Brolin, Malkovich, Shannon y Fassbender son apellidos que con sólo aparecer en los créditos deberían garantizar una película aceptable pero ni su llamativo reparto compensa desperdiciar los menos de ochenta minutos que dura. Tampoco contar tantísimas cosas en tan poco tiempo sirve para entretenernos, ya que el caos y la confusión reinante en todos los sentidos convierten su visionado en algo incómodo y tormentoso. Por no hablar de una Megan Fox nula de talento que sólo aparece para lucir lo único que tiene y cuyas escenas se podrían eliminar sin que se notara la diferencia. En el caso de que no tengas otra cosa que ver y te sobrara tiempo, mejor sigue buscando una alternativa menos mala.

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Mediante conversaciones con diferentes personajes, a cada cual más estrafalario y perturbado, el párroco de una pequeña localidad irlandesa nos nuestra las miserias que componen sus vidas, y las de él mismo en su camino hacia lo inexorable. Brendan Gleeson es el absoluto protagonista, y como de costumbre, soporta esa responsabilidad con soltura y con su característico toque satírico, convirtiendo la película en una comedia tan negra que por momentos hasta sabe mal reírse. El reflexivo ritmo narrativo y algunas escenas llevadas al extremo pueden provocar rechazo en cierto tipo de espectador, pero seguro que no dejarán indiferente a nadie.

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Cinco escenas de acción unidas por un argumento de relleno componen esta película exageradamente alargada que debería acabar media hora antes y eliminar unos cuantos personajes irrelevantes. El nuevo enfoque de la saga se confirma convirtiendo a unos ladrones de coches en espías amantes del tunning con un don innato para los chascarrillos facilones y ofreciendo diálogos trillados dentro de situaciones previsibles. Quizás sea mejor que las dos últimas, pero si no te había convencido ninguna de la cinco anteriores, ésta no te hará cambiar de opinión.

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Algo que no tenemos en la actualidad son comedias románticas que tengan la mínima intención de hacer algo decente y que se puedan tomar tan serio como lo hace este clásico que reúne uno de los tríos protagonistas con más talento de la historia del cine. El guión de enredos y cruces amorosos no aporta nada que no hayamos visto antes, pero el desparpajo interpretativo, las réplicas punzantes y las sugerentes metáforas continuas denotan un trabajo de base que se ve fomentado por una notable realización. Aunque nos asombren ciertos comportamientos respecto a la mujer, debido a la época en la que fue rodada, divierte y conmueve del modo inocente y sencillo que sólo se conseguía en tiempos pasados.

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Sin lugar a dudas la mejor película de ciencia ficción jamás rodada hasta la fecha, y seguirá siéndolo durante muchos años más. Su ambientación perfecta, un estilo visual y narrativo cautivador o unos personajes llenos de inquietudes existenciales sirven para que las preguntas que todos nos hacemos resuenen con fuerza en nuestra cabeza: ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuánto estaré aquí? Llena de metáforas, simbolismos y dilemas morales da pie a tantas interpretaciones y debates en sus diferentes versiones que al final no importa sólo la magnífica experiencia que supone verla, si no también la sensación que te deja tras haberlo hecho.

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