Críticas de Ennis
16 de febrero de 2008
3 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Sweeney Todd Helena Bonham-Carter se asemeja ya a un espíritu si la comparamos con las veces que trabajó a las órdenes de James Ivory y Johnny Depp acredita por enésima vez que es un excelente actor.
Lo que vemos al principio es un Londres de aspecto irreal donde las bellas piezas de Stephen Sondheim suenan sin cesar planificadas y escenificadas con relativo acierto, pues no tienen demasiada garra y sí excesivo academicismo, más poco a poco se va remontando vuelo hacia un lado oscuro y tenebroso en el que Burton siempre se mueve a gusto, consiguiendo algunos planos visualmente excepcionales.
El desarrollo es pausado, firme y cuidado entre decorados de apariencia casi fantasmagórica, en una adaptación teatral que funciona mejor en su faceta de drama negro que como musical, pues para lo segundo se hubiera necesitado una ambición y capacidad de riesgo de las que carece salvo en contadas ocasiones.
Lo que vemos al principio es un Londres de aspecto irreal donde las bellas piezas de Stephen Sondheim suenan sin cesar planificadas y escenificadas con relativo acierto, pues no tienen demasiada garra y sí excesivo academicismo, más poco a poco se va remontando vuelo hacia un lado oscuro y tenebroso en el que Burton siempre se mueve a gusto, consiguiendo algunos planos visualmente excepcionales.
El desarrollo es pausado, firme y cuidado entre decorados de apariencia casi fantasmagórica, en una adaptación teatral que funciona mejor en su faceta de drama negro que como musical, pues para lo segundo se hubiera necesitado una ambición y capacidad de riesgo de las que carece salvo en contadas ocasiones.
4 de noviembre de 2006
8 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un Fassbinder autocomplaciente (él mismo interpreta al protagonista) hace un pueril retrato de un ser tan patético que a veces resulta irrisorio. Es una especie de melodrama gay que retrata a los homosexuales como relamidos snobs o como afeminados de lengua viperina, en medio de los cuales se encuentra el patán "Fox" cuya inocencia y escasas luces le hacen ser continuamente despreciado.
Es una película mal concebida, se aprecia que pretende mostrar las diferencias sociales y las dificultades para integrarse en los ambientes altos cuando alguien no pertenece a ellos, pero los personajes son planos y están interpretados con poca solvencia, el desarrollo es escasamente consistente en una obra no muy cuidada en general, incluso en detalles báscicos. Basta decir como ejemplo que en algunas tomas de exteriores se aprecia claramente que los figurantes miran a cámara o en una secuencia en un banco donde se saca una suma cuantiosa de dinero, se hace sin que la persona firme impreso alguno.
Es una película mal concebida, se aprecia que pretende mostrar las diferencias sociales y las dificultades para integrarse en los ambientes altos cuando alguien no pertenece a ellos, pero los personajes son planos y están interpretados con poca solvencia, el desarrollo es escasamente consistente en una obra no muy cuidada en general, incluso en detalles báscicos. Basta decir como ejemplo que en algunas tomas de exteriores se aprecia claramente que los figurantes miran a cámara o en una secuencia en un banco donde se saca una suma cuantiosa de dinero, se hace sin que la persona firme impreso alguno.
7 de agosto de 2007
20 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tándem Rodríguez - Tarantino ha tenido un crecimiento a la inversa ya que han ido acrecentando su estupidez e inmadurez con el paso de los años. Ambos por separado quedaron pronto en evidencia pero ahora han unido sus carencias, egocentrismo y falta de mesura para divertirse con la cámara mientras van aumentando sus fortunas.
Planet terror es una memez dedicada a desacreditar aquella serie B que salía adelante a veces con gloria, muchas con pena, agudizando el ingenio cuando no había recursos, que Rodríguez sí tiene. Bebe de muchas fuentes (incluído el sacrílego homenaje a Rumble fish de Coppola -mal rayo le parte-) y simplemente escupe al espectador sin reparo alguno un repulsivo cóctel de sangre, vísceras y mal gusto.
Hablando en su propio lenguaje, ha creado un buen montón de mierda.
Planet terror es una memez dedicada a desacreditar aquella serie B que salía adelante a veces con gloria, muchas con pena, agudizando el ingenio cuando no había recursos, que Rodríguez sí tiene. Bebe de muchas fuentes (incluído el sacrílego homenaje a Rumble fish de Coppola -mal rayo le parte-) y simplemente escupe al espectador sin reparo alguno un repulsivo cóctel de sangre, vísceras y mal gusto.
Hablando en su propio lenguaje, ha creado un buen montón de mierda.
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