Into the dark es una serie antológica de doce episodios que estrenará un episodio por mes y cada uno de ellos estará basado en las celebraciones más representativas que marque el calendario. Precisamente la celebración de Halloween, sirve como telón de fondo para el inicio de esta interesante propuesta producida por el sello Blumhouse (que también produce la serie The Purge) y distribuida por Hulu. Into the dark estrenó el pasado 5 de octubre su primer episodio titulado The body, el cual gira entorno a un sicario (Tom Bateman) que tendrá dificultades con uno de sus crímenes cometidos durante la noche de Halloween, en la ciudad de Los Ángeles.

The body es un thriller con tintes de humor negro de tono nihilista y con momentos propios del cine de terror en cuanto a suspenso y violencia en escenas un tanto sangrientas. Sin embargo, y a pesar de ser un episodio entretenido la historia es bastante sencilla, incluso convencional diría yo, tanto en fondo como en forma, no cuenta nada que no se haya visto ya, y los personajes supeditados a la trama principal son poco interesantes, además de alguna interpretación que resulta sobreactuada.

En líneas generales The body no arriesga y por tal razón no sorprende, le falta ingenio y le sobra efectismo. La verdad es que tenía muchas expectativas con esta nueva antología pero este primer episodio me parece más de lo mismo. Te hace pasar un rato entretenido es verdad, pero poco más. Esperemos que el próximo episodio que se estrenará el 2 de noviembre y tendrá como telón de fondo el día de acción de gracias, ojalá sea superior a este The body, que sin embargo puede gustar a los espectadores menos exigentes.

Lo mejor: su protagonista y su capacidad para entretener.
Lo peor: su convencionalismo y alguna interpretación sobreactuada.

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Los niños del mar es una adaptación del manga homónimo escrito e ilustrado por Daisuke Igarashi, quién también se encarga de adaptar el guion para la película que dirige Ayumu Watanabe, un trabajo que sin duda dista un poco de las anteriores obras del director (Doraemon y el Reino de Kibo, Love is Like After the Rain), no sólo por su historia un poco más compleja y adulta, también es evidente el logrado trabajo de animación y un gran uso del color que permite potentes fotogramas que realzan la belleza marina.

La película de manera singular y vistosa explora los enigmas del mar y la vida misma sumergiéndonos en una aventura de estilo muy particular. Como es habitual en las obras de Igarashi, la naturaleza tiene una presencia predominante y en este caso la fauna marina es una de las protagonistas de esta historia que también contiene muchos elementos de fantasía que son los que dan origen al título.

Los niños del mar también tiene cuestiones dramáticas interesantes como la incomunicación o la poca facilidad para expresar las emociones sobre todo en el núcleo familiar, lastimosamente son temas poco desarrolladas. Sin embargo, opta por metáforas y un estilo muy existencialista y filosófico para abordar el tema de las conexiones humanas, todo esto con una gran puesta en escena y buen acompañamiento musical a cargo del gran compositor Joe Hisaishi (colaborador habitual de Miyazaki y Kitano, responsable de la música de El viaje de Chihiro y El verano de Kikujiro entre otros tantos títulos).

Los niños del mar en definitiva es una obra visualmente impecable, quizá no guste a muchos que su historia sea tan abstracta y un poco compleja pero quienes disfrutan con las historias poco convencionales y arriesgadas seguro disfrutarán con esta aventura desarrollada de manera ágil, entretenida y de aspecto técnico, artístico y visual muy notable.

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An Elephant Sitting Still es la primera película de Hu Bo y lamentablemente también la última, puesto que el joven director se suicidó antes de que su ópera prima se estrenara. La película de casi cuatro horas de metraje narra la historia de cuatro personas que verán entrelazados sus caminos y cuyo único nexo en común es la ciudad donde habitan y el desencanto vital que los abruma.

An Elephant Sitting Still es un drama que escarba en los males de una sociedad china contemporánea que podría ser cualquier otro lugar. Aborda la desesperanza de quien se siente menospreciado por sus propios padres/hijos, la negligencia del sistema educativo, la violencia, el acoso escolar, el mal uso de las redes sociales y el suicidio, todos estos temas convergen y fluyen con soltura en un dilatado metraje que nunca resulta aburrido.

