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España España · Galicia
Críticas de Sandris
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Críticas 79
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
2 de febrero de 2020
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Descorazonador relato de Jérémy Clapin que ahonda en la pérdida a través de las relaciones humanas. '¿Dónde está mi cuerpo?' es un precioso poema visual en el que nada es lo que parece, la vida, la muerte, el dolor y la esperanza están metamorfoseados en una simple metáfora que da inicio a la trama. Naoufel es un joven melancólico que vive una vida automática, no siente, solo padece. Cumple con su trabajo y se lamenta de los sueños no cumplidos debido a una tragedia que lo cambiará para siempre. Cuando oye la voz de Grabielle a través de un telefonillo algo se enciende en su interior, como una epifanía que le indicará su nuevo destino. Un destino en el que aprenderá, leerá, sentirá, conocerá y podrá enamorarse de un mundo nuevo a través de los sueños en una ventana. A su vez, la historia que se superpone con la mano extirpada vagando cual alma errante por la ciudad, es la auténtica protagonista de la obra. La mano amputada que simboliza la pérdida y el sufrimiento, pero en constante viaje para encontrar su origen, nos lleva por el camino de la superación del pasado, la aceptación del presente y la esperanza de un futuro mejor. Porque siempre tendremos una mano que nos ayude a salir adelante, aun cuando ni siquiera nosotros mismos queramos esa ayuda.
Sandris
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7
28 de enero de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante película que transita en la relación de amistad que comparten los dos últimos Papas de la Iglesia Católica: Benedicto XVI y Francisco. Ambos Papas mantienen una conversación ficticia que termina por esclarecer y oscurecer los aspectos fundamentales de su vida y su personalidad. Temas como el perdón, el pecado, la vida, la muerte, el amor, la homosexualidad, etc. son algunos de los tópicos que ambos tratan para contemplar sus diferencias y entenderlas; ayudándose así a entenderse a sí mismos. Fernando Meirelles dirige un film emotivo que no carece de interés ni se hace pesado a pesar de la historia que lo compone, ya que tanto Anthony Hopkings como Jonathan Pryce están fantásticos. Como es habitual en todos sus papeles, ambos dotan a sus respectivos Papas de todas las particularidades necesarias, dejando claro que ni Ratzinger era tan malo como la prensa lo pintaba, ni Bergoglio un santo. Lo mejor de la película es la representación física / emocional de que ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos. Todos somos personas con luces y sombras, cometemos errores, pedimos perdón, sufrimos, lloramos y dañamos. Asimismo dos Papas también padecen estas situaciones, sintiéndose en ocasiones desamparados o teniendo crisis de fe; porque como dice Francisco <<Ser Papa es como ser mártir>>. Todos esperan que tengan todas las respuestas posibles a los grandes dilemas de la humanidad, cuando son simplemente personas.
El problema de la obra, radica en la cantidad de 'flashbacks' que se producen cortando totalmente el ritmo y resultando tediosos en su mayor medida. Los saltos son bruscos y nos distraen de la conversación inicial.

¿Quién sabe cuánto de verdad refleja 'Los dos Papas'? Lo único que sé es que resulta gratificante ver una obra que representa a dos máximos exponentes de la Iglesia con una sonrisa en la cara, con un toque de ternura precioso y con ese aire serio que produce la senectud. Muy gratificante.
Sandris
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8
25 de enero de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algo caracteriza a 'Shrill', esta desconocida producción de Hulu, es su desparpajo a la hora de retratar las relaciones amorosas 2.0. Además de ser ideal por su brevedad a la par que por su intensidad, proporciona unas dosis de realismo que te ponen frente a un espejo para analizarte en profundidad.
Nuestra protagonista es Annie, una mujer gorda que siempre ha vivido acomplejada por su cuerpo, pero que en general está contenta con su vida y especialmente con su trabajo de redactora de artículos para un periódico nacional. Annie se ha pasado media vida escondiéndose de sí misma en ropa que no le gustaba y en relaciones tóxicas que no le gustaban y escondiendo todo su potencial. Simplemente porque creía que no merecía nada más que eso... hasta que poco a poco, consigue salir de su caparazón. A veces encerrarse en uno mismo es saludable y una forma de protegerse de futuras heridas pero, en otras ocasiones, también termina siendo tu propia prisión.
Annie me ha supuesto una total revolución con su forma de ver el mundo, su inocencia y por ir enamorándose de sí misma poco a poco. Con el paso de los capítulos, va cayendo en la cuenta de que la única opinión que importa es la suya propia y que su cuerpo no es un enemigo, sino su alma, su coraza y su ser. Annie hará que te reconcilies contigo mismo, hará que deseches los estúpidos complejos y sobre todo, hará puedas abrazar la idea de quererte a ti mismo por encima de todo. Porque eres la persona más importante de tu vida y porque la gordofobia no tiene nada que ver contigo, solo con los estúpidos ojos que te miran.

