La película en cuanto fotografía, narración, historia y mensaje a transmitir es, en líneas generales, "Interesante", lo cual significa que debería ponerle un 6 como puntuación. Pero le he puesto un 8, es decir, "Notable"; ¿por qué?, bueno porque las interpretaciones de Daniel Day Lewis y Paul Dano son, simple y llanamente, brillantes; se elevan por sobre todo lo demás, configurando dos personajes que quedarán grabados en la retina cinéfila de muchos.

No hay duda de que el film posee un gran poder visual, pero no se puede pretender que un film se sustente sólo en eso, así que por lo tanto, veamos la historia y el tema que pretende desarrollar esa historia.

El tema que pretende desarrollar la historia es metafísica de autor; allí, no hay mucho qué hacer. De esa forma, si separamos un poco la historia del tema central, nos queda un retrato muy delicado y que toca fibras muy ocultas, de los recuerdos de la infancia, de la relación padre-hijo, madre-hijo, hermano-hermano, todas reforzadas por imágenes hermosas y por más gestos que diálogos. Pero debo decir que esa historia comienza luego de una hora de imágenes sugestivas, pero que son las imágenes del tema metafísico de autor.

En líneas generales, el film es fallido, le sobra una hora.

Como dice el título: pasable.

Los dibujos son normalitos y cumplen. La banda sonora es bastante mediocre. Los diálogos, casi que una verguenza, sumamente pretenciosos e incómodos. La historia, de lo más gratificante y encantadora como suelen ser las historias de los estudios de Ghibli, aunque increíblemente, casi que maravillosamente desaprovechada.

No es una gran obra.