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España España · Santa Margarida i els Monjos
Críticas de Víctor Baylach
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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
Klaus
España2019
7,6
18.898
9
31 de diciembre de 2019
29 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si uno busca una historia idónea para estas fechas, esta es "Klaus". En ella, Jesper, un prepotente, despreocupado y soberbio cartero es enviado por su padre, y director del negocio, a Smeerensburg, un lugar recóndito, oscuro y frío, habitado por dos clanes en eterno conflicto. Allí, con la obligación de levantar un puesto de correos, conocerá a Klaus, un enorme, solitario y temido leñador con el que simpatizará y creará un bonita amistad.

España y Reino Unido se unen y coproducen, con Sergio Pablo como director y guionista, esta bonita historia sobre la leyenda de Santa Claus. Relatan una película sencilla, entretenida e inocente, sin complejos ni enredos, con un funcional y bonito mensaje Navideño. No se centra tanto en buscar la aceptación del espectador con tramas profundas y politicamente correctas, como se centra en establecer una esencia clásica, con un guión cercano, realista, sólido, fino y divertido.

El trabajo de animación de "Klaus" revoluciona la tradicional técnica de dibujo a mano gracias al gran trabajo de post-producción digital de "The Spa Studios". El diseño artístico y el estilo geométrico, tanto de los escenarios como de los personajes, está cuidado al más mínimo detalle, consiguiendo una gran originalidad y un alto nivel de calidad.

"Klaus" se presenta humildemente apuntando a ser un gran acierto y, sin quererlo, es capaz de hacer frente a las mayores apuestas de animación de este año. Una película, agradable, simpática, humana y tierna que, como adulto, he disfrutado como un niño, y que sin duda, me hubiese maravillado en la infancia.
Víctor Baylach
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9
25 de enero de 2023
32 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos somos conocedores del cuento popular de Charles Perrault sobre el felino que vestía un par de botas y que gracias a su astucia y sus engaños, conseguía amasar una fortuna y la mano de una princesa para su pobre amo. Pero no nos engañemos, fue gracias a la segunda entrega de la fantástica saga de aventuras del ogro verde y el asno parlanchín cuando nos enamoramos de los ojos redondos y la voz ronca española de nuestro querido gato. Fue con “Shrek 2” y su maravillosa subversión del clásico cuento de hadas cuando conocimos a nuestro Gato Banderas preferido, y viendo la tirada que tenía el personaje se decidió, en 2011, realizar un spin-off bastante fallido sobre el gato con sombrero, botas y espada. Y aquí nos encontramos, más de una década después con su falsa secuela que viene dispuesta llegarnos al corazón una vez más.

En esta nueva aventura, Gato se da cuenta que ha gastado 8 de sus desenfrenadas 9 vidas. Obligado al retiro y a vivir una última y tranquila existencia, pronto se negará a renunciar de su leyenda, y decidirá salir en busca de la estrella de los deseos para pedir tener de vuelta sus 9 vidas y así volver a disfrutar de la grandeza de su fábula. Todo mientras se encuentra al acecho del lobo feroz, un terrorifico, mortífero e indestructible cazarrecompensas que sigue su pista pisándole fuerte los talones de sus botas.

Junto a Joel Crawford y Januel Mercado como co-directores, DreamWorks Animation (dueña de sagas cómo "Madagascar", "Kung-Fu Panda", "How to train your Dragon" o su gallina de los huevos de oro, "Shrek", entre tantas), viene dispuesta a pisar fuerte, y ya en su magnifico primer acto, enfrentando a Gato con un colosal enemigo, despliega su nuevo abanico y casi revolucionario diseño de animación en 3-D mezclada con la animación más tradicional, y que en su acción recuerda tantísimo al anime "Shingeki no Kyojin" y a “Spider-Man: Into the Spider-Verse”, ésta última reconocida en la industria y producida por Sony Pictures Animation. Pero mucho más allá de su maravillosa animación, ésta nueva aventura de nuestro gato espadachín, contiene mucho más que una simple historia con la que entretener un rato a los más pequeñines.

