A ratos es divertida y a ratos es entretenida, pero en general es simplemente demasiado larga.
Está bien como sátira pero se me ha hecho eterna.
La primera parte son como 40 minutos viendo a una pareja discutir por el mismo tema todo el rato, en la segunda ya aparecen más personajes y la trama se vuelve algo más interesante, pero es mucho tiempo en el que apenas pasa nada. Después hay una escena super escatológica que dura más que el hundimiento del Titanic, y ya pasa a la tercera parte, quizás la más interesante de todas, pero también la que menos dura.
En fin, quizás si durará hora y media le daría mejor valoración pero la duración que tiene para lo que es me ha parecido sinceramente una perdida de tiempo.

Es la historia de dos preadolescentes que son amigos. Los mejores amigos. Todo es felicidad hasta que en el cole algunos de sus compañeros empiezan a reírse de ellos porque piensan que están enamorados. Son comentarios tontos, de esos que dicen los adolescentes sin pensar, pero también de esos que aunque probablemente no afectarían a un adulto, sí que afectan a un niño, y aquí es dónde se desencadena todo.
Me ha parecido una película muy necesaria, quizás incluso, a pesar de lo dura que es, apropiada para poner en institutos, para que los niños se den cuenta de las consecuencias que pueden tener sus palabras y de que hay que pensar lo que se dice y lo que se hace muy bien, especialmente cuando se trata de hacer bromas que pueden herir los sentimientos de otras personas.
La cinematografía es excelente, es una película estéticamente preciosa, llena de silencios que hacen que te metas de lleno en la historia.
Eso sí, preparad los pañuelos porque al menos yo me he pasado media película sin dejar de llorar.

Se trata de una historia preciosa, entrañable y desgarradora.
Cuenta la historia del origen de una familia, de las peripecias que pasaron para poder sobrevivir, de las guerras, el hambre y le emigración.
Está hecha con mimo y cariño y eso se nota en cada fotograma de la película.
Además de lo bonita que es la historia y el mensaje que transmite, hay que destacar la manera en que está hecha: una animación en stop motion extremadamente ingeniosa y artisticamente deliciosa.
Está película es una maravilla.

Le he puesto un 6 por el cariño que le tengo a la primera y por el carisma de los personajes pero me ha parecido una secuela muy floja. Tira mucho del humor escatológico y soez que por desgracia parece que caracteriza a todas las comedias españolas. La trama tiene sus momentos emotivos pero profundiza poco y se centra más en hacer chistes fáciles, y el final se hace muy largo.

Antes de nada decir que esta saga de libros es fácilmente mi favorita.

Me parece que está serie es muy fiel a la historia original, además se ve una producción muy cuidada y con muy buenos efectos especiales.

Me sorprende bastante ver que, de momento, la mayoría de opiniones remarcan que esta serie es muy distinta a las películas como si esto fuera algo negativo.

Debe de ser gente que jamás ha leído los libros porque esas películas eran un invento prácticamente de principio a fin, además de que cinematográficamente no valían nada.

Mi principal problema de la serie, sobre todo al principio, es que el niño que interpreta a Percy, Walker Scobell, me parece muy inexpresivo.

Por las cosas que he leído, soy la única persona que piensa esto pero de verdad que en el primer episodio me sacó muchísimo de la historia ver su cara todo el rato igual tanto cuando estaba triste como asustado como bromeando.

Por suerte, esto va mejorando conforme avanzan los episodios, no sé si porque el niño está más cómodo con el personaje y ha ido aprendiendo, o simplemente porque no hay escenas tan emotivas.

En fin, a pesar de esto, la serie me ha encantado y me ha parecido muy entretenida. Ideal para introducir a los niños y adolescentes en el mundo de la mitología griega.

A todo aquel que le gusten los libros, le va a encantar.