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Críticas de Daverunner
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Críticas 176
Críticas ordenadas por utilidad
Historia de un oso (C)
CortometrajeAnimación
Chile2014
7,1
2.517
Animación
7
29 de febrero de 2016
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como dice la anterior crítica, quizá quien no sepa la inspiración de los creadores del corto no pueda encontrar sentido pleno al simbolismo del mismo. Una representación de los exiliados chilenos en la dictadura de Pinochet en las décadas de los 70 y 80 principalmente.
El corto posee una potencia visual y narrativa impecable, en 10 minutos muestra lo que tantos exiliados políticos (no solo de Chile, sino todos aquellos que hayan tenido que dejar su país y a sus seres queridos por una dictadura) tuvieron que vivir durante ese período.

Bastante recomendable y justo vencedor del Oscar al mejor corto de animación.
Daverunner
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7
31 de diciembre de 2014
22 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los últimos años, la industria de Hollywood ha apostado a la fórmula del remake para rejuvenecer o dar otra visión a títulos estrenados unas décadas antes o incluso a películas realizadas fuera de las fronteras norteamericanas. Los resultados suelen ser variados, aunque generalmente no mejoran el producto original.

El jugador -Ruppert Wyatt, (El origen del planeta de los simios)- es una versión actualizada de la película, que con el mismo título protagonizó James Caan -El Padrino, Rollerball- en 1974. En sustitución del actor que dio vida a Sonny Corleone nos encontramos con Mark Wahlberg -Diario de un rebelde, Dolor y dinero- interpretando el papel de Jim Bennett, un profesor de literatura enganchado al juego y que debido a su adicción acaba debiendo a la mafia una cantidad muy importante de dinero. Para conseguir saldar dicha suma, el protagonista se endeudará con otros personajes de dudosa reputación poniendo su vida, y la de aquellos que le rodean, en peligro.

Acompañando al actor de Massachusetts aparecen Michael Kenneth Williams -Los amos de Brooklyn, El mensajero-, John Goodman -Argo, A propósito de Llewyn Davis-, Jessica Lange -El cartero siempre llama dos veces, Flores rotas- y Brie Larsson -Las vidas de Grace, Don Jon-. Sin duda, el principal atractivo del filme son las interpretaciones de los actores principales, en especial las de Williams y Goodman.

Cuando estos dos actores aparecen en pantalla el nivel interpretativo aumenta considerablemente. El primero de ellos parece recobrar el tino de personajes como el mítico Omar Little -en esa obra maestra de la televisión titulada The Wire- o su papel en Boardwalk Empire. Se trata de un mafioso aficionado al juego que presta dinero a desesperados como el profesor, a un interés muy alto y que no duda en recurrir a cualquier método para recuperar lo que es suyo.

John Goodman vuelve a dar un recital interpretativo en la piel de Frank, un prestamista con un gran parecido al Coronel Kurtz de Apocalypse Now, al que nuestro protagonista recurrirá como última opción de salvación. Se trata de un personaje con una peculiar visión de la vida, que permite al actor demostrar la calidad que atesora y que le ha convertido en uno de los mejores secundarios de la historia del cine.

Con todos ellos, la película tiene buen ritmo. La narración del proceso de autodestrucción al que se somete el protagonista, únicamente sufre un traspiés cuando aparecen las relaciones que se establecen con algunos de los alumnos, poco creíbles y en algún caso muy forzadas. Es en esos momentos donde el trabajo del reparto sale al rescate y evita que la obra se haga densa o pesada. No obstante, se trata de un filme muy entretenido y que sirve para demostrar la mejoría de un actor, Mark Wahlberg, cada vez más acertado en sus elecciones y trabajos, no solo interpretativos, sino también de producción.

Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es
Daverunner
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8
29 de diciembre de 2015
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para dar vida al visionario fundador de Apple, Boyle escogió a uno de los actores de moda en el actual Star System, Michael Fassbender cuya interpretación le ha valido una nominación al Globo de Oro. El intérprete irlandés hace un trabajo perfecto y nadie se podrá acordar de las diferencias físicas entre el personaje real y el "ficticio".