Bo, recurre a largos planos secuencia y persigue a sus desdichados individuos, los filma con una mirada cercana pero a la vez distante, con tempo lento y escenario grisáceo que contribuye al sentir desangelado que se pretende plasmar en los fotogramas. Su estilo a medio camino entre lo filosófico y poético tiene diálogos interesantes y precedidos por largos silencios que en ocasiones son acompañados por una melodía que refuerza la lúgubre atmósfera y el dramatismo de ciertas escenas/secuencias. Además, tiene interpretaciones bastante correctas, su discurso es potente y su puesta en escena eficaz.

Logra calar hondo en el espectador y sin duda merece la pena el visionado. Aquellos que disfrutan de los dramas existencialistas de tempo lento pueden encontrar en An Elephant Sitting Still una joyita.

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"La búsqueda de la felicidad" nos traslada al Londres contemporáneo y nos lleva a conocer a una joven pareja quienes aparentemente tienen un matrimonio estable y una economía solvente, ambos intentan ser los mejores padres y esposos no parecen tener problema alguno pero la monotonía del día a día como madre, esposa y ama de casa, logran abrumar a Tara, la protagonista de esta historia, es entonces cuando ella decide que necesita un cambio en su vida. Savage, recurre a los pequeños detalles, gestos, silencios y con tempo pausado desarrolla esta película de tono femenino que nos hace partícipe del descontento vital de la protagonista y el conformismo de su pareja. De manera sutil el director nos acerca al dilema existencial e incluso moral que enfrenta Tara, al encontrarse ante un camino que percibe ajeno y la llena de insatisfacción y agobio, provocando en ella un estado emocional de desesperación que es atendido por su esposo con actitudes machistas o indiferencia.

Estamos ante el epílogo de una relación matrimonial que por momentos y salvando las distancias recuerda un poco a la cinta belga Perder la razón, aunque, Savage opta por un retrato más introspectivo y contenido, también más condescendiente con sus personajes y además poco crítico y minucioso. Quizás por eso su relato y sobre todo sus personajes pese a ser interesantes se perciben carentes de profundidad. Con todo, "La búsqueda de la felicidad" es una crónica de vida que encaja en esa línea de películas de reivindicación femenina, y que además dibuja un esbozo bastante sugerente respecto a la realidad del tema que aborda. Su puesta en escena es correcta, su discurso es interesante y la labor interpretativa es solvente destacando sobre todo el trabajo de Gemma Arterton.

Lo mejor: Gemma Arterton.
Lo peor: Faltan matices a la historia.

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Tras su irregular ópera prima (Fuera de Juego), Víctor Arregui escribe y dirige Cuando me toque a mí, película basada en el libro De que nada se sabe del escritor quiteño Alfredo Noriega. Esta cinta fue estrenada en el año 2008 y continúa (aunque con una mirada más distante) en la línea del drama social que ya trataba el director en su anterior film. Cuando me toque a mí aúna diferentes historias que transcurren en la ciudad de Quito y que tienen su desenlace en una morgue donde trabajan Arturo, un singular médico forense, y su asistente. Entre uno y otro, el monólogo existencialista será el punto de enlace o encuentro entre los demás personajes de este drama con tintes filosóficos, el cual nos lleva a conocer las últimas horas de vida de varios individuos de diferentes clases sociales, cada uno de ellos con sus propios conflictos e historias de aceptación, de venganza y de crímenes. 90 minutos que hablan del pequeño trecho que existe entre la vida y la muerte, y de aquellos que sobreviven para sufrir la desdicha del dolor.

La película tiene un guión interesante, principalmente por el personaje de Arturo y sobre todo por la interpretación del desaparecido actor Manuel Calisto, quien aporta con su personaje poco convencional cierto carisma y simpatía a una historia que resulta demasiado dispersa en sus subtramas, desdibuja algunos de sus personajes y minimiza situaciones que tal vez podían ser retratadas con mayor acierto (la ‘salida del clóset’ del hermano del protagonista, por ejemplo). Además, la cinta tiene escenas demasiado alargadas y otras que poco aportan al desarrollo de la historia en su conjunto. No he leído el libro en el que está basada la película, así que no sabría decir hasta qué punto ha sido fiel a su historia; eso sí, tras visionar el film queda mucha curiosidad de leer el libro. En cuanto al apartado técnico, obviamente por cuestiones de presupuesto no estamos ante una obra destacable (aunque la fotografía es correcta y la música, sobre todo al final, es muy acorde a la atmósfera nostálgica que se propone), sin embargo, y a pesar de sus falencias, Cuando me toque a mí logra cierto grado de singularidad, y se erige como una obra sencilla pero interesante del cine ecuatoriano.

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