Pudiendo llegar a ser tan creativa como lo permite la jugosa mezcla entre los cuentos de hadas más populares, convierte su historia en un viaje más que festivo, con un humor satírico y diferentes gags y chistes divertidos con los que sacar alguna tímida sonrisilla y hacerte reír a carcajada limpia, sin tampoco llegar a morirte de la risa. Pero si el gato con botas solo se vistiera de una buena animación y unos cuantos chistes bien elaborados, tampoco lograría destacar tanto como lo hace; y es que su historia no viene vacía de sentido ni profundidad. Cargada de valores, Gato se enfrentará a un cambio personal, para hacer frente a varios miedos que todos poseemos y que nos eriza el pelo como a nuestro felino. Junto a esta lucha interna, tendrá que hacer frente a un muy temible antagonista, que como personificación del mismo miedo y toda la oscuridad que esconde tras su escalofriante silbido, consigue destacar como uno de los mejores puntos de la película y como a uno de los mejores villanos del estudio, que no es decir poco. Pero sus personajes secundarios, impossibles de obviar, tampoco se quedan atras. Por ahí andan Kitty Zarpas Suaves, Perrito, Ricitos de Oro con sus tres ositos y un avaricioso Jack Horner, que a parte de su gracia y carisma, cada uno de ellos está escrito de manera que no solo suponga una pequeña molestia para nuestro protagonista, sino que, en menor o mayor medida, aporten sus historias y motivaciones, evolucionando y negándose a quedar cómo unos simples y planos personajes de uso fácil e irrelevante, logrando un mayor desarrollo de nuestro amigo peludo y una trama más sentida y madura, con una innegable y mayor cercanía con el espectador, tenga la edad que tenga.

Engañándonos como a una secuela, consideraría “Puss in Boots: The Last Wish” como una especie de reboot del que solo mantiene lo mejor de su precuela y desecha casi todo lo demás, sin ser necesario ver su primera parte para disfrutar de ésta nueva aventura y dirigiéndose esta vez por el buen camino al destacarse de nuevo por el trato del clásico cuento de hadas tan característico de la saga de "Shrek", negándose a ser lo mil veces ya contado y aportando un granito de originalidad tan singular de las mejores películas de la saga. Pero nada de esto sería lo mismo sin la voz tan áspera como sedosa de nuestro querido Antonio Banderas, que una vez más, sin ninguna decepción, vuelve a asombrar con su felina interpretación que nos resulta ya tan familiar. Sin desmerecer a las demás voces del elenco, quienes encontramos nombres como las queridísimas Salma Hayek y Florence Pugh, entre otras.

Así pues, DreamWorks lo ha vuelto hacer. Siguiendo su tradición de hacer segundas partes tan o más memorables que sus precedentes, hace de "Puss in Boots: The Las Wish” una estupenda y encantadora película de aventuras, repleta de creatividad, atractiva, divertida, con un colorido y enérgico lenguaje visual, una notable evolución de personaje, y mucho más cargada de madurez y profundidad de lo que parece a simple vista, pués se atreve a tocar de cerca temas como la falta de identidad, la ansiedad o incluso la depresión. Consigue posicionarse como una de las mejore películas de animación del año y del estudio, capaz de hacer disfrutar a los más pequeños y, como a un ronroneo, tocar la fibra sensible, en más de una ocasión, a los ya más mayores.

Y yo que pensaba que la reinvención del cuento de Pinocchio de la mano de Guillermo del Toro lo iba a tener fácil para llevarse la estatuilla al mejor largometraje de animación… el duelo está servido. ¡Que gane el mejor!
Víctor Baylach
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8
14 de diciembre de 2022
31 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
- ¿Otro Pinocchio?
- ¡Si, otro Pinocchio!
- ¿Pero cuantos Pinocchios van ya?
- ¡No lo sé!
- ¿Y que tiene de diferente esta vez?
- Amigo… que no tiene de diferente.

Así es buenos lectores, tenemos otra vez la historia del títere de madera que quería ser un niño de verdad, y por segunda vez en este mismo año. La historia la conocemos ya todos, escrita por Carlo Collodi en un muy lejano 1882, nos llegó a la inmensa mayoría de la mano de Disney en 1940. En ella conocimos la historia de Geppetto, un viejo y solitario carpintero quien crea a la famosa marioneta de madera deseando que este pudiera ser su hijo. Por la noche acude en su plegaria un hada, quien dando vida al títere cumple el deseo del solitario carpintero.

Entre una gran cantidad de adaptaciones al séptimo arte, las más recientes vendrían a ser la de Matteo Garrone en 2019, más conocida por ser Roberto Benigni quien da rostro al adorable Geppetto. Y la penúltima, de este mismo año, viniendo a ser la misma adaptación de 1940, pero en acción real y en CGI, llevando el mismo sello de la indestructible Disney y de la mano del aclamado Robert Zemeckis, con la que solo consiguieron un estrepitoso fracaso. Así pues, la última adaptación, por ahora, del clásico cuento para niños viene de la mano del mismísimo Guillermo Del Toro, y lo único que comparte con la adaptación de Zemeckis es el mismo año de estreno, nada más. ¡Y menos mal!

