El desarrollo no funciona porque la tensión que irradia no convence. Los primeros minutos prometían un producto que al final derivó hacia el terror más fácil y previsible... Bueno, a quien todavía aterroricen estas pequeñas historias sangrientas. Hacia la mitad, estás deseando que termine. Su metraje es menor de los noventa minutos y se hace interminable.

Aburridilla, mal resuelta y poco creíble. Aunque está bien que la vean los adolescentes.

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No molesta, ni tampoco apasiona. Es un trabajo tranquilo, previsible y bien ambientado. Con un Michael Keaton, mayor y casi irreconocible. Bien interpretada, de guión alargado con escenas innecesarias, hasta conseguir un metraje comercial, lo cual no empobrece el resultado, aunque sí, hace que en cierta medida, descienda el interés.
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Final muy convencional, ajustado a lo que se espera, y, por supuesto, poniendo el acento en remarcar el sueño americano, del que las productoras de la fábrica "hollywoodiense", parece no se cansan de rebozarnos en él periódicamente.

Un 6

A pesar de sus resultados esperpénticos, no despertó mi odio como otros trabajos que no entiendo, ni tampoco comprendo.
Es un sinsentido calmado y absurdo, una obra visual donde el argumento conduce premeditadamente a la nada. Y después... NADA.

Ambientación correcta, y diálogos sin hilvanar, van desarrollándose mientras permaneces mirándola, sin saber que ves.

UN 4

Toro se ofrece con un guión bien trabajado, pero tratado miles de veces en otros proyectos de la fábrica americana.

Toro ha conseguido a dos actores de sobrado talento: Sacristan y Tosar, con los que basta para que cualquier proyecto avance, hasta convertirse en algo rebosante y poderoso.

Toro es una vieja película, reciclada para que parezca nueva.

Toro nos descubre por primera vez a un Mario Casas, que por fin ha eclosionado en actor; perdiendo atractivo, pero ganando entidad... Afortunado tú...

Toro es previsible y rara, violenta y de caótico desarrollo. Donde se mezclan escenas extrapoladas del PADRINO, con un chapucero combinado de carreras y pistoletazos, que entretienen por su buen ritmo. y que habrás olvidado, antes que los últimos títulos de crédito, se deslicen por la pantalla.

Un 6

El tiempo de duración se ajusta perfectamente a la trama. El cine actual peca al pretenderer ser más comercial, alargando en muchos casos el tiempo de una película con un buen surtido de escenas que no aportan nada. La hora y cuarto que dura la proyección de ÚLTIMA LLAMADA se ajusta perfectamente a las necesidades del film; algo de agradecer.
Nos encontramos ante un trabajo de Joel Shumcher correcto, y entretenido, sin otra finalidad. Eso sí, salpicada de algunos buenos diálogos y un discurso que incide en respuesta a una sociedad donde la mentira es moneda de cambio.