Junto a él destacan Seth Rogen -Supersalidos, Los tres reyes malos- como Steve Wozniak, en un papel muy sobrio y alejado de sus actuales roles cómicos; Kate Winslet -Revolutionary Road, Un dios salvaje- que con su actuación vuelve a demostrar que es una de las mejores actrices de los últimos 25 años o Jeff Daniels -La rosa púrpura del Cairo, Dos tontos muy tontos-, cuyo personaje mantiene uno de los momentos más tensos con el protagonista del filme. No nos olvidamos de Michael Stuhlbarg -Un tipo serio, Boardwalk Empire- que se pone en la piel de Andy Hertzfeld, uno de los miembros más importantes del equipo de desarrollo original de Apple Macintosh.

Junto a las actuaciones principales destaca el guión, marca de la casa, de Aaron Sorkin -The Newsroom, La guerra de Charlie Wilson-, que con unos diálogos afilados y vertiginosos enganchan a cualquier espectador, interesado o no en la informática. No es la primera vez que lo consigue, ya que con La red social, por la que fue galardonado con un Oscar, Sorkin logró que durante dos horas estuviéramos pendientes de la creación de la famosa red social Facebook sin apenas pestañear.

De esta manera Danny Boyle se erige como director de una banda musical que no desafina en ningún momento, con escenas en las que se pueden observar auténticos duelos, como las que mantiene el personaje de Fassbender con los personajes interpretados por Daniels o Rogen. Un título que hace justicia a uno de los personajes más emblemáticos del mundo de la informática y de la cultura popular norteamericana. Nos muestra aspectos menos conocidos del genio nacido en 1955 en San Francisco, como por ejemplo la relación que tenía con su hija o su arrogancia y un carácter difícil, que le llevaron a ser admirado y odiado/temido por sus colaboradores a partes iguales

Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es
Daverunner
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7
23 de enero de 2017
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ang Lee traslada a la gran pantalla lo que el escritor Ben Fountain plasmó en papel en su primera novela. Una misión de la que el director sale ileso, confirmando una vez más su buen hacer detrás de las cámaras, aunque no sea este uno de sus mejores trabajos. Y es que Billy Lynn es un vaivén continuo del que el espectador puede salir satisfecho o descontento a partes iguales.

El cineasta taiwanes mezcla los agasajos que reciben los miembros de la patrulla Bravo durante la celebración de la Superbowl con flashbacks que reflejan la vida en el frente y la misión que dio fama a este grupo de soldados. Una misión en la que uno de los componentes de la compañía, el sargento Shroom pierde la vida, hecho que afecta a todos ellos y en especial al protagonista, ya que el sargento era su mentor, una especie de guía espiritual en el frente.

Esta mezcla de presente con pasado funciona a medias, ya que el espectador quizá no pueda centrarse. Especialmente cuando nos ofrecen las escenas de combate, que son cortadas para dar paso de nuevo al partido y lo que ocurre en las gradas con los militares. Quizá este sea uno de los puntos débiles del filme y a pesar de ello, no lastran en exceso al conjunto globalmente.

Otro aspecto negativo, en mi opinión, es el poco partido que se le saca al personaje interpretado por Vin Diesel. Desde el inicio se sabe de su muerte, pero su rol no se desarrolla en exceso durante los flashbacks. Se deja constancia de la importancia de Shroom para los soldados, especialmente para el protagonista, ya que su sargento es una especie de chaman, un tipo rudo con una vertiente filosófica y espiritual que le confieren un aura especial, magnético.

Creo que se podría haber aprovechado más el carisma que Diesel aporta a su personaje. Aún así, la obra sale bien parada frente a este hecho, ya que hay otros personajes que llenan ese vacío. Ejemplos son los del propio protagonista, interpretado a la perfección por un actor que debuta en esta película.

Intérpretes como Chris Tucker, Steve Martin y Garrett Hedlund también brillan con luz propia en roles dramáticos, alejados de su especialidad, la comedia. El primero dando vida a un agente de cine que no para de negociar con los estudios para llevar a la gran pantalla la vida de la patrulla Bravo. Martin, por su parte, se pone en la piel del multimillonario dueño de los Texas Cowboys, equipo que disputa la final de la liga de fútbol americano. Por su parte, Hedlund es el sargento Dime, líder firme e implacable de la compañía.

Durante el desarrollo del filme, el espectador puede ir adivinando una crítica feroz escondida en un envoltorio amable hacia parte de la cultura estadounidense. La celebración de un evento como la Superbowl, ruidoso, espectacular y anodino para todo aquel que no conozca un deporte tan singular como el fútbol americano.

