"Los caballeros del Rey Arturo" es una de las películas que no le gustó rodar a Ava Gardner, primero porque no le gustaban las historias de caballeros de esa época y segunda porque era muy incómodo llevar los trajes que eran necesarios. Pero en el rodaje volvió a encontrarse con Robert Taylor con quien ya había trabajado en 1949 en la película "Soborno" (The Bribe) teniendo en aquel entonces una aventura amorora y enemistándose con la que era su esposa Barbara Stanwyck. Dirigida por Richard Thorpe en 1953, fue la primera película que la Metro Goldwyn Mayer realizó en cinemascope y aunque se le achacó no ser fiel a la historia original, a mi me parece una tontería porque el cine es ilusión y fantasía y entretenimiento y esta película lo tiene y encima con una banda sonora de Miklos Rozsa extraordinaria y que nos recuerda a la de "Ivanhoe" en la que Ava Gardner tuvo ocasión de protagonizar pero no quiso hacerla ocupando Liz Taylor su lugar. Es la tercera película que rodó en 1953, precedida de "Mogambo" y antes "Ride Vaquero". Las bandas sonoras de las películas son siempre reconocibles cuando son del mismo autor, como en este caso con respecto a "Ivanhoe" aunque siendo las dos de Miklos Rozsa, la de "Ivanhoe" es más llamativa y contundente que la de "Los caballeros del Rey Arturo". También se aprovecharon decorados de "Ivanhoe" que fueron usados para "Los caballeros del Rey Arturo". Curiosamente, la banda sonora de "Soborno" también la compuso Miklos Rozsa. Sería maravilloso que algún día a alguien que pueda hacerlo le de por restaurar esta película que con los años, las copias que hay en DVD no reflejan toda la impresionante luminosidad y colorido que podría reflejar.

No cabe duda que las películas más notables de Hayley Mills son las primeras, es decir, "Cuando el viento silba", "La bahía del tigre", "Pollyanna", "Tú a Boston y yo a California" y "Los hijos del capitán Grant", estas tres últimas quizás las más conocidas y populares en España, aunque "Mujer sin pasado" es muy cercana a ellas ya que es de 1964.

Sin embargo, "The Chalk Garden", que es el título original, presenta a una Hayley Mills un poco más adulta, adolescente, ya no es la niña de las películas mencionadas y a pesar de todo sigue teniendo un encanto especial, si bien la temática de la película ya no es de tipo "familiar" sino que toca un tema adulto, drama psicológico se podría decir, con unas interpretaciones muy acertadas de John Mills (su padre), Deborah Kerr y Edith Evans.

Por cierto, la sinopsis de esta página está equivocada y el argumento no es el que se explica en la segunda mitad. John Mills es el padre de Hayley Mills en la vida real pero en la película hace de mayordomo con lo que queda excluida la explicación que aquí se da.

Lo que es muy remarcable, y a mi entender añade una cota de calidad a la película, es la banda sonora de Malcolm Arnold que acompaña en todo momento los procesos psicológicos que atraviesan los personajes y los cambios que se producen en el argumento a medida que avanza el metraje, una banda sonora que recuerda muchísimo el estilo de las que Bernard Herrmann realizara para Alfred Hitchcock principalmente.

Es una película recomendable para aquellas personas que les gusta la actriz Hayley Mills y quieran seguir su trayectoria cinematográfica, pero también para quien guste de relatos con trasfondo psicológico y un guión bien estructurado.

Hay películas que sólo se pueden ver una vez. Pueden ser muy buenas pero con una vez es suficiente. Otras, las geniales, se pueden ver siempre, no tienen fecha de caducidad y “El Pirata” de Vincente Minnelli es una de esas películas que es emocionante desde el principio al fin, con unos números musicales que no aburren y que conllevan siempre entre medio la banda sonora de la película, el leit motiv de la misma.

Por supuesto que no se trata de una película de piratas a pesar del título. Estando de por medio los nombres de Vincente Minnelli en la dirección y protagonizada por Gene Kelly y Judy Garland, sólo puede tratarse de un musical.

Con un guión sencillo pero muy atrayente, con unos decorados maravillosos, con unos protagonistas de ensueño (pese a estar enferma Judy Garland durante el rodaje), con un director como Minnelli, con una música en la que interviene Cole Porter, es imposible que salga algo mal, aunque no fue entendida en su momento porque era una película avanzada a su tiempo.

Las películas musicales de calidad, cuantas más veces se ven más gustan, porque lógicamente el oído se habitúa a la música, a los números que se interpretan y esta película hipnotiza desde el principio al fin, tanto si se ve doblada como si se ve en versión original (preferible). Pese a la fama de “Un Americano en París” del mismo autor y con el mismo protagonista, a mí personalmente, me gusta más “El Pirata” porque sus números musicales están muy medidos y no se hacen excesivamente largos y la historia es sumamente original y los diálogos, bailes y cantos entre Manuela (Judy Garland) y Serafín (Gene Kelly) no te dejan respirar, estás todo el rato embelesado por sus caras, sus cuerpos y sus voces, gracias a una gran dirección de actores de Minnelli y por supuesto y lo dejo para mencionar al final, la coreografía de los bailes, pero principalmente el de Gene Kelly que en esta película está genial.

