrevieron a esto.

Permitanmé esta licencia en el título en el comentario de Taxi a Gibraltar de Alejo Flah (por supuesto, en un contexto más casquivano). Al fin y al cabo es una road movie que se sostiene, en este caso en un guión irreverente y con algunos momentos de parodia no menos divertidos.
El argumento gira en torno a una pareja desavenida, un español y un argentino y sus peripecias cruzando media España. Sí, no son Don Quijote y Sancho Panza aunque algo hay de eso. Al tándem se le suma una novia en busca y captura. Los tres protagonizan una historia de amistad con el peñón al fondo que se sostiene gracias a algunos gags efectivos y un correcto trabajo en la dirección.
Como puntos a favor: Joaquín Furriel, la banda sonora y los títulos de crédito.
Entretiene.

Muy floja en mi opinión este nuevo producto televisivo de TVE. Otra serie para olvidar irremediablemente. El tiempo de este Ministerio del Tiempo se me hizo larguísimo como si me hubiera vuelto al siglo XIX en un viaje de doscientos años, con sus días y sus noches. La puesta en escena tiene un pase, los actores.... bueno, de todo hay en la viña del Señor. Ya conocemos la limitada capacidad actoral de Rodolfo Sancho,sí, muy justita, hay que decirlo, y de Aura Garrido, un tanto de lo mismo. Se salva de la quema, a mi entender, Nacho Fresneda, un gran actor que ya ha dado sobradas muestras de su trabajo en otras afamadas series televisivas y siempre defendiendo muy bien sus personajes, lástima que el guión sea inconsistente y muy previsible. Y, conste que la idea original,es atractiva de por sí.Pero, una vez más, esta serie de ficción se queda en lo que pudo ser y no fue.