La película resulta interesante en la figura de su personaje principal, César, el cual soporta todas las idas y venidas de la ejecución narrativa y en la fantástica banda sonora de Giacchino que ayuda a aquilatar la capacidad dramática de la producción.

En un momento del film suena una canción muy representativa del año en que se estrenó la película original, 1968, ¿.homenaje, casualidad? Sea como sea, brillante elección.

Por lo demás, película resultona, de personajes planos y de entretenimiento aceptable.

Una trama con gancho extraordinario, con un guión por el momento en curso (sin salirse demasiado del raíl) y con un elenco de actores que ya en la segunda temporada se ha consolidado como uno de sus mejores atractivos. Su capa de misterio y su faz de terror atrapan, enganchan y por ahora sortean cualquier desatino argumental. Que no llegue nunca tal circunstancia y si el final es bueno, chapeau para la producción. Para fieles espectadores.

Disney tiene la fórmula y la calidad necesarias para que sus productos se establezcan desde el primer visionado en un clásico de la animación,...¡ cuántas veces veremos Vaiana en el futuro en familia!, porque cuánto bien hace su personaje principal por establecer la fuerza y el coraje como algo primordial en pro de la vida; porque qué cuidado desprenden sus imágenes salteadas por una banda sonora cautivadora...Disney entiende entretener = enternecer y lo consigue, su fórmula es bastante exacta; unas variaciones aquí y otra allá y voilá...

No ha sido de las que más me han gustado pero sigue siendo un valor fijo. Bien por la imaginación y el heroísmo.

Saludos.

Una paradoja de vida que encuentra la respuesta en la manifestación de la verdad, una verdad sufrida y dolorosa que revela el vínculo inmortal entre una madre y un hijo, trazado por la imaginación y la sensibilidad y destrozado por una realidad trágicamente inexorable.
No es un descubrimiento que J.A. Bayona tenga dotes de artista; de hecho, su película vuelve a enmarcar elementos que tiñen su trabajo de interesantes matices, desde una espectacular escenografía romántica hasta una narración psicológica. Pero, también es verdad que se vuelven a encontrar otras trazas que destiñen un tanto la producción, como la tendencia a la sensiblería o una cierta ligereza en la narrativa.
No obstante, reproduce lo que produce y es un producto de calidad para una gran cantidad de público.

De una película como El Sexto Sentido para que Shyamalan se desprendiese de sus temores y volviese a realizar un producto de eficaz imaginería, volviendo a la inocencia, a la tensión bien hilvanada, a los giros, al dramatismo vital y a una solución inspirada de primera persona que aquilata el metraje, enriqueciéndolo en forma más allá de su contenido, un poco más endeble. Sea como sea, es una pieza a distinguir ya en su filmografía como de buen producto. Bien por el cine. Saludos.