Guillermo del Toro no necesita presentación, te guste más, te guste menos, es indiscutiblemente un autor de sello autoral inconfundible. Su anterior trabajo, “Nightmare Alley”, a pesar de no ser del todo de mi agrado, volvió a llevarlo ante la lista de nominados para ganar la estatuilla a mejor película. Suyos son tantos proyectos que es imposible reflejarlos aquí, así que me quedo tranquilo nombrando a “The Shape of Water”, “Pacific Rim”, “Hellboy” y mi favorita “El laberinto del fauno”.

¡No has visto nunca esta versión de Pinocchio! Me atrevo a decir. Del Toro, junto a un equipo estelar (Mark Gustafson como codirector, Patrick McHale como coguinosta, Frank Passingham en la fotografía y Alexandre Desplat en la música) contextualizan la historia durante la II Guerra Mundial, en una Italia enaltecida por el fascismo de Musolini, reinventando así el cuento de manera que resulte novedoso y fresco, manteniendo ciertos aspectos inseparables de la obra original, y explayando conceptos novedosos, como la vida de Carlo y Geppetto, y el impacto de la guerra en la inocencia. Motivos por los que permite darle una nueva ambientación más dramática, terrorífica y realista a la vez que fantástica; explorando temas diversos como la vida, la muerte, la religión, la avaricia, la inocencia, el aprendizaje, la madurez, el sacrificio, el amor y la perdida.

Dejando de lado la sobresaturación de la animación digital, Del Toro y su equipo se entregan en cuerpo y alma a la paciente técnica de la animación en Stop Motion, para así, fotograma a fotograma, dar vida a los protagonistas y personajes de esta maravillosa historia dándole un valor más clásico, nostálgico y artesanal.

Los diseños de sus personajes son una delicia de estrella Michelin, todos con aspecto de lo que son, marionetas talladas específicamente con aspectos un tanto tétricas y de fantasía oscura que renuevan la visión de lo ya conocido. Destacar la renovación de su mitología (si se le podría llamar así), aquí no hay hadas, ni negras ni blancas, y se destaca por el imaginario de Del Toro con criaturas fantásticas y fabulosas.

He tenido la suerte de ser uno de los pocos en disfrutar de ella en cines, ya que la película ha sido estrenada en la plataforma streaming de Netflix dejando el estreno en salas solo a un número mínimo de cines. Pero algo que si puedes hacer des del sofá de tu casa, es verla en versión original, ya que cuenta con un reparto de voces estelares, como Ewan McGregor en el papel de Sebastián (AKA Pepito gruillo), el jovencísimo Gregory Mann como Pinocchio, David Bradley como Gepetto (más conocido por dar vida a Argus Flich en la saga “Harry Potter” y a Walder Frey en la serie “Game of Thrones”), y otros conocidísimos nombres como Ron Perlman, Finn Wolfhard, Tilda Swinton, Cate Blanchett, Chistoph Waltz, John Turturro… queda claro a lo que me refiero, ¿no?.

En definitiva, “Pinocchio de Guillermo Del Toro” se enfrenta una historia eterna, identificable y conocida por todos, con no pocas adaptaciones al cine y de más alguna reciente, pero ello no le impide desmarcarse y lograr un equilibrio perfecto entre lo novedoso y el respeto a la obra original. Desmarcada de la mayoría de obras animadas de hoy en día gracias a la artesanía del Stop Motion y a la ambientación fantástica y dramática muy propia de la visión del artista. Una de las mejores versiones del fantástico cuento de Collodi me atrevo a decir sin que me crezca la nariz.
Víctor Baylach
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7
7 de diciembre de 2019
29 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Belén Funes, autora de cortometrajes como “Sara a la fuga” e “Inútil” se da a conocer en el mundo de los largometrajes con “La hija de un ladrón”, cinta que le permite exprimir la idea que empezó a tantear en su primer y renombrado cortometraje. En “La hija de un ladrón”, Sara ha vivido sola toda su vida. Con 22 años y un bebé tiene el deseo de formar una familia normal junto a su hermano pequeño. Manuel, su padre ausente por cubrir condena en la cárcel, decide reaparecer en su vida. Sara sabe que él es el principal problema para sus planes, y toma la difícil decisión de alejarlo de ella y de su hermano.

