Empieza bien; pero a la mitad se va torciendo, torciendo y al final se queda en poca cosa. La vi hace unos meses y practicamente la he olvidado, no está a la altura del cine de terror galo que tantas alegrías nos ha dado últimamente. Sale de actor el músico francés Benjamin Biolay. Por esta vez lo dejo aquí.

Aunque me pasé un buen rato viendo Intocable y no voy a poner en duda que es una película que encandilará al gran público, no comparto la opinión que la ha llevado a obtener puntuaciones altísimas en multitud de ámbitos. Ya se sabe, cada uno tiene su propio criterio; pero yo la situaría más cerca del 6.
Me gustó más otra película belga de 2011 con una temática muy similar llamada "Hasta la Vista" (así en castellano), que gira en torno a 3 jóvenes minusválidos (2 en silla de ruedas y 1 ciego) decididos a escaparse desde Bélgica hasta la Costa del Sol para perder la virginidad en un puticlub de lujo, mezclando drama, comedia y "road movie to Spain", con una realización menos previsible y complaciente que Intocable. Me reí algo menos, sonreí más y en conjunto la situaría un puntito y medio por encima que Intocable, teniendo en cuenta que yo no lo doy más de 6 al éxito de taquilla francés.
Por último y volviendo a Intocable, aclarar que el personaje de Driss en la vida real no es negro, es un argelino (Abdel Sellou) que acaba de publicar una autobiografía en España "Una amistad improbable" (Editorial Salamandra). En ella explica su versión de lo vivido a lado del francés tetrapléjico, y transmite cierta decepción ante una película en la que no se ve reflejado:
"Tengo dos padres, dos madres, un doble negro en el cine, una mujer, dos hijos, una hija y siempre he tenido colegas, compañeros, cómplices. Puede que el señor Pozzo sea sencillamente un amigo...."

Tenía tantas ganas de verla, tantas expectativas creadas a base de leer "es la Evil Dead del siglo XXI" que me llevé una gran decepción, podría haber dado mucho más de si porque tiene unas cuantas ocurrencias en su argumento, tropecientas en realidad. Parece más original de lo que luego acaba siendo, porque es otro refrito de películas que ya hemos visto sienes de veces, y encima The Cabin in the Woods se une a la moda de mezclar comedia (corta-rollos en este caso) con terror. Justo cuando se empieza a poner interesante va, mete el acelerador y se acaba. Hablo de sus últimos 20 minutos que es cuando se empieza a repartir estopa y ponerse bien la cosa.
Como no quiero entrar en spoiler solo diré que hay un cameo hacia el final que es de juzgado de guardia, vaya manera de desaprovechar a un mito viviente.
No obstante, HAY QUE VERLA. Después de leerme a mi seguro que a más de uno le gustará más, el truco es verla sin esperar mucho de ella. Ojalá hubiera tenido yo esta suerte hace un mes (julio 2012) que es cuando se me puso a tiro.

A mi la película me gustó hace años porque la protagonizaba Toni Collete y transcurría en unos paisajes de quitar el hipo. Espero ir a Australia algún día y verlos in situ. En aquel momento la habría recomendado a la gente acostumbrada al cine de ritmo tranquilo, los landscapes y la inolvidable protagonista de La boda de Muriel.
La he vuelto a ver 5 años después, en esta ocasión junto a mi pareja. Gana en una segunda visión y pasa de interesante a buena. Si te acercas a Japanese Story dándole un poco de tiempo a que surta efecto es posible que afecte a tus emociones. Es una hermosa historia de amor. Sólo me acordaba de la gran Toni Collette y el desierto australiano cuando hay más en juego, en conjunto es una pequeña joyita del cine romántico.

Hay quien se agobia con el apartado visual de "Birdman", con sus planos secuencia ensamblados, tan deslumbrantes, lo más llamativo de la pelicula. Claro que puesta "Birdman" al lado de "El Arca Rusa" (2002) palidece, porque aquella maravilla de Aleksandr Sokurov sí que fue rodada en un único plano secuencia, virtuoso y auténtico, de 99 minutos y además sin los alardes epilépticos que, ciertamente, utiliza Iñárritu para deslumbrar a la platea.
Encuentro muy mejorable la dirección de actores, todos sobre actuados menos Edward Norton (en el límite) y Lindsay Duncan, encargada de defender un personaje caricaturesco y saliendo indemne del empeño, del suflé que es Birdman. Porque el guión de Giacobone, Iñárritu, Bo y Dinelaris adolece de originalidad y concreción, sobrándole artificio y petulancia, ya evidentes en el sobretítulo del film.
Siendo Birdman, "salta" a la vista, una película vistosa, es innegable, que merecía alzarse con las estatuillas en fotografía, banda sonora y el citado Edward Norton, hubiese preferido que el Oscar a la dirección hubiera recaido en las manos de Richard Linklater (su trabajo crece por encima del resultado global de "Boyhood", también sobrevalorada como lo está Birdman), el de mejor película a la ni siquiera nominada "Nightcrawler", señoras y señores de Hollywood, ahí tenían un gran guión que premiar. Hablando de Nightcrawler, el Oscar al mejor actor debería habérsele entregado a Jake Gyllenhaal, que la protagoniza con una contundencia memorable y tampoco fue nominado, estándolo el insufrible Bradley Cooper, un tipo con suerte, buen agente, voluntarioso, bien parecido, pero sin genuina calidad artística.