Cinco jóvenes, una cabaña, un sótano, un siniestro descubrimiento... Empieza el espectáculo, mis amigos como zombies y yo tan pancho, temeridades varias, sangre, leche, pudin de patatas, ensaladilla rusa y revuelto de espinacas -hay que ver la de cosas que puede albergar el cuerpo de un poseído-... y un guión con dos o tres frases al principio, y el resto, gruñidos y sollozos. THE EVIL DEAD!! Ay, Señor Señor, lo que nos quedará por ver...

En su defensa diré que los efectos especiales artesanales, de estar bien hechos, le dicen échate pa'llá a lo digital. No es el caso. Aquí parece como si Arguiñano hubiese perdido la cabeza mientras preparaba uno de sus famosos platos. En fin, este era el "clásico" de los ochenta.

No es que no se tome el género demasiado en serio; es que su pretensión, simplemente, es la de entretener, homenajeando para ello a un tipo de cine, el de gangsters, con infinidad de tópicos y lugares comunes.

La ambientación es magnífica (siempre es una gozada volver a ver una Thompson en acción), y el ritmo no decae en ningún momento (como peli de acción funciona a la perfección). Sin embargo, no posee esos detalles maestros, giros y sutilezas que hacen inmortal a una película.

Los personajes son un tanto planos, demasiado estereotipados: los buenos, muy buenos, y los malos, muy malos -no hay lugar para la traición o el engaño dentro de la historia, ingredientes básicos del cine negro-, y el devenir de los acontecimientos es muy predecible, pocas sombras y complejidad en su desarrollo, demasiado lineal y transparente. Pese a todo, la película está hecha de una forma tan hábil y con tan buen sentido del entretenimiento que, mientras la está uno viendo, no reparas en estas "menudencias". Es cuando te paras a pensar después de haberla visto cuando comienzan a aflorar sus puntos débiles. Pero tampoco hay que ensañarse con un trabajo tan cuidado en el estilo y la ambientación.

Muy adrenalínica, para dejarse llevar como en un vagón de la montaña rusa. Si te gusta el género y tienes tu puntito de nostálgico, la disfrutarás, aunque no desbanque a ninguna de tus inmortales. Mención especial para Josh Brolin y su enérgica interpretación. Apetece echarle un segundo visionado.

La comedia se mueve por el terreno del notable hasta el momento en que empieza la cacería. A partir de esa escena la película se desinfla perdiendo gran parte de su interés.

El personaje interpretado por don Paco Martínez Soria es absolutamente memorable, un Quijote moderno por el que se siente bastante empatía en lucha constante contra la sinrazón. Y su tesón que le honra.

Lo de las 257 pesetas, aunque meramente anecdótico, no deja de ser un puntazo, sobre todo cuando vemos la cantidad de multas que paga religiosamente durante los trámites (pues se las ponen con todas las de la ley), y lo que estaría dispuesto a dejarse en concepto de costas con tal de verse con la razón en el juicio.

Ni la rubia ni la morena se resisten a esa rudeza que muestra Clark Gable en esta película, a esa mirada de tigre, a esa pasión disfrazada de indiferencia... Y, verdaderamente, lo ponen en gran aprieto (porque le van las dos, la gata y el corderito), aunque al final acaba eligiendo bien. De quedarse con la otra, no habría funcionado el tema.

Estupenda película sobre tormentosos triángulos amorosos. Lo del safari es aquí anecdótico: para eso, ya tenemos "Hatari!", de Howard Hawks. "Mogambo" es una historia de pasiones salvajes más que de amor, tan sencilla como bien rodada e interpretada; muy efectiva.

Magnífica labor de restauración la que se llevó a cabo hace unos años con esta cinta, dicho sea de paso: impresionante fotografía en un muy vivo Technicolor, un Technicolor de los que suspenden el ánimo y cautivan los sentidos.

Se me vino abajo en un segundo visionado pasado ya el impacto que supuso la prematura muerte de Heath Ledger (supongo que en casa no somos tan condescendientes como en la sala de cine). Tarda demasiado en arrancar y el asunto de la mafia está tratado de una forma muy aburrida para ser ésta una peli basada en un cómic. El cambio de chica no funciona (miscasted total Maggie Gyllenhaal), y cierto personaje da un giro inexplicable hacia el lado oscuro en el último tramo de la película. El desenlace sigue sin convencerme por más vueltas que le dé. Lo más vistoso de la cinta es la actuación del Joker, tanto que llega a eclipsar a nuestro Caballero Oscuro, con quien no parece ir esta segunda entrega en más de un momento. Banda sonora y diseño de producción siguen siendo impecables, pero ahora la historia pierde amenidad en pro de una profundidad que tampoco logra alcanzar (yo al menos no la veo). Su largo metraje empieza a pesar como una plancha de plomo, sobre todo en una cargante primera mitad totalmente trabada. Sobrevalorada.