Tengo que decir que luego de ver la serie "The Wire" uno cambia el modo de ver ciertas cosas. Se podría decir que ahora uno puede darse cuenta de cuándo le venden la moto y cuándo no. Bueno, pues luego de pasar por el tamiz de "The Wire", esta desopilante película de policías se tropieza y termina con un 3 (Floja).

Se lo merece. Y se lo merece bien, puesto que no asistimos a la interacción de unos personajes en torno a un problema (el problema: el coleccionista de amantes... ), sino que contemplamos la presencia de unos estereotipos inexistentes en la vida real, llevando a cabo acciones que no se corresponden, de igual manera, con la realidad. Por momentos me pareció que alguno de ellos llevaba una pegatina de "Intel Inside" puesta.

La trama puede parecer entretenida, pero la película es tan hueca que es como si todo el rato nos dijera "¿A que no sabes qué ocurre finalmente?".

Lo mejor que se puede hacer con este tipo de películas es participar del inicio (unos quince minutos) y adelantar todo el contenido hasta llegar al desenlace. Lo demás, es lo de siempre.

El argumento en sí mismo ya encierra poco interés: un profesor de Derecho cree que uno de sus alumnos cometió un asesinato, por lo que emprende una investigación personal. ¿Ya está? Sí, ya está. El tirón de la película lo constituye Ricardo Darín, que encarna bien a su personaje, aunque el personaje esté mal trazado desde el guión.
No hay sorpresas, no hay originalidad. Una película olvidable. 100%.

Aquí nadie se cree nada. El director no se cree su propia película y sus actores no creen estar en ella. Al final de cuentas, el vejado espectador de esta basura no se cree nada de lo que ve.

Pensemos: si para el papel de un joven que sufre la dramática experiencia de verse injustamente encarcelado en una frontera sudamericana eligen a una patata como Diego Torres, entonces todo lo demás no puede ser otra cosa que desperdicios y heces.

Un argumento vacío, un guión desastroso y artificial, unas actuaciones verdaderamente penosas (se salva Laura Novoa, responsable de que la nota sea 2 y no 1); la dirección es increíblemente mala, por no hablar de la edición ni de los efectos especiales (propios del cine B).

Un auténtico vómito.

No puedo entender que todavía se hagan cosas así. El colmo de la desfachatez es que la propia película se presenta como una «comedia brillante». Aunque en realidad esto no es una película: es como ver un capítulo cualquiera (pero tortuosamente largo) de una serie de Francella, con el mismo humor vergonzoso y las mismas actuaciones pésimas. O peor: es como volver a la época del menemismo en un viaje astral donde aparecen Susana Giménez y Marcelo Tinelli bailando Dónde está el Petiso de Ricky Maravilla. No es de extrañar que la produzca Telefé.

Le he puesto un 2 (Mala) y no un 1 (Muy mala) porque sale Gabriel Corrado, un actor a quien creía muerto hace años.

Seobok es el nombre que recibe el primer clon humano mejorado: su genética ha sido manipulada y ahora, aunque tiene el aspecto de un joven coreano cualquiera, tiene aptitudes y cualidades impensables para los demás. El prodigio científico vive en un laboratorio secreto y ese es su mundo. Sin embargo, pronto descubriremos que la noticia de su existencia la conocen ciertos poderes peligrosos. Y es aquí donde entra nuestro amigo el exagente Ki-Hun, un antihéroe con evidentes problemas de salud que es requerido por sus antiguos jefes, con quienes no parece tener la mejor relación, para que proteja a Seobok de cualquier amenaza externa. Como hemos de esperar, la cosa se lía significativamente.

Interesante premisa con buenas actuaciones (a mí me llegaron a conmover) que se desarrolla quizá con algo de lentitud y que termina despertando poco interés. Las dos horas de película a veces se me hicieron largas. También he de decir que los distintos cuestionamientos éticos que implica esta trama aparecen y se manejan, en mi opinión, de una forma un tanto ligera y algunos personajes son demasiado maniqueos.

En definitiva, una película bien hecha pero bastante limitada en su desarrollo y sus planteamientos.