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España España · Alicante
Críticas de lucabrasi
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
9
25 de diciembre de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine, como arte que es, debe evocar sentimientos, ya sean de odio, tristeza o alegría. Si tenemos en cuenta esta premisa Murnau es un genio, ya que nos hace pasar del optimismo más férreo a la tristeza más profunda.

La historia es sencilla, un portero de hotel que debido a su edad es destinado a conserje de los servicios. Pero es la sencillez con la que está contada donde radica su grandeza, ya que no es solo pasar de un puesto superior a uno inferior, sino es todo lo que ello conlleva. Amigos, familiares y vecinos verán la transformación del personaje y provocarán aún más la pesadumbre que acompaña a este durante el metraje de la cinta.

La técnica, como todas las películas de Murnau es excepcional. Hay dos detalles que debemos destacar, el primero es la utilización de la primera persona en la cámara, es decir una cámara subjetiva haciéndonos participe de la borrachera del personaje. La segunda es más sutil y casi no la apreciamos y es la ausencia total de rótulos explicativos. Mientras que en Amanecer hacia un uso constante de ellos, aquí los elimina de raíz. Algunos dicen por la sencillez de la historia, otros queremos pensar que los genios no dependen de las técnicas, sino que estas son un medio para contar lo que desean.

La película tiene un epílogo totalmente diferente a la tónica de toda la cinta, se aprecia claramente que fue introducido después y por obligación, pero aún así evoca en diez minutos tantas sensaciones y optimismo que no desmerece. Yo soy de los que buscan ese cosquilleo en el estomago cuando finaliza el metraje de la película y está lo consiguió.

Aunque muchos críticos no le hayan dado tanta fama y popularidad como si lo hicieron con Amanecer, la crítica social que plasma es algo que no hay que olvidar. Al más puro estilo de Lang en Metrópolis se nos presenta una sociedad de clases totalmente diferenciada, donde unos viven en la opulencia y los otros en la más absoluta pobreza, pero mi pregunta es ¿Se puede apreciar la primera sin haber conocido la segunda?

Es una película que todo apasionado del cine mudo debería visionar, porque más allá de su historia, su desarrollo de cámara y su crítica social, se encuentra un personaje que todos deberíamos conocer.
lucabrasi
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8
9 de diciembre de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la lucha entre el cine mudo y el cine sonoro, es la eterna aspiración del joven que quiere triunfar en Hollywood, es vivir en un mundo que ha desaparecido hace tiempo, es como algo tan fantástico como el cine puede destrozar decenas de vidas, pero tampoco es solo eso, es realmente la esencia del CINE.

La película esta diferenciada claramente en dos partes, una es la casa de Norman y la otra es fuera de esta. Cuando la cámara se encuentra dentro es como ver una película del cine mudo, decorados grandiosos, la cámara fija en los rostros para captar sus sentimientos sin diálogos, un silencio eterno solo quebrantado por el piano y por si esto fuera poco dentro encontramos a Buster Keaton o Erich von Stroheim.

Fuera de esta hay ruidos en las calles, los coches chirrían, una fiesta llena de gente gritando y planos largos donde ya no observamos el rostro de cerca, porque con los diálogos ya no necesitamos captar la esencia de los actores.

Es una crítica a sí misma, actores casi olvidados, guionistas sin ideas y correctores que quieren escribir guiones, pero todo está llevado más allá, Norman critica los diálogos, mientras Billy Wilder nos ofrece uno de sus guiones más serios y maduros, lejos de sus típicas comedias.
Aunque como contrapunto a esto se muestra a Cecil B. DeMille que triunfó tanto con el cine mudo como con el sonoro, suscitando la eterna duda, realmente esto es culpa del cine o es culpa de los mismos personajes.

Aunque la belleza del film está fuera de cualquier duda, para un aficionado al cine mudo como yo, cuando la cámara abandona la casa de Norman me siento desnudo e indefenso, ya que las escenas interiores de esta son de una maestría digna de D. W. Griffith, mientras que la exteriores no llegan a ese nivel.
lucabrasi
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5
8 de diciembre de 2009
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gran problema de las películas de terror es que lo que para unos puede suponer algo escalofriante para otros puede significar un momento divertido.

Hoy en día hay dos tipos de cine de terror, el de chic@s adolescentes que huyen de un monstruo que va matando sin piedad a cada uno de estos o el que aprovecha situaciones cotidianas de la vida, esta película debe ser catalogada en el segundo tipo.

El mayor genio del terror de todos los tiempos es Stephen King y ha sido gracias a que la mayoría de sus historias ocurren en lugares normales, a familias comunes y empiezan con situaciones que hemos vivido todos, como la muerte de un amigo o familiar.

