Escueta y no sé si demasiado fidedigna biografía del ingeniero Ferdinand de Lesseps (Tyrone Power), donde sus escarceos románticos, sus relaciones con la alta sociedad parisina, incluso con el propia presidente de Francia, un sobrino de Napoleón y la devoción por su padre marcan la primera parte de la película para dar paso a su obra, la creación del Canal de Suez, pese a la oposición de la mayor parte de las altas esferas políticas.

Tyrone Power representa la perfección, el galán más apropiado y el mejor ejemplo de comportamiento como ser humano, aunque la traición tiene las patas muy cortas y le pilla en su glorioso camino. Las desilusiones en su vida van perdiendo peso por obra y gracia de la 2ª mujer en su vida y de la fastuosa obra del Canal.

Película que se deja ver pero que no perdurará mucho en nuestro recuerdo. La fotografía está muy conseguida y la banda sonora, ambas estuvieron en la Academia de Hollywood como candidata al Oscar. Un 5,5. Algo mejor que pasable y cerca de interesante.

Resulta emocionante ver a este grupo de aviadores enfrentándose al futuro, intentando la consecución de romper la barrera del sonido sin saber que puede pasar si se consigue y sabiendo que, en intentarlo, trae muchas posibilidades de perder tu propia vida.

Sin duda es lo más interesante de esta película, los momentos en los que se enfrentan a esa prueba con esas imágenes de los aviones haciendo unos picados que no sabes si van a acabar en el suelo, estrellados, o van a poder remontar el vuelo. El resto es ver la ambición de un magnate que es capaz de exponer a sus más allegados para conseguir el objetivo, aunque para ello, tengan que pagar con la muerte, y los diálogos de la pareja, ella hija del magnate, y él, un aviador responsable, que se cree en la obligación de ejecutar la prueba, en contra de la voluntad de su hija pero a favor de la de su suegro.

Mucha tensión en los momentos claves y una muy buena interpretación de Ralph Richardson como el padre obstinado y rígido obsesionado con la conquista de los cielos. Un 6.5.

El escritor original de la historia, Leo McCarey, rechazó la oferta del productor Samuel Goodwin de dirigir la película. Es entonces cuando comienza el director William Wyler pero este se marcha tras discutir con el productor sobre los 'retakes'. Como consecuencia, entra H.C. Potter a dirigir la película pero ya contaba con un retraso en el plan de producción y tuvo que abandonar la película para dirigir su siguiente proyecto. Finalmente, el último director en dirigir fue el montador Stuart Heisler. Pese a las diferencias entre William Wyler y el productor Samuel Goldwyn, los dos se unieron para trabajar en Cumbres borrascosas al año siguiente.

Los periódicos de la época recogieron con asombro el número de guionistas involucrados en la realización del guión final: además de los 4 nombres que aparecen en los créditos, otras 13 personas también colaboraron.

El argumento, después de tanta gente de meter mano, es dinamita que explota en la cara de lo políticamente correcto: un cowboy paleto y algo bruto (Gary Cooper) pretende a una joven de la alta sociedad (Merle Oberon), y al fondo clasista de ricos que miran por encima del hombro a los pobres, se le une ese impertinente tonillo machista del hombre que doma a la mujer con temperamento. Da igual que el aire de parodia, el fino sentido del humor y el fondo positivo de los valores que vende como moral puedan ser fácilmente digeridos con algo de cultura, sentido de la historia y del momento, pero mucho me temo, y que sirva esto de aviso, que no es película para grabar en tu memoria. Un 5,5.

Interesante interpretación del célebre episodio de "Las mil y una noches", llevado aquí al cine con algunos números musicales. El ritmo de la película y los diálogos se quedan algo anticuados para un espectador actual. No obstante, conserva la magia de las producciones de los años 40.
Protagonizada por la rutilante estrella, el guaperas esloveno, Cornel Wilde. El toque de humor lo pone Abdulah, un ladrón con gafas, es el otro gran protagonista, es el Mortadelo americano: el brillante humorista Phil Silvers como un hombre de la calle que dice haber nacido 800 años en el futuro, por lo que usa un habla muy coloquial y sus maneras y referencias son paródicamente knickerboxers, neoyorquinas (por ejemplo le suelta un silbido a una chica que pasa y exclama ¨Hubiera jurado que era Lana Turner, o exclama, ante el movimiento de cabeza de una mujer en una danza, “eso es porque ha visto mucho ping-pong”, o ve a soldados del Sultán jugando al Gin Rummy con baraja francesa. Hay muchos anacronismos deliberados para hacer reír.
A algunos les parecerá absurdamente fuera de lugar, y de hecho lo está. Por eso me encanta. Es el verdadero protagonista de la película: se come a los otros intérpretes con sus frases y cabronadas, en esa época y actrices con exceso de glamour, pero que colorido y que glamour. Hay que disfrutarla sin ojo crítico, sólo para amantes de la distracción.
Columbia se sube al carro de las pelis de mitología árabe y saca un lujoso producto con un cuidadísimo aspecto técnico... Y al mismo tiempo una parodia totalmente consciente del género. En el aspecto técnico esta película también sobresale: cuenta con espectaculares interiores y buenos FX, sencillos pero extremadamente elaborados, que fueron nominados a sendos Oscars. Un 7.

Un matrimonio que se dedica al mundo musical. Ella en pleno éxito con sus temas, él con pequeños trabajos en la radio hasta que un día le dan la oportunidad de lanzar un tema creado por él y la lía, de tal manera que el éxito cambia de manos, y todo lo rodea a él en esos momentos atormenta mucho a su esposa, una Susan Hayward espléndida en su papel, sobre todo la secretaria que ya le va preparando el terreno para el tropiezo.

Ella se refugia en la bebida, como si de un calmante se tratara pero claro, las dosis van en aumento y entonces nos encontramos ya con el auténtico dramón, el marido se separa, la niña se va con él, se le quema la casa, osea una catarata de situaciones nada favorables.

El problema es que, no sé el por qué, la película no engancha, es muy parsimoniosa y se apodera el tedio. Por eso la dejamos en un 5,5 pasable. Todo lo interesante de la entrega lo pone ella.