Y Bubble es excepcionalmente corta y depurada; un refinado pastiche indie de apenas setenta minutos y una destilación de cine que causa asombramiento. Steven Soderbergh se hizo famoso en Sundance hablando de pollas, existencialismo y yuppies. Sexo, mentiras y cintas de video pasa por ser la película más emblemática del mismo festival que fue creado por Robert Redford para que no se hablase de esas cochinadas y como una alternativa al cine de hollywood, un espacio de libertad donde poder abordar cualquier temática, aún las mas incómodas y santurronas, y en el que las nuevas generaciones de creadores que todos los domingos acudían a las salas de arte y ensayo, y que odiaban las palabrotas, pudiesen hablar de la América profunda, la gente sin esperanza y los Tramperos de Connecticut. Los temas consagrados por el festival de Sundance, y de los que se sirve Steven Soderbergh en Bubble para mostrarnos la negra belleza que se esconde tras los lugares comunes del cine indie. Martha, Kyle y Rose viven en el Medio oeste y trabajan en una fábrica por un salario de mierda. Pero a pesar de representar estos arquetípos del cine independiente no venden metanfetaminas ni se hacen amigos de un inmigrante. Se van a limitar a traspasar la línea de sombra que enfrenta a las personas normales con su ordinaria locura.

Casi toda nuestra vida hemos esperado ver Serpientes en el avión. Y lo seguimos esperando, porque la película de David R. Ellis desaprovecha todo el potencial de su argumento. Un grupo de personas se quedan encerradas en un avión con unas serpientes venenosas, y aun así, y aunque resulte imposible de creer, la película no funciona. Las sepientes no parecen ser el problema, son idealistas y están dispuestas a inyectar las neurotoxinas que hagan falta para que el público disfrute y los pasajeros sufran un gran quebranto solo despues de sufrir un gran martirio. Pero a pesar de todo la pelicula naufraga. Los pasajeros también están bien elégidos, son el material de relleno dispuesto al martirologio preferido por las películas palomiteras; el paisanaje que servía de fondo a los protagonistas de la serie Perdidos y la típica gente con problemas existenciales y en su matrimonio que protagonizan los dramas del cine de autor y que solo dan lo mejor de si cuando les muerde una mamba negra hormonada. Pero entonces, qué mierda puede hacer que una película con serpientes en un avión sea mala, y que puede hacer ante eso el hombre en busca de sentido?.

Nadie, nunca, odió al diferente. Siempre odiaremos al que se atreva a parecerse demasiado a nosotros mismos.Un chico de diecinueve años está sentado en la sala de un hospital. Le han diagnosticado un cancer hepático y ahora está esperando su primera sesión de quimioterapia. Y ve entrar a otro chico. Tiene su misma edad y su misma enfermedad, pero en un estado mucho mas avanzado. Observa el color de su piel y de sus ojos. El turbio y febril amarillento de la ictericia. Y siente la misma repulsa y enojo contra él, que la de alguien que hubiese visto la piel y mirado a los ojos, a los cuatro jinetes del Apocalipsis. Ahora soy yo el que está sentado en la sala de un cine. Siempre me han fascinado las historias sobre asesinos en serie y ahora estoy esperando a que empìece Ted Bundy. La película biográfica sobre el personaje que mejor encarna el mito popular sobre la personificación del mal.Y aparece Ted Bundy en pantalla. Ya desde el primer plano la película me parece un bodrio y una falta de respeto al Mal y a mi persona. Ted Bundy se acaba de levantar y está de pie frente al espejo haciendo el majadero. Se comporta de forma indecorosa, grosera, impropia de alguien tan perverso como él. Improvisa muecas fallidas de mamarracho. Parece mucho más desvalido y pérfido que yo, mucho más lleno de furia y desconcierto.

Todas las películas buenas se parecen, pero las malas lo son cada una a su manera. Este viejo adagio de Tolstoi, quizás sea el que explique el hecho de que dos cineastas tan parecidos como Andrei Tarkovsky y Ed Wood nunca hayan sido relacionados, y que dos películas tan malas como "Plan 9 del espacio exterior", y "Stalker", sean consideradas, respectivamente, como una de las peores y una de las mejores películas de la historia.