También hay cierta reprobación hacía el trato que se dispensa a los soldados y a su futuro una vez sean licenciados en el ejército. Hay un momento del filme en el que uno de los miembros de la compañía, el soldado Montoya -Arturo Castro- no sabe que es mejor, si estar en Irak o en casa, ya que al menos en el frente se siente valorado, reconocido y, probablemente, cuando vuelva a su hogar solo pueda encontrar trabajo en una cadena de restaurantes de comida rápida.

Esta amalgama de espectáculo, guerra y crítica soterrada consigue a su vez una mezcla en el espectador de asombro y confusión por lo que ha visto, pero también hace que salgas conmovido ante la historia de estos soldados. En mi caso, al terminar la película no sabía si al escribir sobre ella le daría un cinco o un seis en la nota final. Cuando un día después me sorprendo recordando varios fragmentos de la obra, se que Ang Lee lo ha vuelto a hacer, me ha metido un gol por la escuadra otra vez. Una vez más, como ya lo hizo en Tormenta de hielo, con ese final tan espectacular, o en La vida de Pi con la relación entre el joven hindú y el tigre Peter Parker. E incluso con Sentido y Sensibilidad, una película que aparentemente parece un pastel romántico -lo es, y además de época, basado en una obra de Jane Austen- pero que también es una película muy notable.

Así que no me queda más que recomendar Billy Lynn,ya sea en el cine o esperar a su estreno en Dvd. Aunque solo sea para saber en qué bando estarán, si en el de los satisfechos con el último trabajo del director taiwanes o todo lo contrario. También por disfrutar de una sátira hacía parte del modo de vida norteamericano o por la parte con las cherleaders, que puede recordar al fragmento de Apocalypse Now con las conejitas de Playboy. Un director como Ang Lee se merece el derecho a la duda.

Más sobre esta y otras películas en el blog argoderse.blogspot.com.es y en la página de facebook: Argoderse
Daverunner
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4
10 de noviembre de 2018
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 2006, Spike Lee rodaba su última gran película, Plan oculto. Desde entonces, el cineasta neoyorquino ha realizado una insustancial travesía repleta de documentales, mediometrajes, remakes y algún que otro filme, todos ellos trabajos insulsos y carentes de la personalidad que hace ya mucho tiempo este director demostró.

Los días de gloria de Lee quedan lejos y este año, con el estreno de su último largometraje, existía la posibilidad, la esperanza, de reverdecer viejos laureles. Infiltrados en el KKKlan se estrenaba en nuestro país con el aval de las buenas críticas recibidas en EEUU y con un galardón importante en el Festival de Cannes: el Gran Premio del Jurado.

Una vez vista la película te das cuenta que todo esto son paparruchas. Lee tenía una historia bastante atractiva en sus manos que no ha sabido aprovechar. La historia real de dos policías de Colorado Springs, uno negro -John David Washington- y otro judío -Adam Driver, Paterson- que consiguieron infiltrarse en el Ku Klux Klan en la década de los 70.

Unos primeros 45 minutos bastante interesantes y el trabajo de los actores es lo que se salva de la obra. Una película desperdiciada por el afán de su director de llevar al paroxismo un tema tan importante como el racismo. Por intentar manipular al espectador presentándonos a unos tipos, los del Klan, como los más imbéciles y peligrosos del país. Porque si bien lo segundo puede ser cierto -estos tipejos eran alimañas sin escrúpulos, que extendieron su odio por parte de EEUU-, lo segundo no. O al menos no de la forma que se nos presenta en la película.

Lee intenta caricaturizar a estos extremistas y en ocasiones acaricia la parodia. Hay escenas que rozan el ridículo y el esperpento zafio, especialmente hacia el final, con un desenlace torpe y atropellado, que parece improvisado. Y tras esa conclusión ingenua, el cineasta neoyorkino nos enseña imágenes actuales, reales, de archivo, todas ellas durísimas en las que enlaza todos los mensajes explícitos que ha ido soltando durante las dos horas anteriores. Unas secuencias en las que une el actual auge de algunos grupos cercanos al Klan con la llegada de Trump al poder.

Porque una vez vista la película, está claro que esa denuncia que Lee realiza sobre la actual situación de la población negra en EEUU no puede ser concebida como subliminal. Cualquier trabajo anterior del director relacionado con el racismo -Fiebre salvaje, Haz lo que debas, La marcha del millón de hombres- es mucho más interesante que este Infiltrados en KKKlan.

Más sobre esta y otras películas en el blog: www.argoderse.com y en la página de facebook: argoderse
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