No aburre, entretiene, maravilla, se deleita la vista y el oído, emociona, se hace corta, es decir, estamos ante una gran película de cine. Séptimo Arte del mejor. Inolvidable. Auténtica película de culto.

La película argentina "Eva Perón" de Juan Carlos Desanzo, me gusta más que "Evita" de Alan Parker, aunque son totalmente diferentes y las puedo disfrutar cada una por lo que vale. La primera como musical y la segunda por su mucha mejor aproximación al drama histórico.

Prefiero mucho más a Esther Goris que a Madonna, pues Esther da una aproximación a la Eva real mucho mejor y también me gusta más el Perón de Victor Laplace, que el de Jonathan Pryce.

Las dos explican a su manera el comienzo de Eva cuando murió su padre Juan Duarte y al ir al entierro en Chivilcoy ser repudiados al ser considerados bastardos por la familia legítima. Sin embargo, si lees la web oficial de la familia, dicen que todo eso no entienden como lo han escrito varios biógrafos de Eva, pues las dos familias se llevaban bien.

Las dos películas son de estilos tan diferentes que creo que no se deberían de comparar. La primera al dedicarse a toda la biografía de Eva y ser un musical, tiene que recoger a la fuerza muchos fragmentos y tratarlos con brevedad, si bien no se desaprovecha ningún momento para, a través de las letras, poner su intencionalidad particular de crítica feroz en la presentación de la historia. La segunda, como sólo se dedica a los dos últimos años de la vida de Eva Perón con algunos "flash backs" de su vida anterior, bien en imágenes, bien contenidos dentro del diálogo, puede darse el lujo de recrearse más en algunas escenas.

Las dos contienen licencias cinematográficas y se prodría decir que a través de la versión de Madonna se pueden ver aspectos de la Eva Perón triunfante, antes de que el cáncer la minase, en cambio, a través de Esther Goris, se aprecia mejor la parte final de su vida, con unas expresiones de dolor que realmente hacen sentir lo mismo al espectador.

Para mí, después de leídas una veintena de biografías de todas las opiniones, es más real y certera la visión presentada en la película dirigida por Juan Carlos Desanzo que la de Alan Parker y desde luego, la interpretación de Ester Goris es genial.

He tenido ocasión de volver a ver "Escrito en el cielo" después de 50 años y nada más empezar a verla me ha transportado a mi infancia a cuando la vi en el glorioso Cinemascope de los años 50 y me ha transportado rápidamente a aquellos dorados años del cine exclusivamente por su banda sonora del gran compositor ruso Dimitri Tiomkin que, curiosamente, realizaría multitud de bandas sonoras para películas del oeste de gran renombre.

Dirigida por William A. Wellman y protagonizada por varios actores, los más destacados John Wayne, Robert Stack y Claire Trevor, ha resultado toda una curiosidad ver juntos de nuevo a John Wayne y Claire Trevor que hicieron una gran interpretación en esa película legendaria de John Ford, “La Diligencia” (“Stagecoach").

Qué diferente es el cine de los años 50 del de ahora con sus efectos especiales. Precursora de todas las películas posteriores que tratarían el tema de los desastres aéreos, la historia se centra en la psicología de los pasajeros, 22 personas, muchas agrupadas por parejas, todas ellas con sus problemas vitales particulares y a través del desarrollo del film y debido a que saben que lo más probable es que mueran, dan giros inesperados a sus vidas.

Nominada a 6 Oscars en 1954, sólo ganó uno por la banda sonora que no sólo ganó el Oscar sino que se hizo famosa alrededor del mundo y que ha despertado en mi toda una serie de recuerdos y sensaciones de esa época en que se iba al cine 3 ó 4 veces por semana en sesión doble.

La forma de rodar, el ritmo cinematográfico, las interpretaciones, la música, el color, en las películas de los años 50 marcan como una edad de oro en el Séptimo Arte, una manera de hacer cine que a veces algunos directores actuales y por algunos momentos usan en sus películas pero que las personas que las vimos en nuestra infancia, adolescencia y juventud o simplemente los estudiosos del arte cinematográfico, echamos a faltar en las salas de cine y que si no fuera por su recuperación y restauración en DVD, no podríamos volver a disfrutar de ellas.

“Escrito en el cielo” sigue viva y se puede volver a ver, escuchar y deleitarse con su imagen y su sonido, su poderosa y nítida fotografía, la presentación tan original de los protagonistas, y, como siempre, la presencia impecable de John Wayne que con su sola aparición ya se llena la pantalla y todo el interés queda centrado en los gestos de su cara, en los movimientos de su cuerpo y en su voz. Fantástico por ello el comienzo de la película que nos presenta al que será el copiloto de vuelo a través de John Wayne que va silbando la misma melodía de la banda sonora.