Esta película se aprovecha de eso, una casa, una pareja joven, situaciones cada vez más terroríficas aunque realmente no pasa casi nada, es decir ni demonios volando, ni espíritus pidiendo ayuda para pasar al otro lado ni nada parecido. Es simplemente miedo, tensión, como lo queráis llamar pero cada vez que la cámara empezaba a filmar por las noches, me escurría en la butaca dispuesto a sufrir y pensando cómo podría conciliar el sueño esa noche.
Por lo tanto si te gusta el miedo psicológico y pasar una hora y media de agobio, no dudes en acudir al cine, pero si por el contrario necesitas ver espíritus, sangre y la típica historia del asesino mata jóvenes, no desperdicies siete euros.
lucabrasi
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8
17 de enero de 2010
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una fina línea de diferencia al genio del loco y Haneke danza libremente encima de ella sin caerse en ningún momento. Cuando uno entra a una sala de cine oscura y lee en los créditos el nombre de Michael Haneke sabe que le esperan unos minutos atroces, donde su sensibilidad será llevada a lugares de los que será difícil volver.

Todos aquellos que hayáis visto una película del director austriaco sabéis exactamente a lo que me refiero y esta película no es ninguna excepción. Mientras que una voz casi anciana comienza a narrar una historia de un pequeño latifundio los personajes nos atraen con la mirada, es como si nos intentasen arrastrar hacia su mundo, y aún a sabiendas de que estaremos mejor en el infierno que al lado de ellos, nos introducimos en sus vidas para convivir con ellos durante dos horas y media.

El director nos engaña y juega con nosotros en todo momento, mostrándonos escenas realmente duras, seguidas de otras más terribles y cuando pensamos que vamos a presenciar algo que ni nuestras pesadillas serían capaces de imaginar, nos deleita con una escena que parece sacada de un cuento de hadas, ese es Haneke, te regala los momentos más bellos e intensos en medio de un odio y dolor extremo.

Mientras que los personajes nos embaucan y la historia nos hace estar pendiente de cada segundo de metraje, la cámara nos introduce en ese mundo de la forma más sutil y elegante que he visto. El color es utilizado de una forma magistral, el blanco representa la pureza y el negro nos muestra la locura. Una locura que no es tal, ya que los personajes hacen lo que hacen por educación y convicción y no por maldad. Si este es el origen de los sentimientos fascistas que Hitler explotó veinte años más tarde, me parece poco el holocausto que provocó.

Debemos también resaltar que la casi ausencia de sonido nos hace meternos más de llenos en la historia hasta el punto de que nos da la sensación de que somos un vecino más de la comunidad y estamos viendo todo desde la ventada de nuestra propia casa. Esto, en parte es también gracias a la utilización de la cámara móvil imitando el lento movimiento humano, haciendo que las escenas duren minutos sin la aparición de un corte de plano. Cuando los personajes se mueven delante de nuestros ojos y la cámara los sigue sin cambios bruscos es como si nosotros mismos los estuviésemos espiando detrás de un armario o una mesa, esto hace que la tensión sea todavía mayor, no sólo por lo que presenciamos sino por el miedo a ser descubiertos.

No cabe la menor duda de que estamos ante un trabajo de una mente poco común que sabe transmitir como pocos las sensaciones humanas más horribles. Cuando uno sale de la sala de cine le embarga una mezcla de sentimientos negativos que nos acamparán durante días.
lucabrasi
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6
7 de febrero de 2010
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Divertida, sincera y creíble, estos son algunos de los calificativos con los que podríamos definir esta película, pero si esta junto a Avatar son las grandes películas de los estudios americanos para el año 2009 está claro que Hollywood ha perdido la chispa que le caracterizo al inicio de los tiempos.

Para todos aquellos que amamos volar y que nos sentimos realmente cómodos en un aeropuerto conseguimos simpatizar con el personaje de George Clooney desde el primer plano, pero una cosa es hacerlo de vez en cuando y otra es vivir en un aeropuerto. La cinta se mueve continuamente con la sensación de soledad que embriaga a nuestro personaje, y con este sentimiento juega muy bien el director ya que nos muestra un hombre solo rodeado continuamente de personas en el aeropuerto.

La historia es totalmente creíble pero como siempre para explicarnos unas situaciones totalmente ajenas a nuestras vidas se utiliza el personaje de Anna Kendrick. Cuando la vemos llegar al aeropuerto con una maleta más grande que ella nos damos cuenta de que seguramente hace mucho que no ha montado en un avión. Con la ignorancia de ella se nos intenta mostrar el duro trabajo que lleva a cabo George.

La historia se sustenta en básicamente tres personajes, ya que el jefe de George simplemente es el enlace entre él y Anna. El tercero en discordia es una mujer que George conoce en un hotel, que al igual que él viaja continuamente de ciudad a ciudad y no parece que pueda tener vida propia.

Mientras todo esto sucede a nuestro alrededor George se irá planteando si la forma de vida que ha elegido es la mejor o si todo lo que él considera su vida no es más que una fachada para no sentirse solo por el trabajo que desempeña. Aunque todos pensemos que una persona así podría ser un ermitaño, George lo transforma en todo lo contrario, una persona divertida, sincera y metódica. A lo largo de los minutos iremos acompañándole en un cambio de su estructura de vivir y en estudio metódico de los cimientos que sustentan su vida.

Aunque la película tiene momentos divertidos y los actores hacen un buen trabajo, nadie se acordará de ella pasado un par de años. La economía mundial está en crisis desde hace unos años, pero el cine norteamericano lleva en crisis desde finales de los 90 y la nominación al Oscar de esta cinta es un claro ejemplo de ello.
lucabrasi
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