Tras la conversación personal con un hombre preso, quien contaba haber dejado sola a su hija de 15 años subsistiendo a manos de los servicios sociales y con un odio creciente hacia él, Funes, se inspira y relata una ópera prima en la que desarrolla un drama social sobre el presente de una mujer joven, fuerte y luchadora, quien ha sido privada de una vida normal, su empeño en no estar sola y lo difícil que resulta formar una familia para su hijo y su hermano pequeño. También, le permite explorar la importancia que ejerce la relación paterna y las consecuencias de los daños irreparables que se pueden ocasionar. A su vez, refleja un retrato actual de la España social, sin querer pretender denunciar sino mostrar una realidad amarga y difícil.

Todo expresado con inmensa cercanía y proximidad, sin requerir de artificios. Un relato claro y transparente sobre la crudeza de una persona que subsiste una vida anómala, desamparada y sin referentes. Con una increíble y magnífica Greta Fernández que logra una interpretación verídica, sensata y efectiva, con la que consigue nominaciones a los Premios Gaudí y los Premios Feroz, y es galardonada con la concha de plata del festival de San Sebastián, marcandose un puesto como gran intérprete de su generación.

“La hija de un ladrón” es desgarradoramente real, franca e introspectiva, recibiendo así la aclamación de la academia catalana y consiguiendo 13 nominaciones en los Premios Gaudí, entre las que se encuentra mejor película del año.
Víctor Baylach
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8
11 de enero de 2020
31 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiempo lleva sonando el nuevo proyecto de Sam Mendes, quien en su día nos trajo películas como “Revolutionary Road”, “Road to Perdition” y su más renombrada película “American Beauty”. Esta vez, Mendes prometió un drama bélico con el que adentrarse en lo más profundo de las trincheras de la I Guerra Mundial, en un ambicioso trabajo de dirección, al usar solo dos falsos planos secuencia. En ella cuenta como dos jóvenes soldados británicos, Schofield y Blake, son encomendados por el general Erinmore, a una misión aparentemente imposible. Deberán dejar la trinchera y cruzar territorio enemigo para enviar un mensaje urgente al coronel Mackenzie. Si no llegan a tiempo, 1.600 soldados británicos, entre ellos el hermano de Blake, perderán la vida en un ataque estratégico alemán.

Con el pretexto de una misión imposible, el cineasta se adentra a un viaje en lo más crudo y desgarrador de la guerra. Un viaje que el espectador deberá afrontar recorriendo duras imágenes y violentas escenas que quedarán en su retina. Un recorrido entre barro, cadáveres y ratas, que aumenta la impresión del realismo gracias a dos falsos planos secuencia, gravado con gran habilidad, y junto a los calculados movimientos de cámara y su elaborada fotografía consigue que las imágenes hablen por si solas.

Para basarse en las anécdotas e historias de los soldados que no perecieron, Mendes explora los recursos que presta el belicismo con un guión sencillo y afectivo, con impactantes secuencias con las que expone al espectador ante un sentimiento real de tensión constante reflejando un ambiente de miedo y angustia.

El drama se intercala en secuencias de gran intensidad, alternadas por otras de falsa calma, tristeza e incluso belleza. Apoyadas por una banda sonora que brilla tanto por sus momentos de ausencia como por su fuerte y potente composición. Las detalladas escenografías y el diseño de producción son un gran aporte, al igual que las técnicas de sonido, que en conjunto hacen el relato más asfixiante, intenso, desolador, escalofriante y aterrador.

Las momentáneas aportaciones de Colin Firth, Mark Strong, Benedict Cumberbatch i Richard Madden engrandecen el círculo actoral, pero son George Mackay y Dean-Charles Champan quienes sustentan todo el peso del drama con actuaciones espléndidas y verosímiles.

Concluyo afirmando que “1917” entra en lo más alto del género bélico, junto a “Dunkirk”, ”Apocalypse Now”, "Full Metal Jacket", "Paths of Glory" o “Saiving Private Ryan” entre otras, aúnque es difícil evitar comparar la cinta de Sam Mendes con las ya dichas, ya que, en mayor o menor medida, bebe de todas ellas al recorrer y reflejar el horror de la guerra y su cruda realidad. Aun así logra ser una de las mayores apuestas de este pasado 2019, un año fabuloso para todo amante del cine gracias a películas de gran calidad, como es el caso de “1917”.
Víctor Baylach
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