'Shrill' es una de las series más frescas, divertidas y realistas del panorama seriéfilo actual. Me da muchísima pena que finalice tras tres temporadas (fantásticas), pero creo que cuando se quiere contar una historia, no hacen falta adornos innecesarios. Aidy Briant es una auténtica revelación que brilla con luz propia, junto a Lolly Adefope en el papel de Fran, la mejor amiga que te puedas encontrar en tu caminar por la vida. Ambas te harán reír y llorar, incluso es posible que rías mientras llores y eso es algo mágico.
Sandris
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9
3 de enero de 2020
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Greta Gerwig nos trae la enésima adaptación del ya clásico de la literatura de Louisa May Alcott, “Mujercitas”. Los que hemos devorado con ansia la novela, somos conscientes de la importancia que tienen las actrices elegidas para los papeles de las hermanas protagonistas, puesto que sin ellas no hay nada. Todo el peso recae en ellas. Emma Watson, Florence Pugh, Eliza Scanlen y la increíble Saoirse Ronan, son las encargadas de dar vida a Meg, Amy, Beth y Jo en la gran pantalla. Acompañadas de las siempre admirables Laura Dern y Meryl Streep (la mejor representación de la Tía March que se ha visto). ¿Qué decir de estas mujeres? Absolutamente nada porque bordan sus papeles de forma desmedida; jamás había visto a una Jo tan rebelde, tan libre y tan viva; nunca una Amy que siempre me resultó odiosa, me enterneció hasta las lágrimas; nunca una amable y cariñosa Meg me emocionó tanto; y nunca una Beth me dolió tanto como esta. James Norton y Timotheé Chalamet completan el reparto principal con su magnificencia, dando vida a Brooke y al joven Laurie respectivamente. Nada qué decir de Chalamet que, para mí, ya es uno de los mejores actores de su generación, sino el mejor por su gusto a la hora de escoger sus papeles.
“Mujercitas” no es una obra nueva, sus adaptaciones a la pequeña y gran pantalla se cuentan por centenares y, por eso, la versión de Greta Gerwig es de las mejores. Siendo consciente de que ya poco faltaba por ver del mundo de las hermanas March, la directora altera el orden de los factores en aras de la credulidad, dota a sus mujercitas de vida, alma y emoción, mide cada plano al mínimo, crea una atmósfera hogareña y amable en los momentos más tiernos para cambiarla radicalmente cuando los infortunios se presentan. Es una obra arriesgada, valiente, sensible y tremendamente emotiva. Y esto es el valor del cine, perder el miedo y arrojarse al vacío proporcionando un producto nuevo, fresco y sin reminiscencias al pasado.

Por mi parte, siempre recordaré esta película como la película de Jo; la película de la enorme Saoirse Ronan.
Sandris
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9
28 de diciembre de 2019
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Céline Sciamma nos trae una película que, más que una obra cinematográfica, es un cuadro viviente. Un cuadro con entidad propia, que se mece, sonríe, extiende sus alas y arde. ‘Retrato de una mujer en llamas’ pertenece a ese cine violento que sin mostrar ninguna situación brusca o extrema, provoca emociones virulentas en los espectadores. En más de una ocasión me sorprendió el desasosiego que me invadía, la rabia, la pasión, el amor, el odio. Todo en uno, como una especie de proceso catárquico que depura mi alma. Sí, puede que exagere, pero Adéle Haenel y Noémie Merlant me sumergen en su sensible atmósfera, en la intimidad de sus miradas y en la belleza del pincel que pinta y observa. Porque esta es una película en la que los ojos lo dicen todo.
Dos mujeres atrapadas en un tiempo en el que las palabras "amor" y "mujer" no iban de la mano, se unen bajo el prisma del fuego purificador, en una suerte de reinvención de la fábula de Orfeo y Eurídice, en la que la mirada es la auténtica brocha de tamaña historia. El amor al detalle y la sutileza brillan en cada plano, culminando en un final apoteósico en el que Vivaldi resuena como un trueno en medio del teatro, rompiendo la burbuja y desatando las emociones.
Las palabras se me quedan cortas frente al poder de las imágenes de Céline Sciamma, así que os recomiendo encarecidamente que la veáis, la sintáis y la disfrutéis con todos vuestros sentidos.
Sandris
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