El mismo corte de la primera, el mismo patrón (no se han matado nada en cambiar algo), pero con otra tela. Lo soez, ordinario e inverosímil gana en esta segunda cinta, vulgar a tope.
Al chino, que te cayó gracioso en la una, casi le acabas cogiendo asquete. Del pobre Stu acabas teniendo pena, le toca todo.....
A Justin Bartha no le pasa nada, porque no sale nada.
Le falta gracia, tarda en arrancar.
Lo bueno? La mona, el buenorro de Bradley Cooper y las fotos al acabar la peli, sin duda lo mejor, pero la de las Vegas le da un millón de vueltas. Espero que no hagan una tercera.

No puedo describirla mejor que con el adjetivo rara.

Son capítulos independientes, lo cual comprendes desde el segundo, pero te haces la idea de que el último puede ser que los haga enlazar a todos, para sacar alguna conclusión, a fin de cuentas, son todos descendientes de los Romanov, como indica el título.

Pues no. Podrían seguir más temporadas contando más historias de más descendientes.

Los capítulos son diferentes, unos mejores, otros atrapan menos. Hay buenas actuaciones de buenos actores.

Pero la serie te deja medio fría, preguntándote al final ¿y...?

Entretenida, cómica en ocasiones, pero trágico, en realidad, el tema.

Hay momento álgidos y otros peores. A medida que se alarga la serie se hace más inverosímil, es imposible hacer todo lo que hacen y que no las pillen antes. Además, para prolongar el éxito de la serie más temporadas, aparecen historias que no pegan ni con cola.

Destaco las interpretaciones de los protagonistas, de todos, me encanta Christina y un diez al chico malo. ¿Sugerencia? Escuchad la serie en versión original, las voces importan, especialmente la de Manny Montana (un descubrimiento para mí), acabará seduciéndoos tanto que os encantaría llamaros Elisabeth ;)

Pensaba que..., pero... agridulce sensación. Todo iba bien, la imagen preciosa, película muy bien hecha, pero en un momento, de repente, falla, se alarga, sobra, falta.... Emociona, sí, al menos. Los paisajes preciosos. No hace falta escuchar la canción final, de verdad....

Coincido con Scott Carey . No cuestiono la interpretación de los protagonistas, tampoco el argumento. Pero considero que hubiera dado para mucho más, para una comedia de golpe y contragolpe entre el novio y el hijo de la extraña Molly. A medida que pasaban los minutos y condicionada por las críticas leídas en filmaffinity, me preguntaba que dónde estaba el chiste, dónde estaba la estupenda comedia de verano tremendamente divertida. Y seguían pasando los minutos y apenas dos sonrisas. Al final, salí del cine bastante decepcionada, mi hijo y mi marido también. Nada parecido a lo que esperábamos. Todos los comentarios de los demás espectadores eran negativos. Así que, si vais con intención de reír, mejor quedaos en casa. Yo, si hubiera visto la película en casa después de comer, casi seguro me hubiera quedado dormida.