He visto "Ready Player One" dos veces en la pantalla grande, y el segundo visionado no pierde fuerza, esto es algo que hace años no me pasaba con una película (con un revisionado en tan poco tiempo)

Steven Spielberg nos muestra un futuro en el que la humanidad está sumergida en la realidad virtual y este futuro a día de hoy no es tan descabellado como parece. Dejando aparte todo esto, Spielberg nos enseña su amor por la cultura pop, algo que cada vez gana más adeptos. La multitud de referencias culturales de las últimas décadas del siglo pasado, incluso algunas de este siglo, acompañan a nuestro protagonista, Wade Watts( o Parzival), en esta gran aventura.

En esta aventura, tenemos la parte virtual y la parte de la realidad. El montaje es un acierto ya que se compaginan a la perfección las dos partes. Lo visual destaca sobre un guión plano y lineal, y aunque tiene un bajonazo en la parte central de la película, dónde toda la acción se frena en seco, poco importa, porque al final, como producto, es pura magia y entretenimiento.

No te dejes engañar por las pegas, las quejas, "le falta algo", dirán. Ya nada será como antes, el concepto de película buena o mala lo dictan las masas y las redes sociales, el odio en internet está a la orden del día. Ten tu propio criterio, ves al cine y disfruta.

Destaco el esfuerzo y el cariño de Steven Spielberg de intentar hacer una película para todo el mundo.

Dziga Vertov nos avisa antes de empezar, su película, su documental, se aleja de la literatura y de lo teatral. El cine como experimento artístico y de fondo San Petersburgo en los años 20.

El arte debe evolucionar, se deben crear nuevas formas de hacer arte, la creación a través de la imaginación, a través del ojo humano, en este caso particular, en este film, el ojo humano es el ojo de la cámara. Todo un experimento el que propone Vertov, con el uso de metáforas y metonimias. La mujer despierta, la ciudad está despertando.

Sin este tipo de experimentos, sin este tipo de artes, sin este tipo de creaciones, sin este tipo de cine, todo lo que denominamos séptimo arte no habría llegado aquí y ahora de la misma manera tal y como lo conocemos. Se necesita arriesgar, se necesita crear, se necesita apostar por una visión propia, compartirla, para que los que vienen detrás cojan la batuta y sigan creando.

Nunca pensé que una película que empieza con un perro perseguido por un helicóptero me iba a gustar tanto. Se ha convertido automáticamente en una de mis películas favoritas de terror.

Un grupo de científicos liderados por el carismático MacReady (PutoAmo Kurt Russell) conviven en medio de la Antártida. Sometidos por la rutina y con tal de no caer del lado de la locura, cada uno busca sus propios medios para que su mente sobreviva. Todo parece demasiado tranquilo hasta que "algo", de otro lugar, quién sabe de dónde vendrá, ha decidido romper la monotonía de nuestros protagonistas. A este "algo" le llamaremos "La cosa".

¿De dónde viene?, ¿Qué quiere?, ¿Qué es?. Esas preguntas pronto se olvidan, dan igual. Lo más importante es que "La cosa" puede adoptar cualquier forma de vida (ya sea humana o animal como se ve en la película). Cualquiera podría ser "La cosa". Podrías ser tú.

John Carpenter consigue sumergirnos en una atmósfera llena de desconfianza, establece las reglas de un juego terrorífico y psicológico donde el espectador dudará de todos los personajes. Jugar con el espectador es una de las partes de este juego, y puede que una de las mejores.

Debo mencionar 4 cosas:
-La escena de la prueba de sangre es espectacular por la tensión que genera.
-Los efectos especiales son increíbles.
-No le pongo un 10 por la banda sonora (El único fallo que le veo).
-Digan lo que digan del final, a día de hoy todavía se debate, y se seguirá debatiendo.

Llenar este texto de palabras no es suficiente para describir la belleza visual de esta película. Las palabras y las imágenes se entrelazan formando una poesía visual surrealista que muy pocos pueden lograr, Eliseo Subiela lo logra, en un film sin barreras, sin poner límites al arte, con cada verso de Mario Benedetti, con cada escena, con su manera de transmitir la poesía.

Darío Grandinetti y Sandra Ballesteros nos hacen volar, nos guían en dirección a la imaginación, a la magia, directos a la pasión.

Cada escena de Oliveiro con La Muerte es magnífica, con ese final inolvidable, con ese último brindis memorable.

Ryan Murphy es un genio y quiero creer que tenía todo pensado antes de empezar con American Horror Story. Una película trampolín para hacer la serie que tanto deseaba hacer. Vale, necesitaba la pasta, ¿pero hacía falta hacer semejante mierda?

La película trata de una pija que su única preocupación en la vida es casarse. Todo transcurre en New York, Roma y Bali. En cada ciudad se echa un noviete, bueno, en Roma no, allí está de sujeta-velas (pero hace muchos amigxs y come muchos espaguetis).

Sale Julia Roberts, James y Franco y Javier Bardem, pero da igual, la peli es tan insoportable que te da igual si actúan bien o no.

¿Un viaje espirítual? JÁ, yo diría más bien un viaje a la pedantería extrema.