Es con este tipo de cine con el que la industria española puede competir a pecho descubierto (contando con el supuesto buen gusto del público) con las películas que llegan de los grandes estudios. Una historia protagonizada mayoritariamente por mujeres (podrían haber sido hombres) y en el ambiente de una agencia de detectives (podría haber sido cualquier otra profesión o entorno); lo que verdaderamente distingue a esta película es la adaptación tan fidedigna que hace de las situaciones cotidianas (no como en otros bodrios del cine español). Mención especial merece la pareja formada por Najwa Nimri (¿y la nominación a los Goya?) y Tristán Ulloa quienes transmiten perfectamente las sensaciones de una pareja, con abrazos que atraviesan la pantalla. Una película muy entretenida y de lo más destacado del pasado 2007.

Nunca hago críticas de series, pero esta lo merece.

He visto trocillos sueltos de la serie, nunca un capítulo entero; me he acercado a ella por el mismo morbo que me lleva a sintonizar en alguna ocasión el diario de los tarados de patricia. El caso es que la serie está repleta de un tufillo progre que deja la pantalla amarillenta.

Para que sea la ostia de moderna han puesto un chinorris, un galler, una con pintas alternativas (interpretada por una que salió en factor X que no tiene cuello, fijaros, es como un jabalí), la rubia buenorra, el típico chulillo (que tiene problemas de dicción, parece retrasado), y uno que se lía con una profesora. De manual.

Las interpretaciones de los profesores son de traca. Destacaría a Pascual de el Comisario y a una rubia con cara de mosquito que es irritantemente estúpida tanto en sus caretos como al hablar. Y luego está La Perra...

Bueno, que es una puta mierda pero no descarto verla algún ratillo haciendo zapping. Para opinar hay que probar.

La verdad es que ya no me acordaba en absoluto de que había visto El número 23, pero el otro día vi algo (una crítica en Filmaffinity) que me recordó aquella tarde en la que perdí dos horas de tiempo y tres euros de alquilar el dvd en el videoclub; la película es absurda y mala hasta el aborrecimiento. ¿Cuántas letras tiene la palabra mierda? Seis. Seis por tres euros que me costó: dieciocho. ¿De qué año es esta película? Del 2007; 2007 menos 2000 (porque me da la gana): 7. Por tanto 18 más 7 igual a 25... Vaya, pues le resto 2 porque hace falta tener dos huevos para aguantar y verla entera y me queda... ¡Sí, 23! Todo da 23, es todo una conspiración (pero para hacernos perder el tiempo).

"Al final de la escalera" goza de una excelente nota media de valoración en Filmaffinity; tras verla no tengo más remedio que discrepar. La película goza de tres o cuatro golpes bastante efectistas, pero en pocos momentos es capaz el director de generar una verdadera atmósfera de suspense; no engancha, y no termina de convencer. No se si será por el paso de los años o por la cantidad de películas que parecen haber bebido de "Al final de la escalera" (por ejemplo Los otros, El orfanato o El último escalón), pero está claro que todo lo que sucede es perfectamene previsible (ver spoiler) y lo hemos visto veinte veces ya... Además, he encontrado los personajes bastante vacíos y poco carismáticos. Aún con todo, como está bien hecha y entretiene, le concedo un Bien raspado.

Según la página Web oficial, el Opus Dei es una institución de la Iglesia católica fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer. Poco sé de primera mano de dicha institución, ya que no conozco personas que formen parte de él. Si sé por un familiar cercano, que por ejemplo, no son partidarios de los anticonceptivos, por lo que Dios provee la cantidad de hijos que va a tener una familia del Opus. Esto ya me resulta chocante.

Por otro lado, sí conozco el catolicismo, religión dentro de la cual se integra el Opus Dei, por lo que puedo aseverar que hechos como que devotos golpeen un tambor hasta sangrar o porten una virgen a hombros con los pies descalzos, son totalmente ciertos. Así pues, es probable que los extremos que Javier Fesser muestra acerca de esta institución (no mirar los escaparates por ser pecado, o colocarse unas piedrecitas en el zapato para sufrir por Dios) sean ciertos. De aquellos barros vienen estos lodos...

Todos hemos sentido que cuando las cosas nos van muy mal (desempleo, problemas de salud, fallecimientos...) sólo aferrarnos al amor nos apacigua. Aquello de que aunque todo vaya mal, tú sabes que quieres a alguien, y ese sentimiento sale de lo más cierto del alma, sabes que es verdad y tranquiliza, lo demás ya es más relativo...

Así es como Camino, la niña genialmente interpretada por la guapísima Nerea Camacho entiende su personal camino hacia la muerte. Mientras todos se refugian en Jesús, ella lo hace en su Jesús, el que existe con toda certeza. Lo cierto es que pocas cosas hay tan bonitas como el amor platónico de la preadolescencia... Quizá sea el más puro.

Recomiendo ver Camino (como me recomendó a mí un buen amigo), una película muy bien hecha y que no deja indiferente. Una demostración de que el amor puede con todo.