De primeras Toradora se presenta como una comedia romántica más... con la salvedad de mostrar al arquetipo Tsundere por excelencia, Aisaka Taiga.

Sin embargo, con el paso de los capítulos empieza a mostrar situaciones realmente profundas sentimentalmente hablando sin que por ello pierda los instantes cómicos. Es un deleite ver una gran variedad de emociones tratados con maestría y sencillez, que en definitiva te hacen reflexionar sobre tu propia existencia.

Asimismo la serie crece junto a los personajes, si bien esto hace que a veces sea previsible. Todas las situaciones no se sienten forzadas, se sienten naturales ya que forman parte de la historia de los personajes. Todo ello hace que te enganche y que sea súper entretenida de ver.

Por tanto es un anime imprescindible, una de las obras maestras de este género.

Comprendo que la impresión que puede dar este documental segmentado en seis capítulos pueda variar mucho según el perfil del espectador y su bagaje en el mundo automovilístico.. pero para una persona que se mueve en estas lides se queda muy corto.

Es entretenido, da pinceladas muy buenas de todo un poco... sin rematar nada salvo la resolución de la carrera en LMP1. Es una pena que utilicen un foco tan limitado, ya que Le Mans es mucho más que la categoría reina... sin renunciar a perder al espectador casual: no se menciona prácticamente a actores en la prueba como Patrick Dempsey, competidor en la misma; y rehuyen de contar historias de superación como el accidente de Mike Conway y su regreso a las pistas mientras que desperdician minutos en contar historias intrascendentes en el panorama del ya poco a poco lejano 2015.

Lo recomiendo para una tarde de invierno aburrida porque la fotografía está bien conseguida y transmite un poquito de esa mítica y maravillosa pasión propia del automovilismo.

Entre manos tenemos una pelicula que junta dos historias: por una parte, la del jefe de equipo que fue un piloto de éxito pero que cada vez se adentra más en el fracaso y por otra la de un chaval negro con problemas con la justicia.

A partir de ahí, la película está entretenida, pero su hilo argumental es tan previsible que le quita toda la emoción a la cinta, con una ejecución con demasiados tintes a sueño americano.

Nuestro expiloto se revela como el típico hombre duro que no ha aprendido las lecciones del fracaso exhibiendo una reprimida necesidad de ser padre, mientras que nuestro delincuente se muestra como el típico buen chico pero que a base de problemas familiares y falta de oportunidades debe buscarse la vida por cauces ilegales, del que se desprende una falta de educación paterna por su inmadurez.

Recomendable si no tienes nada mejor que ver, porque no te cambiará la vida ni mucho menos te sorprenderá su argumento. Aunque por otra parte, es muy agradable visualmente ver a esos mastodontes ir a todo trapo en las pistas de tierra estadounidenses.

Directo al corazón de los fans. Ni es ni pretende más este segundo final de Breaking Bad.

Como película es buena... tanto en arte como guión... con escenas y detalles para el recuerdo. No obstante baja un poco el listón respecto a la serie original, perdiendo un poco de ese gancho que si tenía Breaking Bad... pero no lo necesita ya que no está hecha para los que no hayan visto la serie. Se siente continuamente que es un cierre de la serie, no una película independiente del todo... aunque es cierto que si tiene algunas señas de identidad en cuanto al estilo que desprende.

Es concisa y honesta de darle El Camino a Jesse, y nada más... fallando a la hora de cerrar algunos flecos que no había costado mucho relatar perdiéndose en escenas algo lentas y rozando el fanservice en ocasiones. No obstante se agradece su lanzamiento y darle el final que se merece a este mítico personaje.

Buena suerte.

Es un reality en el que los conductores tienen que superar un circuito con diversos obstáculos (golpear señales, equilibrar un puente, recorrer un camino empapado...) en el menor tiempo posible para avanzar de fase, realizar lo mismo en otro circuito y así sucesivamente para coronarse campeón.

Si bien la premisa es extremadamente sencilla, se hace muy entretenida gracias a la variedad de obstáculos, a las espectaculares maniobras de los pilotos y al gran carisma que presentan algunos de sus personajes. Dichos pilotos, junto a sus monturas, son 100% reales..

En definitiva, una serie simple pero muy entretenida.